Hoy, en IDEAL e Ideal.es, he publicado la noticia que transcribo
a continuación. Es una tema que está de actualidad y que, desgraciadamente, también puede afectar a los menores. Lo único que se me ocurre decir es que nos queda mucho por hacer. Tiempos nuevos, nuevos problemas. Tiempos nuevos, tiempos salvajes, como cantaban Los Ilegales.
«La Fiscalía de Granada acusa a un menor de obligar a su novia de 18 años a prostituirse en un club de alterne
Después de ser liberada por la policía española, la joven contó una turbia historia de terror y dinero sucio, de sexo forzado y violencia. En 2008, su novio, un chaval menor de edad, la convenció para dejar atrás su país –una nación del Este de Europa– y emigrar a España. La idea era encontrar un trabajo y quedarse a vivir aquí. La pareja recaló en Granada, dónde él conocía a algún compatriota. Fue entonces cuando todo se fue al traste. La vida de la chica, de sólo 18 años, experimentó un giro dramático. Su compañero sentimental la obligó a entrar en la ‘plantilla’ de mujeres de un conocido club de alterne. Debía prostituirse y entregarle a él todo el dinero que ganase.
Pese a su minoría de edad, el sospechoso estaba catalogado por la policía de su país como un experimentado traficante de «seres humanos».
La policía del país de origen de la pareja condujo a los investigadores granadinos hasta el club de alterne en cuestión y localizaron a la víctima. Ella ratificó que su novio la maltrataba y le había obligado a prostituirse, pero exoneró de cualquier responsabilidad a los dueños del local.
La Fiscalía de Menores de Granada ha considerado ahora que el joven cometió un delito relativo a la prostitución –en España, está actividad no es ilegal, pero sí determinadas conductas que suele llevar aparejadas– y una falta de lesiones.
En este sentido, solicita para él una condena de 18 meses de internamiento en un centro correccional y seis meses más de libertad vigilada».
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