Yolanda Regidor, Care Santos y Alfonso Pascal ganadores de los Premios Literarios Jaén de CajaGRANADA

El fallo de la trigésima edición de los tradicionales Premios Literarios Jaén ha tenido lugar esta mañana de viernes, 19 de septiembre. Los Premios Literarios de Jaén representan la vocación de CajaGRANADA Fundación por fomentar y apoyar la creación literaria de calidad y culminan en una de las citas imprescindibles para lo más granado del panorama literario y cultural de Andalucía, a finales del mes de noviembre, en Jaén, convertida para la ocasión en capital andaluza de las letras.

Premios Literarios fallo foto de familia

En la modalidad de novela, premio dotado con 16.000 euros y al que han concurrido 125 manuscritos, el jurado, después de examinar las tres obras que quedaron finalistas, ha acordado por mayoría proclamar ganadora la obra titulada “Ego y yo”, de la autora Yolanda Regidor (Cáceres, 1970).

Yolanda Regidor se licenció en Derecho y cursó un máster en Psicosociología aplicada. Es formadora ocupacional y  trabaja como asesora jurídica y docente en proyectos de inserción sociolaboral. Debutó con la novela «La Piel del Camaleón» en junio de 2012, una novela que tuvo una acogida muy buena por parte del público y de la crítica, y fue lectura recomendada por la Real Academia de Extremadura de las Letras.

El Jurado de Novela ha destacado la alta calidad de las tres novelas finalistas: “Doble seis”, “La i griega” y la ganadora “Ego y yo”, subrayando que la novela premiada explora la complejidad del ser humano en el contexto de una historia que, a pesar de su marcada crudeza, contiene momentos de intenso lirismo”.

El jurado de poesía, en sucesivas deliberaciones y votaciones, fue seleccionando los mejores manuscritos hasta que en la última votación eligió, por unanimidad, la obra titulada “Cuaderno para Pedro”, de Alfonso Pascal Ros (Pamplona, 1965). Esta modalidad está dotada con 10.000 euros y al mismo han concurrido 224 originales.

Sobre la obra ganadora, el Jurado ha subrayado su originalidad y la despiadada autocrítica del oficio poético. Destaca un lenguaje de una acusada personalidad y que no elude enfrentar ninguna situación en la que nos vemos envueltos por el hecho de vivir.

Alfonso Pascal Ros es fundamentalmente poeta, pero también autor de varias obras de prosa, literatura infantil, teatro… Como poeta es autor de más de una quincena de poemarios, como Poeta de un tiempo imaginario (El Paisaje, 1987), De aquellos mares estos sueños (Rialp, Adonais, 1993), Mares bajo noches (Bilaketa, 2000) o Cuaderno para Miguel [Oteizas] (2008).

En prosa ha publicado obras como Historias a ramalazos (Ayuntamiento de Pamplona, 1991), Semblantes y semblanzas (Ayuntamiento de Pamplona, 1999), Príncipe de Viana (Mintzoa, 2002), Íñigo Arista (Mintzoa, 2003) o Reyes de un Reyno (Diario de Navarra, 2008), colaborando además en el Atlas Histórico Visual de Navarra (Diario de Navarra, 2005).

 Jurados Premios Literarios fallo

En la categoría de Narrativa Juvenil, dotado con 10.000 euros y en la que se presentaron 67 obras, después de examinar las tres finalistas, el jurado ha acordado, por unanimidad, proclamar ganadora la obra titulada “Amaranta”, de Care Santos (Mataró, 1970), por su estilo fresco, fluido, ágil y su tratamiento valiente y optimista de un tema de actualidad. Por los valores que transmite, el jurado considera que conecta con las inquietudes del público joven.

Care Santos cursó Derecho y Filología Hispánica en la Universidad de Barcelona, pasando a ejercer después como periodista en medios como Diari de Barcelona, ABC y El Mundo. Fue fundadora de la Asociación de Jóvenes Escritores Españoles.

Como escritora ha publicado especialmente en lengua española, aunque eventualmente lo ha hecho en catalán, habiendo sido traducida a media docena de idiomas. Aunque ha cultivado la poesía, la mayor parte de su obra es narrativa, habiendo recibido gran cantidad de premios tanto de novela (finalista del Primavera y ganadora del Ateneo Joven de Sevilla) como de relato (premio Ciudad de Alcalá, premio Ana María Matute y premio Alfonso Cossío, entre otros). Sin embargo, es como autora de narrativa juvenil como ha brillado especialmente, ganando el premio Gran Angular (tanto en lengua española como catalana) y el Edebé, dos de los más importantes premios de este género.

