Defender el Palacio

Hace bien Luis Salvador en defender el Palacio de Congresos de Granada como en las películas medievales se defendía el castillo o, en los wésterns, el fuerte. Toca hacerse eso, fuertes, e impedir que Sevilla se apodere de ninguno de sus órganos de gestión. Sevilla como concepto, ustedes me entienden.

Es lugar común en Granada, entre tercios y ‘follazas’, quejarse en el bar de que, si pudiera desmontarlas, la Junta se llevaría la Alhambra y la Sierra a Sevilla. No creo que el Palacio de Congresos, en la ruina, despierte tantas pasiones, pero por si acaso, el alcalde ha estado hábil y rápido de reflejos para evitar que la secretaría del consorcio que rige sus destinos se lleve desde orillas del Guadalquivir. Lo que pase a partir de ahora, está por ver.

También ha estado certero Salvador bajando la cuestión a la arena política y alejándola de la judicial. La actual corporación municipal se ha encontrado con un marronazo heredado de las anteriores y es justo que su resolución involucre a la Junta, no le dé por salir por patas, hacer un ‘simpa’ y si te he visto no me acuerdo.

En la jerga económico–empresarial se habla de ‘too big to fail’ para referirse a la situación de una institución financiera cuya caída tendría nefastas consecuencias para la economía y que, por tanto, precisa un rescate de los poderes públicos.

Verbigracia, la ya extinta Bankia, cuyo logo ha sido desmontado del Cubo a lo largo del fin de semana. Ojalá que, cuando la estrella de Miró nos salude desde lo alto, no sea a modo de imagen o recurso publicitario, sino porque el edificio de Campo Baeza tenga auténtico contenido económico, laboral y empresarial para Granada a través de Caixabank.

Dejar caer el Palacio de Congresos sería un mazazo y, aunque no supondría la ruina de miles de familias, sería la puntilla para la imagen de la ciudad. Insisto: en este contencioso, Luis Salvador está haciendo las cosas bien. Ojalá que tenga buena resolución. Óptima no será. Pero al menos, que sea la mejor de las posibles.

Jesús Lens

Luis Salvador: «me quedo»

Ayer, como dulce venganza por la efeméride que todos sabemos, había pensado escribir sobre la playa, el viento, el salitre y el aire libre. Y en esas estaba cuando el encuentro casual con Luis Salvador me hizo cambiar de planes. Domingo por la mañana. Terraza al sol. Previa al café y la tostada. A esas horas ya había leído todas las especulaciones que traía la prensa sobre el futuro posible, y hasta imposible, del alcalde de Granada.

Esto que les cuento es fruto de una relajada conversación dominical con un alcalde vestido con cómoda e informal ropa deportiva. Lo que pueda pasar a partir del lunes, de riguroso traje y corbata, ¿quién lo sabe?

A lo que vamos: Luis se queda. En Granada. Y en la alcaldía. La opción de aprovechar un puente de plata hacia un oscuro despacho en Sevilla es tan poco probable como que determinados versos más o menos sueltos de los Ciudadanos granadinos apoyen una moción de censura en el Ayuntamiento para alzar a Paco Cuenca. Luis lo tiene claro y no se anduvo con ambages: “Jesús, no me voy a ningún sitio y voy a seguir siendo alcalde de Granada”. Convencimiento no le faltaba. Ganas e ilusión, tampoco.

Le pregunto por el espinoso tema de los fondos europeos y el riesgo que ha asumido al ir por libre, sin el paraguas de la Junta. Y me asegura que los granadinos podemos estar tranquilos. Que a través de la Federación Española de Municipios y Provincias hay línea directa con el Gobierno, que será quien decida el destino final de los fondos. Y me habla del documento de trabajo que tiene entre manos, con las Manifestaciones de Interés y la petición de Propuestas Abiertas que hace el propio Gobierno a la FEMP. Un documento del 15 de febrero de este año, ojo.

