Alucinados y ensombrecidos

Mientras que el centro de Granada se apresta a estrenar una orgía de luces navideñas, la zona norte de la ciudad agoniza en penumbra y en silencio, sucediéndose unos cortes de luz que deberían hacer que se nos cayera, a todos, la cara de vergüenza.

Granada se suma a la enloquecida carrera nacional del alumbrado navideño, incrementando el gasto por esta partida en cerca del 100%, que se dice pronto. Lo sé, lo sé. Las luces navideñas son un clásico que, además de levantar el ánimo de los ciudadanos, animan las compras y, de un tiempo a esta parte, se han convertido en un importante reclamo turístico. Tan importante que ya no queda ciudad que se precie de moderna, guay y molona sin su cascada de lucecitas de colores.

En la zona norte de nuestra misma ciudad, sin embargo, la luz que no llega es la mucho menos glamurosa corriente que hace funcionar electrodomésticos tan sencillos como las neveras, las hornillas, las televisiones y los braseros.

En Almanjáyar y La Paz no habrá noria gigante esta Navidad. Ni esfera gorda con espectáculo de luz y sonido todos los días. Mientras una parte de la ciudad de Granada está liberando memoria de los móviles para hartarse de grabar vídeos con el show lumínico-navideño y subirlo a las redes sociales, la otra, la más desfavorecida, trata de no agotar la batería de sus teléfonos dado que los usan como linterna.

Pocos ejemplos mejor acabados de la desigualdad rampante que nos acogota que el de las luces de Navidad confrontadas a los cortes de luz. Una situación surrealista que muestra las costuras de una sociedad rota y partida, en la que hay ciudadanos de primera, de segunda y de tercera categoría.

La única solución para los cortes de luz en la zona norte, en el corto plazo, pasaría porque todo el entorno de Kinepolis y el Parque Granaita empiece a sufrir los mismos cortes de luz que sus vecinos. No le deseo ningún mal a nadie, pero íbamos a ver lo rápido que Endesa se ponía las pilas con tres o cuatro apagones que le complicaran la cuenta de resultados a las franquicias allí instaladas.

Jesús Lens