Los jurados

Los jurados de las tres modalidades han tenido que realizar una ardua labor en esta edición, ya que se han presentado un total de 416 manuscritos. El jurado de la modalidad de Novela, integrado por la escritora y periodista Teresa Viejo y el editor y escritor Javier Ortega; estuvo presidido por José Calvo Poyato, Catedrático de Historia y doctor por la Universidad de Granada en Historia Moderna, investigador novelista.

El profesor, traductor y poeta Francisco Castaño Clavero ha presidido el jurado de Poesía, del que forman parten autores y especialistas como Manuel García García, Jesús Munárriz Peralta y Raquel Lanseros Sánchez, ganadora del Premio Jaén de Poesía de la pasada edición.

En la modalidad de Narrativa Juvenil, por su parte, ha presidido el jurado la editora Gemma Xiol Catalá. Junto a ella, han estado la escritora y divulgadora científica Sonia Fernández-Vidal, el periodista Javier Ruescas Sánchez y la escritora Rocío Carmona Fernández, autora galardonada con el Premio Jaén de Novela Juvenil en la pasada edición del mismo.

Deudas vencidas

¿Qué ocurre cuando empiezas a leer un libro y, casi desde el principio, te das cuenta de que no es lo que tú esperabas y que no responde a las razones que te habían llevado a elegirlo?

Eso me ha pasado con “Deudas vencidas”, de Reacaredo Veredas.

 Deudas vencidas

Yo, con los libros, las películas, las series… hace tiempo que trato de saber lo menos posible antes de enfrentarme a su lectura y/o visionado. Pero, claro, lee uno lo siguiente, y empieza a salivar: “Un recobrador de morosos contrata a un matón ruso”.

Eso no es lo que pone la contraportada del libro, por supuesto. Eso es lo que yo leí (o creí leer), apresuradamente y entre líneas, en alguna reseña o entrevista. Una lectura transversal y acelerada que, eso sí, me llamó la atención. Y como el libro lo edita Salto de Página y yo tengo una fe ciega dicha editorial, me lancé ávidamente, como un poseso, sobre sus 170 páginas.

¿Qué esperaba encontrar?

 Deudas vencidas novedad

Esperaba la Gran Novela Negra sobre la Crisis, escrita en Español. Esa novela que, como “La Trilogía de la Crisis” de Markaris en Grecia, nos sirviera para saber qué ha pasado durante estos años, desde el punto de vista de la ficción criminal.

Y no. “Deudas vencidas” no es eso.

O sí.

Pero de otra manera.

¿Se acuerdan ustedes de la película “Delitos y faltas” de Woody Allen? ¿No? Pues dejen de leer estas notas y dense un salto a su videoteca, física o virtual, en busca de una de las grandes obras maestras del cineasta norteamericano.

 Deudas Vencidas veredas

Porque la conciencia, en ambas obras, desempeña un papel importante. Muy importante.

Y es que el protagonista de “Deudas Vencidas” milita en el Colectivo, un sesudo grupo de intelectuales de izquierdas. Y la mujer del protagonista es una de las miembras más activas del colectivo. Intelectualmente hablando. Porque luego, la buena mesa, la buena casa, la buena vida y la buena cama… ¡son innegociables!

Y por eso, nuestro hombre, aunque tiene veleidades literarias, ha de contentarse con ganar dinero -a espuertas, eso sí- a través de algo tan poco solidario y progresista como es el cobro de deudas vencidas de bancos y gestoras. Solo que, como la gente empieza a estar más tiesa que la mojama, sumida en lo más profundo de la crisis, aquí ya no paga ni el Tato. Y ahí es donde Iván, el matón ruso, toma cartas en el asunto.

Narrada en forma de diario, “Deudas vencidas” se centra, más que en las andanzas de Iván, que era lo que yo esperaba, en las contradicciones del protagonista y del Colectivo; un tema igualmente apasionante y de radical actualidad.

