Caso cerrado, de César Girón, Premio Novela Negra Ciudad de Carmona

Me dio mucha alegría que Javier Ortega me propusiera formar parte del jurado que acaba de hacer público el fallo de la sexta edición del Premio de Novela Negra Ciudad de Carmona, convocado por la editorial andaluza Almuzara y que tantas alegrías nos ha dado en los últimos años.

Autores que también son amigos, como Amir Valle, Antonio Lozano, José Luis Muñoz o Guillermo Orsi se hicieron con el prestigioso galardón en alguna de sus anteriores ediciones. Precisamente fue en Carmona donde se estrechó mi amistad con Orsi, aquel año en que pasamos horas y horas hablando de literatura, de Argentina, España, economía, política…

Creo que he leído casi todos los Premios Ciudad de Carmona. Aunque me falta, paradójicamente, el del año pasado, de Ángel Remis-Saucedo, compañero jurado este año. Una laguna que pienso llenar más pronto que tarde.

Tres archivos digitales y cientos de páginas por leer. Y no mucho tiempo por delante. Pero sarna con gusto no pica y, tirando de iPad, nos atiborramos de mucha y buena literatura criminal. Tres novelas, tres pseudónimos, tres historias.

¿Fue casualidad? No lo sé. Pero me llevé un sobresalto cuando, al empezar a leer el tercer archivo (el concepto “manuscrito” ya es pura arqueología), me encontré con unas primeras referencias a Granada. Ya me había gustado el arranque, con un abogado como protagonista. Y con unos secundarios con presencia y fuerza en la narración. Y, además, ¡Granada!, negra y criminal.

Ahí me saltaron las alarmas. Recuerdo que paré en seco la lectura, me calcé las zapatillas y salí a correr. ¿No me estaría dejando influir por un cierto provincianismo lector, al discurrir los personajes por la Granada de finales de los sesenta, entre la Carrera del Darro, Plaza Nueva, el Rey Chico y algunos de sus bares y cafeterías?

Redoblé mis alarmas lectoras, al regresar a la lectura. Incluso volví a leer parte de lo leído… ¡y no! En absoluto. Para nada. La novela me estaba enganchando con toda justicia y lo mismo me habría gustado si aconteciera en Segovia o en Sebastopol. Aunque, desde luego, me gusta, me encanta que sea Granada el escenario de una historia que rezuma realismo a raudales. Por ejemplo, el momento en que IDEAL y su joven director, Melchor Sáiz Pardo, juegan un papel importante en la trama.

Y llegó el final de la lectura. Y la discusión y la votación. Y los nervios. Y el veredicto de un jurado que determinó que sí. Que la ganadora era “Caso cerrado”. Con todo merecimiento, pero sin desmerecer a las otras finalistas.

Un jurado que, en el acta, “valora especialmente la minuciosa y absorbente narración de un turbio suceso acaecido en la Granada de las postrimerías del franquismo, que revela el influjo de los poderes dominantes entonces, así como la sobresaliente evocación de la sociedad de la época en sus más variados perfiles. Asimismo, se pondera la figura del personaje central de la trama, un jurista comprometido, capaz de poner su conocimiento y tesón al servicio de causas poco lucrativas, erigiéndose así en símbolo de una solidaridad, hoy como entonces, tan necesaria.”

Una novela cuya “trama de la obra transcurre en los estertores de la dictadura franquista, en la que un afamado criminalista, Celso Costa, se encarga de la defensa de un cliente que se ha confesado culpable del homicidio de un hombre cuyo cadáver apareció bajo el bosque de la Alhambra. El imputado es un guardacoches tullido al que seguidamente se relaciona con la desaparición de una joven prostituta. A Celso le atrae la singularidad del acusado y acepta el defenderlo para saldar una antigua cuenta pendiente. Un caso que abarcará más de treinta años de su vida profesional que si consigue resolverlo, estará en condiciones de poner punto final a su brillante carrera jurídica.”

La sorpresa, la alegría, al abrir la plica y saber que el autor de la novela es César Girón, afamado abogado granadino con un profundo conocimiento no solo de su profesión, sino de la historia y la geografía granadinas, con especial atención a su historia negra y criminal, en la que es un auténtico especialista, como ha puesto de manifiesto en varias de sus publicaciones anteriores.

