Esperpento lorquiano

Hace unos días, el consejero de cultura de la Junta de Andalucía vino a Granada y se permitió pedir “altura de miras” con respecto al Legado de Lorca. ¿Sabía entonces lo del embargo instado por tres antiguas trabajadoras de la Fundación Lorca a quiénes se adeudan diez nóminas, y nos tomó el pelo… o no lo sabía y sencillamente pecó de soberbia? (AQUÍ, toda esa nueva información)

 

(Siento volver al tema, que toqué AQUÍ la semana pasada, pero es muy grave lo que está pasando)

Federico García Lorca escribió poesía, teatro cómico y dramático y hasta un guion de cine. No consta que el esperpento, sin embargo, estuviera entre sus géneros predilectos. ¿Será por eso que los encargados de velar por su Legado se hayan empeñado en protagonizar uno de dimensiones colosales?

Cuando pensábamos que lo habíamos visto todo, en la mejor estirpe de Hitchcock, un nuevo y sorprendente giro de los acontecimientos viene a dejarnos perplejos, otra vez. Y con cara de tontos. De imbéciles redomados. Tras intentar hacernos comulgar con los tres años de usufructo del Legado y los diez de patrocinio del Centro, tres trabajadoras a las que se les adeudan diez nóminas vuelven a sacarle los colores a la Fundación Lorca. (Al final, no fue declarado BIC, como señalamos AQUÍ)

Empieza a ser urgente e imprescindible saber quién es quién en el patronato de dicha Fundación y que papel han desempeñado en su deficiente e indignante gestión, más allá de la omnipresente -aunque invisible- presencia de Laura. ¿A qué se han dedicado los patronos de la Fundación Lorca a lo largo de todos estos años? ¿Quiénes son y a qué instituciones representan? ¿En qué papeles constan sus firmas y en cuáles no?

Ojito que el tema viene de lejos…

Más preguntas que me surgen, al calor de las nuevas informaciones sobre el embargo que planea sobre el Legado Lorca: ¿pagará La Caixa el dinero adeudado a las tres trabajadoras para que sus derechos sobre el mismo sigan incólumes? Quizá alguien podría plantearse que el patrocinio bancario del Centro Lorca se extienda sine die… siempre que se vayan haciendo cargo de todos los pufos pasados, presentes y futuros que sigan apareciendo.

Y la pregunta que nadie responde: ¿a qué se han dedicado los millones de euros que descuadran las cuentas de la Gran Capitana? Insisto: uno de los descuadres nos costará tres años de usufructo del Legado y el otro, diez años de patrocinio bancario del Centro Lorca. ¿Y la pasta? ¿Dónde está la pasta? ¿Y los patronos consentidores de este pifostio? ¿Quiénes son y qué dicen? ¿Acabará en pleito, como ya escribí en IDEAL hace dos años? Leer AQUÍ.

Jesús Lens

Lorca & Miró. Una performance

En realidad, es una performance. Lo del Centro Lorca, los cuatro millones de euros prestados –e impagados- por La Caixa a la Fundación lorquiana con el aval del Legado y la oscura e invisible transparencia que defienden a grito pelado el alcalde de Granada y la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía; es una performance que se va a prolongar durante diez años.

Diez años de performance ininterrumpida que situará a Granada en un puesto de vanguardia artística y que contribuirá a reforzar la candidatura de nuestra ciudad a la Capitalidad Cultural del 2031.

 

Una performance radical y surrealista que juega con el oxímoron como piedra angular del proyecto, combinando conceptos contradictorios como cláusulas secretas y transparencia o millones distraídos y cuentas claras. Una performance conceptual que invita al espectador a reflexionar sobre la dialéctica claridad-turbiedad, aunque haya almas insensibles que conjuguen otras expresiones como comulgar con ruedas de molino, aceptar pulpo como animal de compañía, tomadura de pelo y otras de tono más elevado, irreproducibles en esta columna.

Uno de los momentos más vibrantes de la performance llegará cuando, sobre el níveo blanco del Centro Lorca aparezca representada una preciosa estrella azul acompañada de dos puntos, amarillo y rojo. Las mismas almas insensibles antes nombradas dirán que es el logo de una entidad financiera, pero los espíritus más elevados responderán que no. Que se trata de una obra pictórica de Miró, artista al que Federico García Lorca admiraba con pasión.

 

La presencia de la estrella azul en todo lo referente al Centro Lorca, durante los próximos diez años y a cambio de 400.000 euros por ejercicio, podríamos enmarcarla en el proyecto “Sonámbulo”, por ejemplo. En palabras de su creador, Theodore Usher, “es una alegoría sobre la alegría y el misterio de la vida”. Un proyecto basado en un cortometraje animado, reinterpretación audiovisual del aclamado poema lorquiano “Romance Sonámbulo” que “juega con el lenguaje audiovisual de la misma manera en que Lorca con las palabras, y Miró con las formas y colores, dándoles textura, personalidad y un significado distinto en cada cuadro”.

 

¿Le parecerá al Consejero de Cultura de la Junta de Andalucía que, con esta explicación del despropósito lorquiano, hay suficiente altura de miras? Aunque, para algunos, lo que parece haber es hartura de miras… y es que hambre que espera hartura, no es hambre ninguna.

 

Jesús Lens