Porque la cabeza visible del Colectivo es un joven y guapo aristócrata de rancio abolengo, conectado con el sector editorial español, al que podemos identificar perfectamente con el espíritu de cierta Gauche Divine de la izquierda europea del siglo XXI. Esa gente que se llena la boca con grandes discursos para, una vez escupidos, llenársela de los más exquisitos y exclusivos manjares. Y sin descomponer la expresión.

¡Pobrecito, nuestro protagonista, teniendo que lavar su mala conciencia y el mal olor de su dinero, a través de aportaciones cada vez más sustanciosas al Colectivo! Y todo ello, en mitad de una sociedad amenazada por la enfermedad, la degeneración y el cáncer; reales y metafóricos. Amenazada por la podredumbre en que nos ahogamos. Y por el terrorismo internacional.

 Deudas vencidas detalle portada

Así, “Deudas Vencidas” se me revela como una extraordinaria novela, aunque no fuera la que yo estaba esperando. Y eso es lo grande de la literatura, cuando es buena. Que el autor, partiendo de determinados mimbres, construye una novela que se sale de los cauces habituales y previsibles para construir una historia diferente, atractiva y muy, muy reveladora.

Jesús Lens

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Señoras, dadme tiempo

¡Tiempo! ¡Tieeeeeemmmmpooooo! Se busca. Tiempo. Necesito. Tiempo. Para leer. Para leer un libro muy especial: Las señoras de Paraná, de Manuel Villar Raso.

 Las señoras de Paraná

Dicen, quiénes ya la han leído, que es una de sus mejores novelas y, yo, desde luego, no lo pongo en duda. Pero, sobre todo, me excita sobremanera que transcurra en el Amazonas, uno de los lugares del mundo que más ganas tengo de conocer.

¡Tiempo! ¡Mi reino por un par de días tranquilos en los que pueda navegar por uno de los ríos más poderosos de la tierra, a lomos de la prosa de Manuel Villar!

Y más, después de lo excitante que vamos a escuchar el viernes por la tarde, en la presentación del libro:

 Las señoras de Paraná Presentación

¡Uf!

Jesús Lens

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Karoo

“A lo largo de los años,

se habían sacrificado tantas vidas en nombre del arte

que ya era hora de que el arte se sacrificara por la vida de alguien”.

Ojito. Mucho ojito con las fajas promocionales de los libros. Por ejemplo, la de “Karoo”, de Steve Tesich, garantiza carcajadas a sus lectores. Así. Con par. No buen humor, sonrisas o risas. ¡Carcajadas!

 Karoo

Lo primero que suelo hacer cuando empiezo un libro con faja es quitarla, arrancarle la parte que sirve para anudarla al libro y convertir el resto en marcapáginas. Y, por supuesto, no volver a leerla. Como las contraportadas, que flaco favor le hacen a un libro ese tipo de publicidad, sinceramente. Porque “Karoo” es una novela extraordinaria, pero carcajadas, lo que se dice carcajadas, no provoca. Ni una. De hecho, su ácido y corrosivo humor es de los que te dejan la sonrisa congelada en la boca.

Y luego están las comparaciones. Como la novela se publicó dos años después de la muerte de Tesich y tiene como protagonista a un personaje desaforado… ¡pues ya estamos ante una nueva “La conjura de los necios”! Y no. Para nada. Ni conceptual, ni temática, ni social, ni estilística, ni geográficamente tienen nada que ver ambas novelas.

 Karoo Tesich

Así que, vamos a dejarnos de gaitas y vamos a leer, comentar y recomendar la adictiva lectura de “Karoo” por sí misma. Porque se lo merece. Porque es una novela CO-JO-NU-DA. Y punto. Empezando por la portada, espectacular, de uno de los mejores dibujantes de España, Miguel Brieva. ¡Cómo me gustan este tipo de portadas, revolucionarias, creativas y muy, muy atractivas!

Saul Karoo es un tipo muy especial con un trabajo singular: arreglar guiones. Arreglarlos como el que arregla un coche en un taller, con el único fin de que salga andando. Y la cosa es (relativamente) sencilla: un productor compra los derechos de un guion y, sobre la marcha, se lo pasa a Karoo para que este le cambie todo lo que considere oportuno, de cara a conseguir una historia que sea del gusto del público medio y, por tanto, susceptible de convertirse en un pelotazo.

