LIBROS PARA UN VIAJE

Cuando tienes que pasar del orden de 15 horas tú solito y sin nada que hacer, entre la espera en el aeropuerto y el vuelo correspondiente, más te vale elegir bien los libros que te acompañarán durante el periplo. Han de ser buenos libros, de los que que atrapen e imanten al asiento. Y si además viajas solo, es esencial rodearte de buenos libros que te hagan la labor de amigo y compañero esencial en esos momentos de descompresión entre los museos, las visitas, los Piscos y los tiraditos y ceviches. Adjunto os pongo los cuatro libros que me están acompañando y a cuyos autores y editoriales no puedo si no darles las gracias por lo bien que me han tratado. Aunque los reseñaré despacio, no quiero dejar pasar la oportunidad de nombrarlos ya que ellos han sido (y serán en los próximos diez días), compañeros fieles e inseparables en este viaje que que ahora cambia de continente y que, de Sudamérica nos lleva a otro Sur. Al Sur en que empiezan todos los sures: al Sur de Marruecos.

Aventuras en el México del XIX
Aventuras en el México del XIX
un Lorenzo Silva en plena forma
un Lorenzo Silva en plena forma
Qué grande, Dennis Lehane
Qué grande, Dennis Lehane
El rostro del terror
El rostro del terror

Jesús Lens, impenitente trotamundos.

IMPAR Y ROJO

Sábado. Un inmejorable día para leer. En una de nuestras páginas hermanas, La Balacera, tenemos ESTA reseña sobre una excelente novela de Oscar Urra, «Impar y rojo», publicada por la editorial Salto de Página.

 

De Óscar ya hablamos, mucho y bien, de su «A timba abierta», hace unos meses.

 

Reproducimos un extracto de la reseña que, a la vez, reproduce unos párrafos de la novela.  

 

«¿Qué te parece este holandés que hemos fichado?

 

Las cejas del camarero hicieron un gesto peregrino que podía significar «bien», «mal», «habrá que ver» o cualquier otra cosa que deseara su interlocutor. Para sobrevivir en El Portón había que ser discreto, neutral, andarse listo y conocer el arte de no pillarse los dedos…

 

-Los holandeses pueden ser buenos, o malos. A veces ni una cosa ni otra.

-Opino igual.»

 

Ni que decir tiene que he utilizado este pasaje para ese proyecto del que venimos hablando de un tiempo a esta parte: «Café-Bar Cinema«, un largo trabajo sobre cine, bares y cafés en que, por supuesto, la mejor literatura tiene un hueco, tan necesario como imprescindible.

 

Lo dicho, para leer el resto de la reseña, AQUÍ. Pero lo importante es leer el resto de la novela 😀

CARLOS SALEM Y LA CRESTA DE LA OLA

A veces, cuando recomiendo libros, pienso que soy demasiado subjetivo. Si tal es posible.

 

Pero cuando me encuentro mensajes como éste de Carlos Salem, veo que no. Que apostando, defendiendo, difundiendo y queriendo a Carlitos, acertamos de pleno. ¡Enhorabuena!

 

La cosa es más o menos así: alguien me sopla que, «probablemente» Aller Simple, la versión francesa de mi Camino de ida, podría llegar a ser candidata a los Prix 813 de novela policial, que se encuentran entre los más prestigiosos del país vecino.

 

A uno, que es inculto, el tema le suena, pero piensa que si le hubieran dado un ladrillo por cada «probablemente» que ha oído en su vida, tendría ya más casas edificadas que Iñaki Zuruaga alias El Zurullos (el que no sepa de quien hablo, que compre mi nueva novela «Pero sigo siendo el rey», editada por Salto de Página, je je).

 

El caso es que otro alguien me felicita esta tarde por teléfono y repito lo mismo: mientras no sea oficial, mejor no me altero.

 

Pero la curiosidad me pica y ahí está la jodida Wikipedia para acojonarme.

