Al otro lado del río

En “Al otro lado del río y entre los árboles”, una de las novelas menos populares de Ernest Hemingway, se cuenta la relación entre un baqueteado señor mayor y una jovencita aristócrata de Venecia. Una relación abocada al fracaso, que el hombre ya no está para muchos trotes y sus amoríos con Renata le sirven, más que nada, para hacer un severo repaso de su accidentada vida.

Me acordé de Hemingway el pasado domingo, cuando devoré las tres monumentales páginas de IDEAL en las que Javier Barrera detallaba un majestuoso plan para recuperar, a finales de 2020, lo que describió como El lado salvaje de la Alhambra, en brillante y acertado titular. (Leer AQUÍ)

Ha querido la casualidad que el sensacional plan de intervención sobre el otro lado del Darro aparezca publicado unos días después de que les contara en esta misma columna sobre otra actuación prevista en la misma área y de la que nunca más se supo. En concreto, se trataba de la rehabilitación de la antigua Fábrica de Cordeles, que debió estar terminada en la primavera de 2017. (Lean AQUÍ esa columna sobre la pena de ser río en Granada)

Una columna en la que recordaba otro titular, del 31 de julio de 2016: La intervención en el río Darro se hará por fases, para evitar el fiasco del Atrio. Ignoro si este nuevo proyecto, a dos años vista, complementa, sustituye, amplía, varía o refuerza todos los anteriores o si es algo nuevo y diferente.

Espectacular y prometedor, resulta, eso sin duda. Pero no menos que los previamente descritos.

El acueducto de Romayla, actualmente en restauración

La pregunta es: ¿por qué debemos creer que ahora sí y antes no? Créanme: como tipo criado al calor de la mítica serie “Expediente X”, yo también quiero creer. Quiero creer porque el estado actual de la margen izquierda del Darro, más que un delito, es un pecado. Quiero creer, porque amo a mi ciudad y la intervención prometida por Francisco Cuenca y Reynaldo Fernández sería algo histórico.

Quiero creer, sí. Pero empiezo a sentirme como el viejo protagonista de Hemingway y esa fogosa relación suya, reducida a lo que pudo ser y no fue.

Jesús Lens