Granaínos y muy granaínos

Un runrún muy habitual en esta ciudad es que Sevilla nos roba y que, por tanto, hay que granadinizar la gestión de monumentos como la Alhambra o de empresas como Cetursa, para evitar que los dineros que generan se pierdan por el Genil y terminen desembocando en el Guadalquivir.

La imagen podría mostrar a una máquina extractora llevándose la riqueza de Sierra Nevada a Sevilla

El último en apuntarse a lo de ser más granaíno que las salaíllas ha sido Sebastián Pérez, quien ha señalado que “no vamos a tolerar que se sigan manejando la Alhambra y Sierra Nevada desde Sevilla”, esperando que los granadinos tengan una participación infinitamente superior en la gestión de la Alhambra y el Generalife como de la estación de Sierra Nevada. (Leer AQUÍ)

Este tipo de declaraciones corren el riesgo de convertirse en un bumerán: en cuanto el nuevo gobierno de Sevilla -negociado en Madrid- nombre a un nuevo Sultán de la Alhambra de su puño y letra y a un nuevo Señor de las Altas Cumbres de su cuerda… ¿van a permitir que les enreden desde la Plaza del Carmen? ¿Desde el Ayuntamiento de Monachil? ¿O cómo propone Sebastián que se granadinice su gestión? Porque el patronato de la Alhambra y el consejo de administración de Cetursa ya están integrados por personas granadinas y muy granadinas…

Foto: Alfredo Aguilar

El gran problema al que se enfrenta Sebastián Pérez es que habla como si fuera nuevo en la plaza, un cándido recién llegado, casto y puro. Como si no hubiera ocupado cargos de altísima responsabilidad en el PP que condujo a la ruina al Ayuntamiento de Granada.

Un Ayuntamiento que, conviene recordarlo, es la casa de los líos, con un presupuesto prorrogado desde hace años y en el que los concejales de los diferentes partidos han sido incapaces de ponerse de acuerdo en nada realmente trascendental para la ciudad. ¡Y eso que todavía no acoge a ningún representante del partido populista de derechas!

Insisto: hace falta saber cómo se arbitrará la granadinización de los monumentos, empresas e instituciones más representativos de nuestra tierra. Lo mismo se trata de elegir a sus rectores y administradores de ámbitos de fuera de la política, con criterios exclusivamente técnicos. Lo que estaría muy bien… sino fuera porque vivimos en una sociedad en la que incluso las asociaciones de vecinos están politizadas hasta los cimientos.

Permítanme que, mientras no nos lo aclaren, sea escéptico con las proclamas granaínas y muy granaínas.

Jesús Lens

El efecto Salomé

Comparto con Fernando Marías y otros miembros de nuestro particular y cinéfilo Grupo Salvaje pasión desaforada por una de las películas menos reivindicadas del director Sam Peckinpah: “Quiero la cabeza de Alfredo García”.

Me acordaba de ella ayer, al leer las contundentes declaraciones de Juan García Montero exigiendo la inmediata expulsión de Sebastián Pérez del PP por “hacer trampas” en el pasado Congreso Provincial del mes de mayo.

¿No les decía yo que íbamos a tener una rentrée política de lo más entretenida? Pues la primera en la frente: el Juzgado de Primera Instancia número 7 de Granada ha dejado sin efecto la convocatoria del XIV Congreso Provincial del PP, así como todo el proceso congresual celebrado posteriormente. Además, aunque la resolución es recurrible, si el demandante -Juan García Montero- exige su ejecución, resulta obligatorio hacerlo.

En cuanto se hizo pública la sentencia, que corrió como la pólvora de móvil en móvil, el antiguo concejal de cultura del PP parafraseó el título de la película del maestro Peckinpah y se puso en la piel de la bíblica Salomé, exigiendo la cabeza de su archienemigo en bandeja de plata.

Una de las tesis del marxismo, no recuerdo ahora si del histórico o del dialéctico, señala que la historia se repite dos veces, primero como tragedia  y después como farsa. El PP granadino acaba de hacer buena dicha máxima.

Hace ya algo más de dos años, como condición para dimitir, Torres Hurtado exigió a su partido la cabeza de Sebastián Pérez. La obtuvo. A corto plazo, que el susodicho se rehizo y arrasó en el Congreso Provincial. Ahora, uno de los hombres de confianza del ex regidor vuelve situar en la picota al presidente del PP granadino y candidato a la alcaldía de la capital, lo que obligará a Moreno Bonilla y a Pablo Casado a tomar decisiones. Ninguna de ellas buena para su partido, políticamente hablando.

Me ha sorprendido, eso sí, la virulenta reacción del secretario general del PP granadino: al anunciar el recurso, Pablo García se ha despachado a gusto hablando de la cacería judicial a la que se está sometiendo al Partido Popular en los últimos tiempos, intolerable en un Estado de Derecho. Menos mal que ha insistido en que los azules tienen confianza en la Justicia, que si no… ¿Será el efecto de verse con el agua al cuello?

Jesús Lens

La ciudad sucia

Hay que ver la perra que cogen los políticos del PP que pasan a la oposición con la suciedad de sus ciudades. Con la suciedad como antónimo de limpieza, se entiende.

Granada, según Sebastián Pérez, presidente de los populares granadinos, es una ciudad sucia y congestionada, con un alcalde que no es referente político de ningún tipo. Y, sobre esa base, Pérez le va a mandar una carta a Luis Salvador en la que le pedirá una reunión para plantear a Ciudadanos la posibilidad de una moción de censura. Y de ello hablo en IDEAL.