 

La Asociación 813 es una de las de mayor peso en cuanto al policial francés, y el premio en cuestión, (Mejor policial extranjero traducido al francés), lo ha ganado gente como Paco Ignacio Taibo II, Robin Cook, Donald E. Westlake, James Elrroy, Henning Mankell, Giancarlo di Cataldo o Patricia Cornwell.

 

¿A qué la lista asusta?

 

Así que decidí que alguien se había entusiasmado demasiado pronto, o había escuchado campanas equivocadas… vamos que no supuse una burla porque como todo el mundo sabe, no tengo enemigos… vivos.

 

De modo que volví al reportaje que debo entregar mañana sin falta si no quiero que mis posibilidades laborales se limiten al puesto de eunuco en un harén, agradeciendo la buena voluntad de los que entendieron mal o se apresuraron por cariño.

 

Entonces tuve que buscar un dato en el google y, ¿quién se resistía a asomarse a la web de la Asciación 813, eh?

 

Para ver cómo es, nada más…

 

Y me encontré esto:

 

http://www.813.fr/content/view/132/27/

 

 

TROPHEE POUR LE ROMAN ETRANGER OU RECUEIL DE NOUVELLES ETRANGERES :

 

 

Andrea Camilleri « Un été ardent » [Editions le Fleuve Noir]

 

RL Ellory « Seul le silence » [Editions Sonatine]

 

Craig Johnson « Little Bird » [Editions Gallmeister]

 

Dennis Lehane « Un pays à l’aube » [Editions Rivages]

 

Carlos Salem « Aller simple » [Moisson Rouge]

 

Vamos, que con esos nombres tengo menos posibilidades que Fernando Alonso este año en la F1.

 

Pero estar ahí  hace una ilusión que ni les cuento…

 

O por eso les cuento: para disfrutar haber llegado hasta ahí.

 

El premio se falla en octubre y mientras tanto ahí están Octavio y compañía, de cañas con los peces gordos.

 

Carlos Salem

PREMIOS SEMANA NEGRA 2009

Antes de entrar en el palmarés, te cuento, muy brevemente, que pienso que las presentaciones salieron muy bien. Arrancamos Fernando Marías, Fran y yo con nuestro libro de cine y viajes, que sorprende por el esquema usado en su estructura, al contar la historia del hombre a través de las películas en que el viaje es el gran protagonista. Viajes, migraciones, aventuras y descubrimientos que nos han hecho como somos, para bien o para mal.

 

Después, las presentaciones de las novelas de Oscar Urra y Carlos Salem también congregaron a mucho público, sobre todo la del argentino-español, una bestia de las relaciones públicas más sanas y mejor entendidas. Libros, presentaciones, poesía y un Luis García Montero descomunal, en la poesía, con un Félix Grande que hizo honor a su nombre. ¿Sabes? Ayer fue un día importante. Mucho. Uno de esos días que consolidan amistades y sientan las bases para alegres, felices y gozosos proyectos de futuro. El 16 de julio. Un día memorable, para recordar. Que lo sepas que así es. Y será.

 

Y con apenas unas horas de sueño, tras la velada poética y la charla en la terraza del Don Manuel con el Tiburón López, la gente de la editorial Salto de Página y Olivier, el menudo traductor francés, nos plantamos en la rueda de prensa que hizo públicos los Premios de Semana Negra 2009. Por cierto, que este año he estado vago como lector. Esta mañana me di cuenta, al no haber leído gran parte de las novelas candidatas. ¡Eso no puede ser! A ver, apunta: propósitos para estos meses: LEER MÁS. ¿Vale?

 

El premio al mejor relato policíaco fue para «Dioses y Orishas», del cubano Rodolfo Pérez Valero y que hoy publica A quemarropa. Ya te contaré qué tal es. Este año, además de leer menos, tampoco es que haya escrito más. Bueno, más si he escrito, pero hay que escribir más cuentos y relatos. A ver si el que mandé a IDEAL gusta al jurado. Se titula «Ella» y tengo muchas esperanzas con él. ¿Te lo mandé? ¿Te gustó?

