Presidente on the road

Fue a finales de octubre de 2016. El día 2 de ese mismo mes había sido defenestrado como secretario general del PSOE por el núcleo duro de su partido. O lo que parecía ser el núcleo duro.

Un mes tardó en digerir Pedro Sánchez su batacazo. Un mes que le sirvió para recomponerse y lanzar una campaña a través de su web que buscaba “recuperar y reconstruir” el PSOE. Acababa de renunciar a su escaño en el Congreso de los Diputados y anunciaba que cogía su coche para echarse a la carretera y reunirse con los militantes socialistas, hablar con ellos y, sobre todo, escucharles.

“Yo no fallaré a la cita y sé que tú tampoco. ¿Me acompañas?” Ese fue el mensaje que el vilipendiado Sánchez envió a la militancia. Parecía un mensaje a la desesperada, el mensaje en una botella que un náufrago lanzaría a la inmensidad del océano.

Menos de dos años después, ese náufrago es el Presidente del Gobierno de España, a pesar de todos los pesares, tras soportar presiones casi insoportables y esquivar torpedos lanzados desde todos los frentes. Me resultó sorprendente leer a “analistas” que, tras el veredicto del PNV, seguían insistiendo en que Pedro Sánchez debía convocar elecciones, dejar al PP a los mandos de la transición y tratar de ganar en las urnas. ¡Qué chungo, confundir los deseos -y los intereses partidistas y económicos- con la realidad!

Cuando leí lo de Sánchez on the road, les confieso que pensé que ya le valía su empecinamiento, que hay que saber perder y retirarse a tiempo. Y ahí lo tienen, desalojando a Rajoy de la Moncloa.

El 18 de marzo de 2017, Pedro Sánchez llegaba a Granada en su On the road particular. Intervino en un acto con militantes en que participaron José Antonio Rodríguez, alcalde de Jun, y Belén Navarro. “La plataforma por Pedro Sánchez en la provincia de Granada ya aglutina a alrededor de 14 alcaldes, secretarios generales de agrupaciones locales, secretarios de organización y militantes de base que están participando en este movimiento de apoyo al candidato”, informa IDEAL.

A comienzos de enero de este año, Pedro Sánchez volvía a Granada, ya como Secretario General del PSOE, para presentar su propuesta para el sistema público de pensiones. ¡Cuánto camino recorrido y en qué poco tiempo! Magistral lección de resistencia y de resiliencia.

Jesús Lens

E-moción de Corpus

No puedo esperar a saber si el PNV va a rematar a Rajoy o terminará por indultarle. Tengo la necesidad compulsiva de escribir, antes de comer, porque la mañana ha sido tan pródiga en emociones que el resultado final de la contienda no importa tanto como la concatenación de impactos. (Al final, fue descabello).

Mientras la procesión del Corpus Christi gozaba del fervor popular bajo un límpido cielo azul, los titulares informativos se acumulaban y tropezaban en torno a un mismo concepto: salida.

Pedro Sánchez martilleaba a Rajoy, exigiendo la suya. A la vez, Rosalía Iglesias, la mujer de Bárcenas, conseguía la orden de salida de prisión gracias a una fianza de 200.000 euros reunida en un tiempo récord. Y, por si faltaba poco, Zidane anunciaba su sorpresiva y traumática salida del Real Madrid.

Hubo un momento de completo delirio en que se me llegó a plantear la posibilidad de que Zizou fuera el candidato de consenso exigido por el PNV para apoyar la moción de censura y que Rajoy acabara en el banquillo blanco, entrenando por Europa y sentado a la derecha del padre Florentino.

Ya saben ustedes que yo creo en los símbolos y en su causalidad. Por tanto, cuando comprobé que Zidane se iba -por la puerta grande- y vi a Willy Bárcenas llegar a la prisión de Soto del Real con la fianza que abrirá la puerta de cárcel a su madre; tuve claro que Rajoy había llegado a la casilla de salida del tablero de juego. Solo que, en su caso, la casilla de salida marca el final de la partida, no el principio.

Mientras Granada celebra su semana grande entre Tarascas, dragones y casetas, bien regada con cerveza y palitos de ron; la gente baila sevillanas y vibra en las atracciones mecánicas con un ojo puesto en el Ferial y otro en la Carrera de San Jerónimo.

Durante otro Corpus igualmente emocionante, hace ahora 6 años, España fue intervenida por la Unión Europea. Rajoy era presidente y Luis de Guindos, ministro de economía. Hoy, Guindos es vicepresidente del BCE… ¿y Rajoy?

Jesús Lens