La joya mellada

Ustedes saben que yo soy más de causalidades que de casualidades. Por eso, no me extraña que el mismo día en que se hizo público que la sanidad andaluza había bajado ocho puestos en cuatro años en el ranking español, Twitter se llenara de #SusanaCumple.

No. No se piensen que era una graciosa invitación de la Presidenta a su fiesta de cumpleaños, extensiva a todo el mundo. Se trataba de una campaña espontánea… orquestada por los estrategas de comunicación de San Telmo para sacar pecho por los descuentos que los estudiantes universitarios están encontrando a la hora de pagar sus tasas de matriculación.

Y ahí estaban todos los robots del aparato, tanto los boots como los humanos, compartiendo el éxito de la iniciativa. Y es que, ahora que nadie se traga lo de que la sanidad andaluza es la joya de la corona de la Junta, hay que desviar la atención mediática hacia otros derroteros.

 

Porque, en 2014, la sanidad andaluza era la sexta mejor valorada de las 17 comunidades autónomas de nuestro país. Ahora, es la cuarta… por la cola. Imagino que será por estos logros que Susana Díaz ha colocado al exconsejero de Sanidad, Aquilino Alonso, como director gerente de la Agencia Andaluza de la Energía; y a su segundo de a bordo, Martín Blanco, como director general del Parque Científico y Tecnológico de la Isla de la Cartuja. Todo queda en casa, bien amarradito. ¡Y que nadie ose decir que son puertas giratorias! Mejor lo describimos como escaleras mecánicas, sencillamente. Sobre ello escribí en esta otra columna de IDEAL: «Colocados» 

El régimen hizo un monumental esfuerzo por convencernos de que no hubo recortes en sanidad, mostrando cuadros, cifras macro, y estadísticas que, al final, no han soportado el peso de la realidad: Andalucía es la comunidad que cuenta con un menor gasto per cápita por habitante, la que dispone de un menor número de camas hospitalarias y la tercera con menos quirófanos; según ha indicado Marciano Sánchez Bayle, presidente de la Federación de Asociaciones de Defensa de la Sanidad Pública.

 

¿Cuestionarán estas cifras desde Sevilla? Es posible que no. Quizá han tirado ya la toalla sanitaria y prefieran poner todo su esfuerzo y su capacidad de movilización mediática en la cuestión de la gratuidad de la enseñanza superior. ¿Y de la calidad? De la calidad hablamos otro día, ya si eso. Ahora toca defender el gratis total.

 

Jesús Lens