Sociedad Negra

Ya sabes que Pateando el Mundo tiene varias páginas hermanas. Como Calibre 38, en la que publico la reseña de la última e impactante novela del Maestro Andreu Martín, justamente galardonada con el Premio Crims de Tinta.

Aquí podéis leer entera una reseña que comienza justo como la novela:

“Cabeza sin mujer.

Martes, 22 de mayo. Dos días después del robo”.

Sociedad Negra

Y que incluye párrafos como estos:

Los protagonistas de “Sociedad Negra” son muchos y variados, pero quiénes llevan el peso de la narración son, principalmente, el inspector Diego Cañas, cuya hija le ha salido rana y le trae por el camino de la amargura; y, en primera persona, un tipo mestizo, enigmático y sorprendente: Liang, practicante de una disciplina tan poco conocida como el Chi kung y que se rige por el código de un Maestro que es difícil saber si existió de verdad… o solo se encuentra en la cabeza de su desubicado discípulo.

“Hemos aprendido métodos de ataque que nos han acercado al desequilibrio mental, que es la locura, y hemos descubierto que un poco de locura es imprescindible en el combate, pero un exceso de locura sería nuestra perdición. La sensatez es la que debe guiar nuestros actos, pero un exceso de sensatez nos dejaría paralizados e inútiles para el combate. Y así, conociendo que la cordura y la locura conviven en nuestro interior, es como mantenemos ese difícil equilibrio mental”.

Yo que tú no me la perdería. Además, ya sabes que a mí, lo de China, me tiene «En permanente estado de shock», tal y como escribía en este artículo publicado en IDEAL.

Consejo de amigo. Negro. Y criminal.

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JLE

Yo creo en la importancia de los nombres. Y, desde que leí “Freaknomics”, mucho más. Sobre todo, en lo letal que puede ser ponerle a un niño nombres del tipo “Ganador”, “KevinCostner de Jesús” o “LebrónJames”, por ejemplo.

Por eso, agradezco enormemente a mis padres que eligieran bautizarme con el nombre tradicional de los primogénitos de nuestra estirpe: Jesús. Aunque, en los países anglosajones causa una cierta perplejidad, Jesús es un nombre muy llevadero. Eso sí, en esta Andalucía nuestra, fonéticamente lo mismo soy Hesú que Jezú o, incluso, Eshú.

Jesus Lee

Pero no pasa nada, que siempre nos queda el Carlos, en la reserva. Carlitos, incluso.

Además, ya sabéis que me gustan los acrónimos y las iniciales. Por ejemplo, en cBc de “Café-Bar Cinema” o el ByE de aquel interrumpido “Barras y Estrellas”.

O, por ejemplo, la Triple B. Esa BBB que podría parecer la Calificación de algún producto financiero por parte de una agencia de rating, pero que responde a un concepto mucho más interesante: “Bars, Blues & Básket”; un proyecto vital con un trasfondo viajero, hipotético y futuro: visitar Nueva Orleans, Memphis y Chicago dedicándonos, básicamente, a eso: conocer buenos bares, escuchar buena música y ver buen baloncesto.

Cafe Bar Cinema

Y eso nos lleva a JLE.

Jesús Lens Espinosa.

Me preguntaba hoy mi Cuate que qué planes tenía para el fin de semana.

Y yo se los resumía de forma muy clara: JLE

Jesús Lee.

Jesús va a leer. Y punto.

Sociedad Negra

De hecho, y si me apuras, JLEM.

¡Jesús va a leer… y mucho!

Ya lo decíamos, al acabar la novela de Lorenzo Silva. El mercado editorial se ha teñido de negro y los grandes maestros del género están montando crueles y sangrientas balaceras en los escaparates y las estanterías de las librerías españolas. Andreu Martín, Juan Madrid, el propio Lorenzo Silva, Mariano Sánchez Soler, Francisco González Ledesma. Sin olvidar la monumental novela de espías que tengo entre manos, “El silencio de tu nombre”, de Andrés Pérez Domínguez.

Los hombres mojados no temen la lluvia

¿Qué significa esto? Pues que un servidor, este fin de semana, no está para nada. Para nada más que ver algún partido de básket (¡Hey Baskonia, oé, oé, oé, oe!) correr algo y… ¡LEER! ¡LEER MUCHO Y BIEN!

Nos vemos.

Entre libros.

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