Vuelta la burra

Se anuncia la llegada de un nuevo frente frío y una súbita bajada de las temperaturas, las alertas empiezan a cambiar de color amarillo a naranja como un semáforo loco y se vuelve a hablar del riesgo de nevadas.

A la vez, el interventor del Ayuntamiento de Granada insiste en afear a la corporación municipal que no esté cuadrando el plan de ajuste, Baldomero Oliver dice que sigue trabajando en un nuevo presupuesto y la oposición critica al PSOE su inacción.

 

El día de la marmota o vuelta la burra al trigo, o sea. Es posible que llegue el momento en que Hacienda intervenga las cuentas del Ayuntamiento de Granada. O no. Pero a los ciudadanos, empieza a darnos igual. Será que la piononada de hace unos días ha dejado un regusto dulce en la Plaza del Carmen, con esas colas kilométricas para comerse un pastelico gratis, que hay que tener moral –y tiempo- para invertir dos horas en llevarse un dulce a la boca; pero esto de las cuentas municipales y los 2,8 millones de euros que faltan para cuadrar la planilla, ya cansa.

Y no lo digo como persona despreocupada o desganada, sin interés por la res pública granadina, cigarra tocaviolines y rascapanzas al sol que más calienta. Lo digo como ciudadano que ha estado muy angustiado por la grave situación económica del Ayuntamiento… hasta que llegó a Granada Cristóbal Montoro, adalid del Terror Presupuestario, y despachó el asunto con displicencia, diciendo que tampoco era para tanto, que el Consistorio no estaba peor que otros muchos y que a él… ¡a Montoro himself!, no le alarmaba especialmente nuestra situación.

 

Con la matraca que nos han dado con la subida del IBI y las ordenanzas fiscales; con el déficit, el plan a proveedores, las tasas municipales, etcétera, como si todo ello fuera un insoslayable asunto de estado; y viene Montoro a pinchar nuestra burbuja de angustia y preocupación…

Comprenderán, pues, que las nuevas alertas del interventor municipal y las supuestas gravísimas consecuencias de no meterle mano a ese diferencial de 2,8 millones de euros, me dejen bastante indiferente. Y que la pelea de gallos entre portavoces municipales a cuenta de las cifras o la posibilidad de tener un nuevo presupuesto municipal, ya no estén entre mis prioridades. Máxime, después del éxito de la tarta de piononos más grande del mundo.

 

Jesús Lens