Torrencial como acostumbra, Luis también me habla de las conducciones de Rules, del trabajo conjunto con Junta y Diputación en varios temas y de sus reuniones con Bendodo, siempre en busca de proyectos para y por Granada y no en clave personalista u orgánica. En ese punto me planteo preguntarle abiertamente si se irá al PP o no, pero aún no había tomado café y me entró miedo escénico. Máxime porque esa información, en ropa deportiva, un domingo por la mañana previo al cónclave de Cs de hoy en Madrid, sí que tenía una fecha de caducidad demasiado próxima.

Jesús Lens

PP y Vox, entre culpas y reproches

Asistí al intercambio de tuits entre divertido y enfervorizado, como el espectador que, en un partido de tenis, gira el cuello a izquierda y derecha para no perderse un solo golpe de los jugadores.

Todo comenzó con otra incisiva entrevista de Quico Chirino. Esta vez, a Teodoro García Egea, secretario general del PP. (Leer aquí). Una de las preguntas obligadas versaba sobre la rocambolesca operación que dio la alcaldía de Granada a Luis Salvador en representación de Ciudadanos, que solo había obtenido cuatro concejales en las elecciones municipales.

Foto: Ramón L. Pérez

Sin entrar en muchos detalles, Teodoro responsabilizó a Vox de aquella decisión, por haber vetado a Sebastián Pérez. A partir de ahí arrancó el goteo cruzado de tuits y declaraciones de Macarena Olona, Jorge Saavedra y el propio Sebastián Pérez, que no dudó en criticar a la ‘efebocracia’ que busca su relato igual que los personajes de Pirandello buscaban autor.

El mejor resumen de este disparate lo encontramos en el siguiente y elocuente titular de la portada del IDEAL de ayer: “Vox y PP se culpan mutuamente de haber convertido a Luis Salvador en alcalde”. No creo que sea necesario hacer ningún otro comentario. El mes de junio está a la vuelta de la esquina y, con él, la famosa amenaza —¿o era promesa, pacto no escrito entre caballeros?— del 2+2, operación para la que García Egea dice dar autonomía al PP granadino.

Cuando era tiempo de risas

Lo más llamativo de la entrevista con Teodoro García Egea es que saca pecho de la labor de sus concejales en el consistorio, donde “el PP tiene las áreas de mayor peso y es claramente decisivo en el Ayuntamiento y en la junta de gobierno”. Se ve que no está al cabo de la calle de lo que una inmensa mayoría de la ciudadanía opina sobre la gestión municipal de estos dos años. Si tuviera una mínima noción del hartazgo y el rechazo mayoritarios que provoca, trataría de enfriar las bondades de la cohabitación, poniendo tierra de por medio.

La otra gran cuestión que trata la entrevista es la hipotética fusión entre las derechas y la posibilidad de que Luis Salvador repita como candidato a la alcaldía de Granada, pero con el carné del PP. “Somos un partido abierto”, declara García Egea. “Pero tenemos nuestros procedimientos también”. Todo ello, echándose unas risas, como refleja Chirino. Y no sé yo si el patio está precisamente para chanzas, la verdad.

Jesús Lens

La oposición en movimiento

Resulta excitante vivir en Granada. Siempre. Pero especialmente en estos tiempos extraños por los que nos toca transitar. Y no lo digo por los terremotos, precisamente. Aunque también.

Estoy alucinando al ver cómo grupos ideológicamente tan distantes como PSOE, Vox y Podemos-IU Granada se alían para sacar adelante iniciativas de gobierno en el Ayuntamiento de Granada, marcándole el paso al gobierno del bipartito conformado por PP y Ciudadanos.

Ayer sábado me entretuve con especial atención en la página 13 de IDEAL en la que Pablo Rodríguez explicaba cómo la oposición municipal había doblado el pulso al bipartito con el Corredor Mediterráneo y Emasagra en el pleno del Ayuntamiento celebrado la víspera.

