Una niña encerrada en un correccional pide ir al hospital para parir y se escapa del centro sanitario con el gotero puesto

 

Bueno, aquí os dejamos una historia que tiene tanto de tragedia como de comedia. Esperamos que os interese.

«Fue al hospital a dar a luz a su segundo hijo y salió del centro sanitario tan embarazada como entró, pero con una orden judicial de busca y captura.  Esta es la historia de una niña granadina que fue madre por primera vez con solo 14 años y que a los 16 volvió a quedarse encinta. Demasiado, demasiado pronto. La vida recortó su infancia y lo encajó como pudo.

Para acabar de arreglarlo, tuvo problemas con la justicia y acabó encerrada en un establecimiento para menores infractores ubicado fuera de Granada. Más que un castigo, fue una medida para protegerla de su propio descontrol. Pero ella no quería estar allí. Mientras veía crecer su vientre, se imaginaba en la calle, en libertad. Quizá, o presuntamente, fue madurando un plan para hacer realidad su deseo.

En los últimos días del pasado junio, cuando ya había llegado al octavo mes de gestación, alertó a las educadoras del correccional que tenía fuertes dolores y contracciones. Fue trasladada a un hospital. Los médicos acordaron su ingreso porque, efectivamente, parecía que iba a alumbrar a la criatura. También se avisó a su familia para que la acompañasen. Así fue: varios parientes se desplazaron hasta el centro sanitario para estar con ella.

Como es lógico y dado que seguía privada de libertad, la paciente estaba bajo vigilancia. Una persona se encargaba de su custodia. La joven estaba tumbada en la cama y con el brazo enganchado a la medicación.

A primera hora de la tarde, la vigilante aprovechó un momento de calma para entrar en el baño. En la habitación solo estaban la futura mamá y una de sus abuelas. Cuando la supervisora salió del servicio -solo habían transcurrido unos segundos-, comprobó alarmada que la niña no estaba. Preguntó a la abuela por la paradero de su nieta y esta dijo que no lo sabía.

La vigilante salió de inmediato al pasillo para intentar localizar a la chica, pero no la vio. Entonces, regresó a la habitación, tampoco estaba la abuela.

Instantes más tardes, la embarazada, con el gotero puesto y rodeada de varios parientes, son vistos abandonando el hospital.

En cuanto la noticia llega a Granada, la justicia dicta una orden de busca y captura de la adolescente.

Pasan los días y de la niña nada se sabe. Lo único que es seguro es que necesariamente debe haber parido, pero no se sabe dónde. Hay preocupación.

Casi dos meses después, la fugitiva es detenida en un centro sanitario de la capital granadina. Había acudido al hospital para que examinasen a su bebé, ya que presentaba algún problema de salud. Y allí se la encontraron las fuerzas de seguridad.

Horas más tarde, la mamá y el recién nacido eran trasladados a un centro de internamiento de menores».

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