¡Enhorabuena a César y a la editorial Almuzara! Estoy seguro de que “Caso cerrado” tendrá el éxito que se merece y que será una novela que dará mucho, pero que mucho que hablar, al narrar una historia radicalmente basada en hechos reales. Unos hechos que, seguramente, incomodarán a más de uno…

Jesús jurado Lens

Los finalistas de la Eurocopa se plantan en la Cumbre

Y, parece, que España e Italia han salido con bien de su plante y que Europa cede a sus peticiones para apoyar a la Banca de forma directa. Es llamativo que la prensa de hoy abra con dos imágenes icónicas que concitan todas las miradas, comentarios, críticas y admiraciones. Y ambas son protagonizadas por futbolistas, sin embargo. Uno italiano y otro español, curiosamente. ¡La de lecturas que tienen estas dos fotografías!

Los titulares del grupo Vocento señalan que Italia desnuda a Alemania, partiendo de la foto de Hulk-Balotelli y el gesto de Ramos, después de tirar su famoso penalti, da más confianza a la Marca España que la declaración más altisonante de cualquier político. ¿Y si esta imagen de Sergio marca un antes y un después en el devenir de nuestro país? ¿Y si, justo ahora, empieza a terminarse la crisis, que parece que la Cumbre va bien? Que cada cuál saque las conclusiones que quiera…

 

Jesús imaginativo Lens

¿Cómo estás?

En la columna de hoy de IDEAL aconsejamos tener mucho ojo con una pregunta que ha dejado de ser por completo inocente…

Ojito con lo que respondes a la que ha terminado de convertirse en la pregunta-trampa por antonomasia del 2012. Si un conocido con el que no tienes excesiva confianza te pregunta que cómo estás, respondas lo que respondas, es muy posible que metas la pata. Hasta el corvejón.

Si contestas más o menos la verdad (regular, mal, muy mal o rematadamente mal) te conviertes en un cenizo, en un pesimista y en un mustio que, con su actitud derrotista y apesadumbrada, contribuye a que la situación se siga agravando, a que la Prima continué estirando y a que el diferencial entre el bono español y el alemán empiece a ser más una falla tectónica que una mera brecha o separación.

Pero… ¡ay como se te ocurra decir que estás bien! Entonces, no solo te muestras como insolidario con la actual situación de crisis y zozobra que padecen millones de personas en este país, sino que tu interlocutor pensará que eres un irresponsable, un loco o un inconsciente. Y, por si las moscas, es probable que aproveche para tratar de pegarte un sablazo en forma de idea, proyecto o propuesta que necesita de una pequeña y simbólica aportación económica para arrancar. ¡Claro! Como ahora todos tenemos que ser emprendedores…

Por todo ello, trato de aprender de la gente que ha adoptado una fórmula estándar, de manual, para escapar con bien de la pregunta de marras. Hay quién le echa retórica al asunto y se descuelga con largos adverbios y adjetivos. Una respuesta del tipo: “-Manifiestamente mejorable”, en la que se utilizan términos positivos, aunque la respuesta sea negativa en sí misma. Pronunciada con una amplia sonrisa, una contestación como ésa desconcierta al interlocutor, dejando en el aire un poso de optimismo. Es un recurso tan efectivo como el utilizar una doble negación para afirmar algo: cuando el contenido de la idea prende en el contertulio, la conversación ya habrá derivado hacia las hazañas de la Roja o el calor sahariano que nos invade.

Pero me gusta aún más el surrealismo de la respuesta contradictoria en sí misma. Fue mi Cuate Pepe quién, a la inocente e irreflexiva interrogación sobre su estado, me contestó: “- Mal. Por lo demás, muy bien”.

¡Ahí le has dado! Empiezas por ser realista, seco, serio y contundente para, de inmediato, girar hacia lo humorístico, divertido y optimista. Quizá, hasta lo sarcástico. Pero, igual que en el caso anterior, cuando tu interlocutor ate cabos, ya habrás estado hábil para pegar un capotazo, dirigiendo la conversación hacia las excelentes tapas que ponen en el nuevo bar que ha abierto en la esquina de tu calle o hacia el osado y filosófico look de Anquela, el flamante nuevo entrenador del Granada.

Podemos utilizar, en fin, la fórmula gallega para zanjar cualquier cuestión: “- ¿Pues cómo voy a estar?” Porque hablar de la crisis, cansa. Y empieza a ser obsceno y hasta de mala educación, como lo sería hablar del euro con un griego, de deporte con un francés o de Chamizo con un político español.

Jesús Lens

A ver, los anteriores 28J de 2008, 2009, 2010 y 2011

El ¿futuro? de Europa

Desde que tengo uso de razón, mantengo una relación complicada con Europa. Y, por eso, planteábamos esta disyuntiva europea, a través de dos imágenes…

Cuando era un enano, en el Cole me castigaron una vez de cara a la pared. Y, sobre la pared, un mapa de Europa. Aproveché aquella coyuntura para aprenderme todas las capitales del Viejo Continente, algo meritorio para alguien tan asistemático como yo.