 

No sé qué les parece, pero veo muy endeble este tinglado. Es como si Sebastián Pérez tuviera anotado “hacer ruido y meter follón” entre sus propósitos de Año Nuevo y haya decidido quitárselo de en medio cuanto antes para, así, poder centrarse en lo que realmente le preocupa: la candidatura de Juan García Montero para dirigir el PP granadino.

 

¿Está más sucia Granada con el PSOE en la alcaldía que lo estaba con el PP? ¿Tiene Paco Cuenca la culpa de la congestión ciudadana? Y, sobre todo, ¿cabe fundamentar una moción de censura en dichos argumentos?

Sebastián Pérez señala que Granada debería ser gobernada por quien ganó las elecciones. Supongo que no se refiere a su cabeza de lista en las últimas municipales, ¿verdad? ¿Y a los concejales que no concurrieron al polémico pleno del pasado día 30 para evitar pronunciarse sobre la acusación al antiguo alcalde, permitiendo de esa manera la aprobación de las ordenanzas fiscales propuestas por el PSOE?

 

Imagino que, a estas horas, estarán muy contentos en el seno del PSOE granadino: lo único que consiguen este tipo de faroles imposibles y de corto recorrido es restar credibilidad al jugador contrario. Porque no veo a Luis Salvador planteándose seriamente lo que no sería sino un disparate. Dejando al margen la actuación de Paco Cuenca, ¿devolvería la alcaldía a un partido cuyos concejales están abiertamente enfrentados entre sí?

En fin. Que ayer, tres accidentes de tráfico congestionaron… la circunvalación. Para variar. Que seguimos sin AVE, sin tren, sin metro y con los billetes de avión por las nubes. Que la nube de contaminación que envuelve Granada se ve desde cualquier punto elevado de las faldas de Sierra Nevada y, mientras, el PP ha decidido revitalizar el viejo y caduco género epistolar. Que para este viaje, con un WhatsApp habría bastado.

 

Jesús Lens

MOLA EL PP

A ver si con la columna de hoy de IDEAL se monta el mismo pollo que con las ZaPatiestas del otro día…

 

A veces el PP mola mazo. ¿No les encantó, por ejemplo, cuando los Peperos despotricaban sobre la eterna permanencia de Chaves al mando del gobierno andaluz y, como candidato a Presidente de la Junta, presentaron a un Arenas que lleva el mismo tiempo que Manolo, o más, en estas lides? El mismo tiempo y, además, siempre perdiendo. Que ya es moral, la del PP andaluz.

 

El PP mola mazo
El PP mola mazo

Anda que no lo he oído veces:

 

  • Si en las autonómicas, el PP hubiera presentado a alguien nuevo, a alguien distinto, les habría votado. Que Chaves me sale por las orejas. Pero ¿Arenas? ¿Cómo iba a votar por Arenas, si está más visto que el «Cuéntame» y más repetido que una barba en Afganistán?

 

¿Pueden las Arenas Movedizas ser una alternativa?
¿Pueden las Arenas Movedizas ser una alternativa?

Son las contradicciones del PP, esos absurdos que le hacen ir a rebufo de los socialistas, con independencia de lo que éstos hagan o dejen de hacer.

 

Pero el mejor regalo que los Peperos nos han hecho a la vuelta de verano ha sido lo de los talibanes progres con que Sebastián Pérez  bautizó a esos «rojazos» que han pedido que se retire el monumento a Primo de Rivera, ese anacrónico y vergonzante monolito que demuestra que, efectivamente, todo es posible en Granada.

 

La semana pasada, cuando escribimos sobre la excursión aérea de varios miembros de la Junta de Andalucía para visitar las obras de la Vereda de la Estrella, en la que se comportaron como auténticos señoricos trasnochados, el feedback mayoritario fue que todos los políticos son iguales.

 

¡Para cagarse, el monumento! Fdo.- Paloma
¡Para cagarse, el monumento! Fdo.- Paloma

Y, sin embargo, ahí está el PP granadino, en palabras de su presidente nada menos, para demostrar que si todos los políticos son iguales, unos son más iguales que otros. Porque si la cacicada del helicóptero demuestra que algunos de nuestros representantes públicos van sobraos de soberbia y suficiencia, ¿qué decir sobre esa pública, expresa y manifiesta defensa de la Falange? ¡Lo que le cuesta, a algunos Peperos del siglo XXI, renunciar a una herencia preconstitucional a la que siguen aferrados, con uñas y dientes, nadie sabe en razón de qué!

 

Por eso comenzaba esta columna diciendo que el PP mola mazo. Porque, cuando hay alguna salida de pata de banco de las izquierdas, se te plantean dudas e interrogantes. Y entonces llega la derecha, aquella Derechona que glosaba Umbral, y te las resuelve de un plumazo.

 

¡Qué valor... ¿artístico?!
¡Qué valor... ¿artístico?!

Ha querido la casualidad que, cuando esta polémica saltó a la palestra, anduviera leyendo «Operación Exterminio», de Alejandro Gallo (de la que muy pronto hablaremos en profundidad), en que se detalla cómo la Falange instrumentó una siniestra operación para asesinar a los guerrilleros que resistían en los montes, luchando por la legalidad constitucional, en los años 40. El monumento a Primo de Rivera, incrustado en la Plaza de Bibataubín, no es sino un insulto a la memoria de miles de personas asesinadas por los fascistas y la numantina resistencia a su retirada dice mucho de esos lobunos Peperos vestidos con piel de cordero.

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.