Tres culturas del Mediterráneo

¡Ojo! Quedan cerca de dos meses para que vayamos haciendo nuestros deberes lectores, ¿estamos? Dos meses parece mucho tiempo, pero no lo es, dada la nómina de autores que nos van a visitar los próximos 26, 27 y 28 de abril, fechas que deben ustedes bloquear en sus agendas, resaltándolas en un rojo bien vivo.

A la espera de conocer el programa de la Feria del Libro en que trabaja el incansable Nani Castañeda, ya se han hecho públicos los nombres que estarán en Granada para participar en el admirable Tres Festival y sus imprescindibles Voces del Mediterráneo.

Organizado por la Fundación Tres Culturas, el Centro Lorca acogerá una nueva edición de un Festival con la capacidad de convocar a extraordinarios autores que, además, son un ejemplo internacional de compromiso político y social, referentes del pensamiento contemporáneo y protagonistas de algunos de los debates más interesantes del momento.

En las páginas de cultura de IDEAL, José Antonio Muñoz hacía ayer un preciso y precioso repaso por algunos de los autores a los que tendremos el privilegio de escuchar en Granada, de Luis García Montero, Antonio Lozano, Alessandro Baricco o Tariq Ali a Asli Erdogan y la grandiosa Alicia Giménez Bartlett, recién galardonada con el IV Premio Granada Noir a una carrera artística vinculada al género negro y policial. (Leer AQUÍ)

Pero si hay un nombre que me fascina especialmente es el de Günter Walraff, cuyo “Cabeza de turco”, publicado en Anagrama, es un libro fundacional. Tanto que, cuando tuve la fortuna de leerlo, me hizo cambiar mi concepción de la literatura y el periodismo de forma radical.

Y mucha atención a la periodista, novelista y ensayista croata Slavenka Drakulic: sobre la cuestión del nacionalismo y sus nefastas consecuencias, incluida la caza de brujas; sabe mucho. Por propia experiencia.

Y vendrá Leila Slimani, cuya “Canción dulce” es una de las novelas que más me impresionaron el año pasado, como escribí en El Rincón Oscuro de este periódico, hace unos meses. (Leer AQUÍ) Y Muñoz Molina, en cuyos vagabundeos reflexivos, creativos y meditativos ansío sumergirme… en cuanto acabe de escribir estas líneas.

Además de literatura, el Tres Festival nos trae cómic e ilustración. Y música. Y, sobre todo, nos brinda la ocasión de conocer, de primera mano, otras voces y otros ámbitos. Distintas miradas, ópticas y puntos de vista. Pensamientos y discursos alternativos. ¡Ahí es nada!

Jesús Lens

Brújula al Este

Leo la impresionante, compleja y poliédrica novela “Brúluja”, de Mathias Enard, un canto al Oriente en su más amplia y variada acepción y, al final del libro me encuentro con que la protagonista asiste en Granada a un aburrido congreso durante el que, sin embargo, se ve sacudida por una comunicación sobre las conexiones entre la lírica hebraica y la árabe en Andalucía a través de los poemas de Ibn Nagrella, un poeta-soldado que escribía y componía, incluso, en los campos de batalla.

Conmovida por el descubrimiento de dicho personaje, Sarah se marchó al único lugar posible: “Fui a pasearme por la Alhambra. Hacía muy buen tiempo y el cielo contrastaba con las paredes rojas de los edificios, el color azul los encuadraba, como una imagen. Me sentí asaltada por un sentimiento extraño; tuve la impresión de hallarme ante todo el tumulto del tiempo. Ibn Nagrella murió mucho antes del esplendor de la Alhambra, y sin embargo cantaba a las fuentes y a los jardines, a las rosas y a la primavera; esas flores del Generalife ya no son las mismas flores, las piedras de las paredes ya no son las mismas piedras; pensé en las idas y venidas de mi familia, de la historia, que me devolvían allí donde probablemente viviesen mis lejanos ancestros y tuve la sensación, muy fuerte, de que todas las rosas no son sino una sola, todas las vidas una sola vida, que el tiempo es un movimiento tan ilusorio como la marea o el trayecto del sol… tuve la visión de una Europa tan indistinta, tan múltiple, tan diversa como esos rosales de la Alhambra que, sin darse cuenta, hunden sus raíces tan profundamente en el pasado y el futuro, hasta el punto de que resulta imposible decir dónde surgen realmente. Y esa sensación vertiginosa no era desagradable, al contrario, me reconciliaba un momento con el mundo, me desvelaba por un instante el ovillo de lana de la Rueda”.

Disculpen, ustedes y el autor, el pedazo de párrafo transcrito, pero me parece de una fuerza y de una clarividencia tan, tan poderosas… Granada. Ciudad imprescindible para soñar con el concepto del Viaje en el Tiempo. Espero poder preguntarle por ello a Enard en la próxima Feria del Libro, que participará en el “Tres Festival, voces del Mediterráneo”, invitado por la Fundación Tres Culturas.

AQUÍ, más sobre una idea de Granada como capital mundial del Viaje en el Tiempo.

Jesús Lens