¡Ya no hay mapas como los de antes!

Aquel castigo me permitió no dudar cuando se trataba de ubicar a Bucarest, Sofía o Moscú como capitales de países lejanos, extraños, fríos y enigmáticos. Tras la caída del Muro, Bonn dejó de formar parte de aquella nómina, pero a mí me resulta imposible no pensar que la capital de Alemania era Bonn y Berlín, por ejemplo.

Algo más mayor, en octavo, participé en el concurso de relatos que Coca-Cola convocaba (y sigue convocando) todos los años. Recuerdo los nervios, espantosos, al juntarnos con otras varias decenas de niños en un aula universitaria, bolígrafo en mano. Y el tema de la redacción: “La entrada de España en la Comunidad Económica Europea”.

¡Toma ya!

¡Vaya un temazo!

Recuerdo que me salió un bodrio de redacción que acababa con una familia de agricultores de tomates muy felices por la entrada de nuestro país en la entonces CEE.

Y, ya más de mayor, fascinado por el Derecho Internacional Público y por el proceso de integración de la Unión Europea, en quinto de carrera, decidí matricularme, voluntariamente, en Derecho Comunitario, una asignatura extra que se impartía por primera vez en Granada, merced a los buenos oficios de la Cátedra Jean Monnet y al impulso del profesor Liñán.

Directivas, Reglamentos, Consejo, Comisión… todo el fascinante entramado que constituía la UE resultaba transparente, atractivo y, sobre todo, decisivo. ¡Era un proceso histórico, memorable, imparable! Y poder participar en él, aunque fuera estudiándolo, era un enorme privilegio. Como lo fue el votar en las primeras elecciones al Parlamento Europeo. Pero fue un año duro, que aquella asignatura-seminario resultó de lo más exigente, exámenes orales incluidos.

Eso sí, recuerdo que, ya entonces (y hablamos del curso 92-93), una de las pegas que se ponían al proceso era el llamado Déficit Democrático…

Es sintomático que, en 2012, el gran problema al que nos enfrentamos sea el del déficit. Pero el económico y monetario. Porque si hay una palabra que está de retirada, batida por la crisis, ésa es “democracia”.

Con el Euro en un brete y Europa asomada al abismo, va a ser otra vez la Economía la que tire adelante del proceso de integración de la Unión. Ya se habla de un Superministro de Finanzas y de un Tesoro común que vengan a poner coto a los “desmanes” de los países integrantes de la Eurozona.

En realidad, todo el proceso de integración europea ha avanzado con firmeza y determinación cuando las cuestiones económicas, financieras y monetarias así lo han requerido, con la adopción de una moneda común como hito más importante de una historia que, paradójicamente, se apresta a volver a dar un paso de gigante cuando más en entredicho están sus éxitos, logros y consecuciones.

En las dos últimas semanas he asistido, espantado, a diversas conversaciones en que el fantasma de la Alemania más agresiva y beligerante ha salido a relucir. De hecho, las supuestamente divertidas imágenes de Ángela Merkell con bigotito nazi no me hacen la más pícara gracia.

A finales de esta semana, volvemos a jugarnos el futuro. Otra vez. Estamos, nuevamente, al borde del abismo. Y, como ya hemos señalado en otras ocasiones, la mirada del precipicio es muy atractiva, subyugante… y peligrosa.

¿Se acuerdan ustedes de los aburridos viejos tiempos?

Ojalá que la Cumbre de finales de semana sirva para poner las bases a la vuelta a un futuro algo mejor que este presente devastador que estamos sufriendo.

Muchas cosas se van a quedar en el camino. Soberanía, autonomía, veto o unanimidad van a pasar a ser arcaísmos, más pronto que tarde. La lucha, a escala europea, tendrá que ser por los derechos, por la justicia redistributiva, por la generación y el reparto de una riqueza globalizada y sostenible.

Sí. Es verdad. Se me empieza a ir la pinza. Me dan voluntos utópicos y sentimentales.

Será la carrera, a mediodía, en plena Alerta Amarilla, por encima de los 45 grados.

O será, sencillamente, que no creo que estemos ante el comienzo de una Tercera Guerra Mundial en la que nada tenemos que ganar y todo que perder.

Jesús mesiánico Lens

Veamos los 27 de junio de 2008, 2009, 2010 y 2011