El hammam, un nuevo ritual

Uno de mis discos favoritos se titula ‘Ritual de lo habitual’, de los míticos Jane’s Addiction y, aunque no soy muy de rituales y casi nada de formalismos, a los finales de año sí les concedo una importancia especial. Sobre todo, para dejar atrás lo malo y comenzar ligero de equipaje el siguiente viaje alrededor del sol.

En mi Gastrobitácora del suplemento Andalucía Gourmet de IDEAL ya he escrito sobre algunos ritos relativos a la comida y a la bebida. También me gusta conferirle un significado especial a la última película que veo y al libro que me servirá de tránsito interanual, por ejemplo.

Desde este año, tengo claro que a mi ritual de lo habitual se le va a sumar algo nuevo: darme un baño en el Hammam Al Ándalus, con fregoteado exfoliante y masaje incluidos. Fue un regalo. ¡Y qué regalo, oigan! El lugar es ciertamente mágico, manteniendo una atmósfera muy sugerente de quietud, sosiego y recogimiento. La gente guarda el imprescindible silencio necesario para exprimir la experiencia y la música de origen andalusí termina de conformar un ambiente evocador, embarcándote en un sensual viaje en el tiempo.

A ello contribuye el hecho de que el móvil, lógicamente, se queda en la taquilla del vestuario. Ni selfis, güasaps o consultas al Instagram. Se trata de una desconexión total.

“Un jardín de agua y sombras donde es posible emerger a salvo del torbellino diario. Donde es posible emprender un camino de está dentro de ti. La naturaleza es cambiante como el movimiento del agua, un camino que no se agota. La naturaleza es un viaje, no empieza cuando llegas ni termina cuando regresas, sino que forma parte de ti”.

¿No resulta atractiva la presentación que hace el Hamman Al Ándalus de sus servicios? La mayor parte del público era foráneo, de acuerdo a los acentos que se escuchaban, susurrados quedamente. Es habitual, al viajar, darnos caprichos diferentes a los habituales. De vez en cuando, sin embargo, no está de más darse un gustazo en nuestra propia casa. Pasar por el Hammam es uno de ellos y, créanme, es un regalazo para compartir con alguien especial.

¡Feliz entrada al nuevo año! Nos seguimos leyendo en el 2020…

Jesús Lens