Torrente 5

Si vas a ver una película de Torrente, sabes que te vas a encontrar casposidad, cutrez y roña a cascoporro. Que vas a sufrir la presencia en pantalla de un tipo no solo misógino, facha y racista, sino que también te tendrás que atragantar con toda la grasa que le ha hecho famoso. Adiposidad en sus carnes, en lo que come, en lo que ve y en lo que cuenta. Procacidades, asquerosidades y sexo guarro… al margen del célebre “¿nos hacemos unas pajillas?” que ya forma parte del acervo popular español.

 Torrente 5

En pocas palabras, que si vas a comer a un Burger, no se te ocurre pedir un cordero segureño ni, mucho menos, unas quisquillas de Motril, ¿verdad? Pues, cuando vayas a ver “Torrente 5: Operación Eurovegas” no salgas del cine airado y cabreado como una mona porque Santiago Segura no es Bergman, Ozu o Dreyer, ¿estamos?

Al pan, pan y a Torrente, tocino. Y morro. Y oreja. Y humor grueso. Y zafio. Y si vas a verla por obligación, te puedes entretener contando los cameos que aparecen en pantalla, que son innumerables.

¿Quieres leer la reseña íntegra? Pues date un salto al espacio Lensanity. ¡Es un chispo!

Por cierto, ¿has visto Torrente? ¿Y? Entre Torrente y la larga, premiosa, dialogada y exigente “Winter Sleep”, disfrutada en el Madrigal junto  otros cerca de 40 valientes, media un abismo.

Torrente

Pero así es el cine. Y nosotros… ¡Seguimos!

Jesús Lens

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