Contenedores culturales

PP y Cs han preparado unos presupuestos para el 2020 en los que la Junta dedica partidas al metro y al acelerador de partículas, infraestructuras imprescindibles para Granada.

También se incluyen dos partidas para nuevos contenedores culturales: 450.000 euros para crear una sala expositiva en la magnífica estación de Alcázar Genil —el metro no deja de deparar sorpresas— y la nada desdeñable cantidad de 1,5 millones para el llamado Palacio de las Artes y la Ciudad de la Música de Granada, así, con todas esas mayestáticas mayúsculas.

Para cualquier amante del arte, la música y la cultura, que Granada pueda disponer de dos nuevos contenedores culturales debería ser una magnífica noticia. Pero hay un problema: ¿con qué piensan llenarlos las administraciones públicas que los impulsan?

Quienes nos dedicamos a la gestión cultural llevamos recibiendo la misma respuesta del Ayuntamiento y la Junta de Andalucía cuando les planteamos diferentes propuestas y proyectos: nos encantan vuestras ideas, pero no hay dinero. Gracias por venir y hasta la vista.

El ‘no-hay-dinero’ es el rompeolas contra el que chocan las ilusiones de decenas de personas y colectivos que tratamos de sacar adelante cualquier iniciativa cultural en Granada. No hay dinero porque los presupuestos están congelados. No hay dinero porque las arcas están vacías. No hay dinero porque otros programas consumen todos los recursos. No hay dinero porque… No hay dinero.

En realidad, y a la vista de los presupuestos 2020, dinero sí hay. Lo discutible y cuestionable es cómo se gestiona. Digámoslo alto y claro: es un escándalo y un sinsentido que, el año que viene, la Junta se vaya a gastar dos millones de euros en nuevos contenedores culturales mientras mantiene en la indigencia a la OCG, por ejemplo, y estrangula al tejido creativo de la provincia con su sempiterno ‘no hay dinero’. ¿Con qué piensa llenar esos contenedores, llegado el caso?

Lo cierto es que desde la llegada de PP y Cs al gobierno de la Junta y del Ayuntamiento, Granada ha perdido dos festivales de cine, uno de títeres y otro de fotografía. ¿A cambio de qué?

Jesús Lens