Intervenciones museísticas

Si ayer conocíamos que el Quijote, entero, no lo han leído 8 de cada 10 españoles (y muchos de ellos por obligación) ¿qué decir de las visitas a los museos tradicionales? En mi artículo de IDEAL hago unas «sugerencias» para incrementar el número de visitas a los Museos y convertirlas en acontecimientos mucho más azarosos y divertidos de lo que ahora son. ¿Qué te parecen estas propuestas? ¿Se te ocurre alguna a ti? ¿Compartimos?

Me gustan los museos. Me gusta visitarlos y disfrutar de sus colecciones permanentes y de sus exposiciones temporales. Sin embargo hay muchas personas que al único museo al que entran de buen grado es el Museo del Jamón. Los museos tradicionales, con sus cuadros y sus esculturas, les parecen un muermo.

Intervenciones museísticas

¿Qué tal si planteamos algunas intervenciones de carácter posmoderno que aporten algo nuevo y diferente a las cansinas y repetitivas visitas a los museos? Intervenciones a modo de performances que permitan conectar a la gente de la calle con la alta cultura y la sensibilidad artística. Por ejemplo, un Flash Mob en que cada visitante se sitúe dando la espalda a una obra de arte, haciéndose un selfie con ella.

Hay quien considera que la moda de los selfies junto a reconocibles obras de arte es una horterada y un estúpido ejercicio de egocentrismo, pero esta intervención muestra un marcado carácter humanista, reivindicando la preponderancia que deberían tener las personas, al situarlas por delante de los objetos, por muy artísticos y valioso que sean.

Intervenciones museísticas selfie

Y para luchar contra el estatismo propio de los museos, con los espectadores habitualmente convertidos en figuras de cera, una potente intervención sería meter a varios runners, patinadores y ciclistas urbanos en sus salas y pasillos. Gente joven, inflamada de espíritu deportivo y que, ataviada con desenfadadas y coloristas camisetas reflectantes, fuera chocando y dando accidentales golpes a los visitantes. Se trata de una acción, además, que potenciaría las capacidades de atención múltiple de las personas, al obligarlas a estar igualmente atentos a la belleza del arte… y a su integridad física.

Intervenciones museísticas Running

También sería necesario acabar con ese solemne silencio ensordecedor que invade los museos, que más parecen sacrosantas tumbas que lugares de ocio, disfrute y recreación. Dado que en su interior no se permite hablar en voz alta ni utilizar el móvil y también está prohibido fumar y consumir alimentos; una intervención que sería muy bien acogida consistiría en la concentración de los visitantes, exclusivamente, en las áreas recreativas del museo: servicios, cafetería, patios exteriores… sin que nadie pasara al interior de las salas. Un día entero conectados a la wifi del museo para jugar al Candy Crush, haciendo corrillos, vociferando a través de los móviles, consumiendo alcohol y montando un improvisado macrobotellón que se alargara hasta bien entrada la madrugada.

Intervenciones museísticas Tienda

Y para reivindicar la importancia del arte y de la cultura como motores de crecimiento económico, sería muy impactante situar la tienda del museo al principio del recorrido, y no al final. De esa forma, los clientes podrían comprar sus imanes, agendas, puzles, libros, postales, catálogos, marcapáginas y demás mercandishing y, ahítos de productos culturales, ya se sentirían moralmente legitimados para irse al bar a tomar una caña, sin tener que llegar a ver ni un solo cuadro. Porque ya se sabe que, gracias a las tecnologías de la comunicación y a las potencialidades de Google, las visitas virtuales a los grandes museos son tan provechosas como cómodas, ilustrativas y reconfortantes. ¿O no?

Jesús Lens

Twitter Lens

Actividades susceptibles de (empezar a) costar dinero

Seamos patriotas.

Ha llegado el momento de ser creativos y poner nuestra imaginación, ingenio e inventiva al servicio del país.

Tras un sesudo análisis de la cuestión económica he visto la luz y me he convencido de que es necesario que el Estado recaude todo lo posible y más aún, si queremos salir de la Crisis.

Además, cuanto más recaude el estado y menos dinero tengamos los ciudadanos, seremos más austeros y contribuiremos a fomentar ese círculo virtuoso que responde al famoso lema “Menos es más”.

La educación, la sanidad, subir los impuestos directos e indirectos… ¡por supuesto! Pero no es suficiente y, además, eso se le ocurre a cualquiera.

Sin embargo, cuando leía hoy que el Gobierno se plantea cobrar por circular por las autovías, ya me he sentido mucho más tranquilo.

¡Así, sí!

¡Esto sí es un vergel! El paraíso terrenal...

¿Y si organizamos una tormenta de ideas sobre actividades susceptibles de costar dinero, en esta nueva etapa que se abre ante nosotros?

Mi hermano, por ejemplo, ha subido hoy a Sierra Nevada con su mujer y las niñas… ¡y no le ha costado nada, excepción hecha de la gasolina, la amortización del préstamo del coche y unos bocadillos!

Eso es inadmisible.

Ha bajado tan contento, las niñas lo han pasado como enanas y han echado el día entero allá arriba. Gratis total.

Eso no puede ser.

¡Privaticemos la montaña, por favor! Demostremos que se le pueden poner puertas al campo y que se puede tarifar el uso de los caminos, senderos, trochas y pasos de montaña. ¡Faltaría más!

Además, habría que cobrar un plus por el aire sin contaminar que se respira ahí arriba.

¿Cómo que no tiene precio? Espera y verás...

Pero a la montaña se sale en contadas ocasiones y no todo el mundo disfruta del contacto con la naturaleza, así que es necesario ser más imaginativos y buscar posibilidades de recaudación en actividades diarias y obligatorias para la mayoría de las personas.

Se me ocurre, por ejemplo, añadir a los semáforos un dispositivo por el cuál, si la calle en que está instalado es de mucho tráfico, los peatones tengan que pagar un euro para que cambie de color y puedan cruzar la vía.

Y si, por el contrario, son muchos los peatones que cruzan y pocos los coches que pasan, sean los conductores quiénes tengan que pagar con algún dispositivo móvil para que el semáforo se ponga en ámbar y puedan pasar entre la marea humana.

Con éste, le pegamos un bocado al déficit que ni el Adriá, oiga

Ideas sencillas, que no requieren de mucha inversión y que contribuirán a que el Estado se convierta en una auténtica y devoradora máquina de recaudar dinero.

Pero siempre por el bien de los ciudadanos, claro.

¿Qué te parecen estas ideas?

Seguro que, ahora mismo, tu cabeza es un hervidero de ideas. ¡Compártelas con nosotros!

No te quepa duda de que el Gobierno hará suyas las mejores y las implementará a toda velocidad.

Gratis total, eso sí. Que el estado está más pelado que la calva de Yul Brynner.

Jesús ideoso Lens

PD.- Mi hermano, que ha vuelto de la Sierra oxigenado e imaginativo, propone que haya que pagar por publicar en Internet. Cuanto más gorda sea la chorrada publicada, mayor debería ser canon.

Creo que lo dice porque, si eso fuera posible, esta sarta de palabras me debería salir por un ojo de la cara… ¿O quizá no?