Blacksad 4

Cuando volvimos de Salobreña, después de aquel intenso fin de semana de Jazz en la Costa en que supimos que a Juanjo Guarnido, nuestro hombre en París, le habían concedido el Eisner por la cuarta entrega de Blacksad, me tiré como un poseso a mi biblioteca en busca de ese álbum que se abría con la maravillosa imagen del gato protagonista sumergido en el mar azul, languideciendo, con la ropa desarmada.

El título, igualmente evocativo: “El infierno, el silencio”.

Tumbado en el sofá, me sumergí en la nueva historia de Canales y Guarnido. Y ya no me moví hasta terminar el álbum. Que no se lee, no. Ni se devora. Es que se canibaliza. ¡No me extraña que, en Francia, estuviera entre los libros más vendidos, durante un montón de tiempo! Ojo, libros. No tebeos. Que en Francia no hacen distinciones.

En esta ocasión, Blacksad tiene que resolver un entuerto en esa Nueva Orleans que tanto nos gusta. Una Nueva Orleans que respira jazz callejero por los cuatro costados. El encargo: encontrar a un tipo desaparecido desde hace tiempo. Un punto de partida canónigo, de género negro por excelencia.

En su investigación, Blacksad irá topándose con personajes de todo pelaje, ni buenos ni malos sino todo lo contrario. Y con algunos ciertamente turbios. Lo mejor de las historias de Canales y Guarnido es que, habiendo leído e interiorizado a los clásicos históricos y a los clásicos contemporáneos del género negro, evitan cualquier atisbo de maniqueísmo.

Y, por supuesto, el arte que tiene Juanjo en humanizar a los animales que utiliza en las historias. O en animalizar a las personas. ¿Habrá algo más efectivo que convertir a un pingüino en un camarero? O ese viejo chivo loco, con la barbita prototípica.

Atentos a la definición que, el propio Guarnido, hace de su trabajo, de su arte: “La generación que tiene nuestra edad y que representa el grueso del mercado, se ha criado con las películas de Disney, y creo que combinarlo con el tratamiento un tanto atrevido por lo realista de los personajes zoo-morfos en un ambiente de género negro, con su pequeña dosis de caricatura e incluso de cartoon, si no ha tocado su fibra sensible, ¡ha sido como si lo hiciese!”

Y tanto que sí.

Un último detalle: los autores se declaran en deuda con William Claxton, por sus clásicas y veneradas fotografías sobre ese Nueva Orleans mítico que, repito, me arrebata (te recuerdo que, cuando vengas, debes fijarte). Cuando se dan la mano, en un proyecto, dos de los artistas que más admiras, el resultado solo puede ser uno: espectacular. Y eso me recuerda que tengo que terminar de ver «Treme» antes de que empiece la segunda temporada.

En serio, si todavía no has entrado en el universo Blacksad, hazte una pregunta: ¿a qué carajo esperas? Mira que, cuando hagan la película e inauguren el monumento a Blacksad en Salobreña, te tirarás de los pelos por no haber descubierto antes las maravillas que se ocultan en estos cuatro álbumes maravillosos…

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

Ahora, de año en año: 2008, 2009 y 2010

JAZZGRANADA: LA MÚSICA QUE SE LEE

Grande, el concierto de anoche de Chano Domínguez en Monachil, repleto de matices, con ese «Gracias a la vida» que te reconcilia con lo mejor del ser humano.

 

Y con el fraseo del pianista gaditano aún en el oído, sigamos hablando de jazz, que tenemos on line, por fin, la actualización de la revista Jazzgranada, en que publico una actualización de aquel texto sobre William Claxton que subí a esta bitácora hace una semanas y en la que podemos degustar un somero pero completo repaso por todos los conciertos del Festival de Jazz de Granada, realizado por Antonio Pamies e ilustrado por las excepcionales fotografías de Pepe Torres.

 

Además, una reseña que hace Jesús Villalba del último disco de Kenny Barron, titulado nada menos que «The Traveller» así como una reseña del excelente libro «Jazz covers», publicado por la esencial editorial Taschen.

 

Hay vídeos, recomendaciones jazzísticas para regalar en estas ¿entrañables? Fiestas que se nos vienen encima y varias otras aportaciones que hacen de Jazzgranada una de las revistas de música on line más interesantes del mercado.

 

No dejen de visitarla.

Jesús Lens, borracho de jazz.