 

El premio Celsius, a la mejor novela de Ciencia Ficción y Fantasía ha recaído en «Rojo alma, negro sombra», un título complicado para la novela de Ismael Martínez Biurrún, que se desarrolla en el Madrid actual, pero en el que unos crímenes del pasado vienen a interferir en las vidas de los habitantes contemporáneos de la capital de España. El autor, en la rueda de prensa, puso el acento en que se trata de una novela de emociones y sentimientos.

 

El Premio Espartaco a la mejor novela histórica, ésa que cada vez tiene más predicamento, ha sido para «Salamina», de Javier Negrete, premiado el año pasado con el Celsius por una novela de Historia Ficción en que se anticipaba ésta de Salamina, en la que recupera el tono épico de la fantasía, pero procurando ser riguroso con la historia y huyendo de cualquier tipo de maniqueísmo.

 

El premio Silverio Cañada a la primera novela negra de su autor escrita en castellano ha sido compartida por «Sé que mi padre decía», de Willy Uribe, una historia radicada en el Bilbao más negro y protagonizada por un gran pringao; y «Conducir un tráiler«, del mexicano Rogelio Guedea.

 

El Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción recayó en Carles Quílez por «Mala vida» y fue, sin discusión, el premio más aplaudido de la mañana ya que, habiendo sido finalista en cuatro ocasiones, Carles ya se había ganado la fama de eterno perdedor. Sobre este autos y su obra te contaré más cosas en otro momento, que tiene unas teorían sobre el periodismo y la literatura tan interesantes como polémicas. Sólo recuerda ese título: «Mala vida».

 

Y me queda por comentarte el Premio Gordo, el Hammett, el más deseado, el más respetado, tanto por el nombre que lleva, como por la nómina de galardonados: la mejor novela policíaca del 2008. Que también ha sido compartido. Por un lado, David Torres, con «Niños de tiza», en que reivindica la vida de barrio en la época de la Transición, en las periferias de las grandes ciudades, con un guiño muy cariñoso a las personas que todavía tienen algo del niño que fueron. Y el coganador del Hammett fue Guillermo Saccomano, por su novela «77», en la que se habla de la Argentina de la dictadura, las sacas y los asesinatos de los jóvenes argentinos, fijándose especialmente en las complicidades de la sociedad civil, algo muy silenciado y que Saccomano quiere resaltar en su novela.

 

Como ves, Semana Negra ha premiado autores y libros de muy diferente extracción. No sé cuáles te interesarán más o cuáles menos, pero oyendo hablar a los autores, periodistas y editores, créeme, dan ganas de llevárselos todos en un tráiler, pedirse una excedencia y pasarse el año escribiendo.

 

Y como esto es la Semana Negra, sigue. Llueve. y, sin embargo, tengo la sensación de que es un gran día. Las ojeras las tengo que transportar en una carretilla y el cansancio es supremo. Menos mal, eso sí, que no hay Arehuca. Te seguiré contando, en cuanto encuentre una conexión, que ésta está cerrada mañana.

 

PD.- Desde el ordenador de atrás oigo la voz de José Manuel Fajardo, acaba de decir: «Habemus libro», estrechando la mano del glorioso fotógrafo Daniel Mordzinski. Ayer estuvimos charlando sobre este proyecto, que será acojonante y que cuenta una historia fascinante, combinando textos y fotografías. Pero no te avanzo nada. Ya tendremos ocasión de hablar sobre ese libro. Y verlo. Y olerlo. Y palparlo. Porque hay libros que entran por los cinco sentidos. Y éste lo será.

 

Es viernes. San viernes. Disfruta y sé feliz.

 

Fdo.- Jesús Lens, ojeroso, pero contento.