Dos novelas noir

Hablemos de dos de las novelas negras que he leído recientemente y cuyas reseñas están en una de nuestras páginas hermanas, Calibre 38, referencia obligatoria para cualquier interesado en el género.

De «Piel de topo», de Jon Arretxe, publicada por Erein, ya hemos hablado. Que Toure es uno de nuestros personajes de cabecera, como escribí en esta entrega de El Rincón Oscuro.

Lo más importante en las novelas de Jon Arretxe es su capacidad para ponerse en la piel del Otro, lo que permite al lector verse reflejado en un espejo que le devuelve una imagen que, posiblemente, no es la que esperaba. Y eso es lo que convierte a Arretxe en uno de los grandes del Noir contemporáneo.

 

(Lee aquí la reseña completa)

 

Y luego está «Que te vaya como mereces», de Gonzalo Lema, publicada por Roca editorial y ganadora del Premio L’H Confidencial.

Si eres de los que considera que la trama y el argumento están sobrevalorados en la novela negra, que lo realmente importante son los personajes, el ambiente y el contexto, Que te vaya como mereces es tu novela.

 

Mi relación con Que te vaya como mereces ha sido cambiante. Al principio, me gustó el planteamiento del autor, sumergiéndonos en la sociedad boliviana contemporánea, llevándonos a sus bares y tugurios y describiendo la amplia y sugerente gastronomía de la tierra. Me lo pasaba bien con los personajes y seguía a Santiago Blanco, con alborozo, en todos sus paseos. Me gustaban sus réplicas, sus amoríos y hasta sus dudas y zozobras con respecto a su futuro.

 

Luego, me cansé de que no pasara nada.

 

Así que decidí aparcar Que te vaya como mereces y leer otra novela, antes de volver a Cochabamba. Pero la magia del realismo boliviano se había evaporado. Sí. Seguí tumbando birras con Santiago y comiendo todo lo que podía, con él, en los puestos del mercado. Pero cada vez que me hablaba de sus cuitas con Gladis, Margarita o con Uribe, el dueño del inmueble en que ejerce como conserje, terminaba cansándome y buscaba cualquier excusa para despedirme e irme a dormir.

 

(Lee aquí la reseña completa)

 

Jesús Lens

Las niñas perdidas

No sé qué decir de esta novela. Lo siento. Hace días, hace semanas que terminé de leerla. Y cada vez que voy a meterle mano a la reseña, me quedo sin saber qué escribir.

Unas veces he pensado empezar con una pregunta:

– ¿Crees en la justicia o crees en la venganza?

Otras, he pensado preveniros. Porque la lectura de “Las niñas perdidas” es peligrosa.

Lo mismo estás en la librería y ves esta portada, blanca y virginal, y te confundes, por mucho que arriba veas que ha ganado el Premio L’H Confidencial 2011 de Novela Negra y esté editada por la colección Criminal de Roca Editorial.

Sí. Quería prevenirte porque, al terminarlo, este libro deja secuelas.

Además, genera adicción. Y te descubres releyéndolo, adelante y atrás.

No es de extrañar que, por ejemplo, haya ocasiones en que vayas a la estantería en que hayas escondido el libro, arrumbándolo lo más lejos posible, sepultándolo entre otras decenas de títulos, y lo rescates para volver a leer las indescriptibles “Instrucciones para matar a un perro”. O, peor aún, las más siniestras “Instrucciones para matar un hámster”.

¿Cómo voy a hablar de un libro que, si tuviera niños adolescentes en casa, quemaría hasta reducirlo a pavesas, no fuera a ser que lo encontraran, aún después de haberlo ocultado como el que esconde un tesoro de valor incalculable?

¿Qué queréis que os diga de un libro que recuerda dulces canciones como ésta?:

Con un cuchillito

de punta de alfiler

le saqué las tripas,

las llevé a vender.

A veinte, a veinte,

las tripas calientes

de mi mujer”

No, perdona. El autor de la novela no está zumbado. En todo caso, la zumbada será la autora. Fallarás. Cristina Fallarás.

Y a mí no me metas en esto.

Que bastante he tenido con leer un libro cabrón cuyos personajes me persiguen desde que me dejé contagiar por su insania, por su locura. Por su enfermedad.

Sí. El libro va de niñas secuestradas. Y de las cosas que les hacen. O les amenazan con hacer. Y de la gente que las busca. Y de la gente que las tiene. Y del porqué.

Pero no busques respuestas sencillas o simples a un asunto que no puede tenerlas. No busques, en “Las niñas perdidas”, una lectura agradable para antes de dormir: tendrás pesadillas, dormirás mal y te retorcerás bajo las sábanas.

Así que, si lees “Las niñas perdidas”, si eres capaz, no vayas a decir que no te advertí.

No quiero reclamaciones o broncas, mosqueos o recriminaciones.

Yo ya te lo he avisado.

Ahora, haz lo que te de la gana.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

CAMINOS CRUZADOS

No amigos, no. Esta vez nos os puedo recomendar que leáis la novela que terminé el sábado a mediodía, tumbado en el sofá, haciendo una lectura casi transversal, ansiosa, por saber cómo acababa la historia urdida por Erlantz Gamboa en “Caminos cruzados” y que le deparó la consecución del último premio L´H Confidencial de Novela Negra.

 

Y no os la puedo recomendar porque, si sois personas débiles, timoratas, melifluas y apocadas, ésta no es vuestra novela. ¡No caerá en mi debe siquiera la posibilidad de que algún alma sensible se enfrente a la truculenta historia propuesta por Gamboa y, sufra una crisis de ansiedad o una apoplejía! Ni mucho menos.

(Si, aún así quieres seguir leyendo, pincha AQUí, bajo tu propia responsabilidad)

EL CINE CON AROMA, IDIOMA Y CAPITAL ESPAÑOL ARRASA EN CANNES

¡Triple premio para el cine español en Cannes! Bueno, es una forma de hablar, que Oliver Laxe es una rara avis de nuestro cine y, como leemos AQUÍ, se ha llevado el Premio de la Quincena de Realizadores. Y a Bardem le han reconocido su papel en «Biutiful», como podemos leer AQUÍ. Pero es que, además, ‘Uncle Boonmee’, del tailandés Apichatpong Weerasethakul, producida por el español Luis Miñarro, es la Palma de Oro de Cannes, una de las ediciones más sosas y mediocres de los últimos años, a decir de los profesionales de la crítica desplazados al Festival. Por cierto, Boyero puso a parir la película galardonada con el premio supremo del Festival… Leed AQUÍ su desopilante resumen: Una Palma de Oro grotesca.

 

Por cierto y sobre «Biutiful», se confirma que, sin su guionista de referencia, el bueno de Iñárritu no es tan bueno. Lo que, para quienes nos gusta la escritura, es importante. En pocas palabras, que como escuchamos AQUÍ, a Boyero le ha dejado frío «Biutiful». Menos mal que sí le gustó última de Woody Allen…  Y AQUÍ tenemos más Boyero en Cannes.