“Que lo que ha unido Luis, no lo separe el hombre”, la frase de Onofre Miralles que abría la crónica de Pablo, es para enmarcar, buena prueba de que todo es posible en Granada. E imposible, a la vez. Al ritmo al que van las cosas, el gran logro de Luis Salvador, su gran legado político, será haber conseguido la unidad de acción de Cuenca, Miralles y Cambril; ideológicamente en las antípodas, pero unidos por una causa: el progreso de Granada. O, al menos, impulsar su movimiento.

Permítanme que resalte otra frase de la crónica de Pablo sobre el pleno municipal: “La sesión de alargó seis horas, más de lo que daba a entender el orden del día. Constaba de 34 puntos, de los que solo dos podían considerarse, en teoría, como parte de la acción del gobierno local”. ¿Cómo? ¿Perdón? ¿Será posible, con la que está cayendo, que el bipartito esté vegetando de esa manera? A este ritmo, va a terminar siendo verdad que quien gobierna en Granada es la oposición…

Reza la sabiduría popular que quien mucho abarca, poco aprieta. ¿Será otro de los legados que deje Luis Salvador como alcalde de Granada? Hace un par de días, el regidor tuiteaba lo siguiente: “Anunciamos la celebración del Debate del Estado de la Ciudad para el jueves 11 de febrero, necesario para presentar la magnífica gestión de todo el equipo de gobierno y destacar el ambicioso proyecto de ciudad que estamos desarrollando”.

¡Qué ganas! En serio. Qué ganas de disfrutar de ese debate y conseguir enterarme, de una vez, cuál es el proyecto de ciudad (el tuit terminaba con las etiquetas #GRXHumana y #GRX31) y qué pasos, plazos, medios y recursos baraja el bipartito para ejecutarlo.

Jesús Lens

Un marciano en Granada

Si hubiera venido un marciano a nuestra ciudad estos días, pensaría que el alcalde es Paco Cuenca y que el gobierno municipal está constituido por un variopinto grupo de concejales que dialogan y se ponen de acuerdo para según qué cosas. Frente a ellos, un satélite que va por libre y se conduce de forma errática, sin que nadie conozca exactamente su rumbo o dirección.

Primero fue lo de Los Cármenes y el acuerdo sobre el Granada C.F., consensuado y suscrito por representantes de diversos partidos, incluidos Ciudadanos y PP y bloqueado in extremis por Luis Salvador. Después lo de Cuenca, Cambril y Miralles tensando la cuerda para que el bipartito se siente a trabajar en un presupuesto creíble y sensato para el 2021. El remate del tomate ha llegado con la maxipropuesta de Cuenca de cara a los fondos europeos.

Me inquieta enormemente que el PSOE haya hecho públicos 66 proyectos susceptibles de recibir hasta 1.840 millones de los fondos Next Generation de la UE. Me inquieta y me preocupa porque un movimiento como ese puede provocar que Luis Salvador se ponga ‘en plan’ ocurrente, como diría un millenial.

Que todas las instituciones granadinas, públicas y privadas, hayan hecho sus peticiones a los Euro Reyes Magos a través de la Junta de Andalucía, con la única excepción del Ayuntamiento de Granada, me tiene atónito. Pero también es cierto que no creo que los empresarios granadinos, con Gerardo Cuerva a la cabeza, hayan dejado pasar frente a sus ojos el vuelo de la gallina de los huevos de oro sin hacer nada por echarla a la cazuela. Cómo y cuándo se resolverá este enigma es una de las dos incógnitas más apasionantes del 2021 granadino.

Me gustaría conocer a fondo las 66 propuestas del PSOE. Las más importantes tienen todo el sentido del mundo, de la ampliación del Metro a la renaturalización del Genil y la intervención en los cauces fluviales de la ciudad, la peatonalización del Centro o la renovación de calderas, autobuses y taxis.

¿Qué hará el bipartito con el documento de los socialistas? Si adopta una mayoría de sus propuestas, habrá quien le acuse de plagio y de haber estado sesteando mientras los de Cuenca se batían el cobre y se ganaban el sueldo. ¿Y si les da por ser ingeniosos y innovadores? En ese caso, hasta el improbable marciano que abría esta columna debería echarse a temblar.

Jesús Lens