 Karoo hollywood

¿Arte? ¿Creatividad? ¿Riesgos? ¡Los experimentos, con gaseosa! Que el cine es un negocio. Y, desde luego, Saul es un profesional que sabe cómo convertir un puñado de páginas escritas en una potencial mina de oro.

Un trabajo tan particular le ha convertido en un cincuentón bastante acaudalado, venerado por la industria, pero odiado por su gremio y, por tanto, dotado de un humor cínico y abrasador que no deja títere con cabeza. Además, Saul es un terco egoísta de tomo y lomo. Entonces le llega una oportunidad para la remisión. En forma de película, claro.

Da igual que no seas muy cinéfilo y que la sociedad yanqui del entretenimiento te resbale: leerás la novela con igual delectación. Ahora bien, como te guste el cine… ¡vas a flipar!

Porque Saul es uno de esos personajes que no se olvidan. Que dejan huella. Imperecedera. Que se aúpan a un puesto muy alto de tus personajes literarios favoritos. Y eso, además de por su forma de ser, viene dado por los giros en la historia que Tesich introduce tan pronto como crees que ya le has pillado la delantera a la trama.

 Karoo portada

Una trama en la que la zafiedad de Karoo y ese ser suyo tan lenguaraz y descarado, sirve para enmascarar un motón más de situaciones sutiles, apenas apuntadas y sugeridas en una novela extraordinaria e imprescindible. ¡Una de las grandes del año!

Jesús Lens

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Un amigo, una página

Lo vi en el suplemento de cultura de La Vanguardia. Era Dora García, que reivindicaba la importancia de la página. Al principio pensé que hablaba de la página en blanco, pero no. No era eso.

 Dora García

Dora defendía la individualidad de cada página impresa en un libro, aunque forme parte de un todo más amplio. La trascendencia que todas y cada una de las páginas que conforman el libro tienen para la correcta lectura e interpretación del mismo.

“La página de un libro es mucho más que un trozo de papel impreso. Su falta implica una mutilación de sentido considerable, en ocasiones irreparable. Puede significar que el lector ignore un matiz o un hecho fundamental a la hora de interpretar las páginas siguientes; puede significar el terriblemente frustante desconocimiento de un desenlace; o puede significar la falta de coordenadas para interpretar la información que se nos da”.

 Dora Garcia Exposición

Me acordé entonces de los árboles que no dejan ver el bosque. Pero al contrario. A veces, nos quedamos deslumbrados por el bosque y no prestamos la debida atención que cada árbol se merece.

Así que, para homenajear a la palabra escrita, a cada página editada y publicada y, por supuesto, a cada buen amigo, lector, cómplice y seguidor; voy a elegir la página de alguno de mis libros que más y mejor le pegue y se adecúe a su personalidad, gustos y aficiones… y se la voy a regalar, cariñosamente dedicada y firmada.

Y esa será suya.

Para siempre.

Su página.

 Cafe Bar Cinema

Suya y de nadie más. Una página que recibirá, físicamente, pero que, además, le hace “dueño” de esa misma página en todos y cada uno de los libros editados ya que, una vez asignada, lo será para siempre y en exclusividad.

Una página que, por supuesto, serán dos, por aquello del proceso de edición. 😉

Resulta raro tener en la mano la página suelta y arrancada de un libro. Como se explica en el proceso de Dora García: “La contemplación de la página arrancada tiene algo de trágico, de radical, y de reflexión infinita sobre lo que pudo venir antes y lo que podría venir después en esa narración total de la que la página ha sido desgajada. Existe, sin embargo, siempre, la posibilidad de la restitución: la página que vuelve al libro, las páginas que mantienen siempre el potencial de formar un volumen completo y un sentido íntegro”.

 Portada

Ya hay algunas páginas volando hacia las manos de sus únicos, exclusivos y legítimos poseedores. Como la 349-350 de “Cineasta Blanco, Corazón Negro”, que está previsto que aterrice en Barcelona en las próximas horas. O la 139-140 del mismo libro, que será entregada en una Barra Brava.

Porque los libros, impresos y en papel, son más, mucho más que un puñado de letras que conforman palabras; palabras que conforman frases; frases que conforman párrafos y párrafos que conforman… páginas.

¡Larga vida a los libros impresos y en papel! ¿Y tú? ¿Quieres una página?

Jesús Lens

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