Movimiento explosivo de contagios

Así definió el consejero de Salud de la Junta de Andalucía lo que está ocurriendo en Granada. De ahí sus igualmente impactantes declaraciones, recogidas en la portada del IDEAL de ayer: «Rogamos a los granadinos que se queden en sus casas».

Contrasta este dramatismo con la laxitud con la que se ha gestionado la segunda ola de la pandemia en las últimas semanas, con el mantra ‘Granada es una ciudad segura’ enarbolado hasta el hartazgo de una forma a todas luces irresponsable. Daba igual que el índice de contagios estuviera disparado muy por encima de 500. Lo único importante era petarlo en el puente del Pilar. Y se consiguió. ¡Vaya si se consiguió! ¿A qué precio? Ahora nos estamos cobrando la factura.

Pero esto ya va más allá de Granada y área metropolitana. La pandemia está descontrolada en toda España y, de momento, cada comunidad autónoma hace la guerra por su cuenta, implantando toques de queda, cierres parciales y limitaciones a la movilidad. O no, que esa es otra.

En Madrid, por ejemplo, puedes zamparte un cocido con tres vuelcos en una tasca del barrio, pero nada de salir fuera de los límites perimetrales. En Catalunya, sin embargo, aunque puedes viajar a Valencia a tomarte una paella del señoret, no te puedes desayunar un pantumaca en el bar de la esquina, que está chapada toda la hostelería.

¡Qué tocado va a salir de la pandemia el estado de las autonomías! Como decía Saza al final de ‘Amanece que no es poco’, no hay quien aguante este sindiós. ¿A qué espera el ministerio de Sanidad para marcar unas directrices claras sobre qué hacer en el futuro inmediato? Todos los científicos a los que he leído estos días alertan de lo extremadamente duros que van a ser los próximos meses. Ya lo están siendo. ¿Hará algo el gobierno de Sánchez o seguirá ensimismado en su juego de jueces con Casado?

Jesús Lens

El escándalo Magrudis

Ayer y sólo ayer fueron detenidos los máximos responsables de Magrudis, los fabricantes de la polémica carne ‘La Mechá’ que provocó el brote de listeriosis que ha matado a varias personas.

Ayer y sólo ayer fueron detenidos por miembros de la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente (Ucoma) de la Guardia Civil los administradores de una empresa que, cuanto más se escarba, más miedo y asco da.

Lo de las fábricas y almacenes clandestinos que Magrudis tenía en Dos Hermanas es un escándalo de enormes proporciones, máxime cuando se ha sabido que, en febrero, un lote de carne de Magrudis dio positivo por listeria en un análisis. ¡En febrero! Los resultados de dichos análisis les fueron comunicados en tiempo y forma y, a la vista está, la cosa les trajo sin cuidado.

Todo este episodio debería abochornar a la consejería de Salud de la Junta de Andalucía, cuyo proceder en el tema de la listeriosis ha sido muy deficiente. Para empezar, el consejero del ramo le quitó hierro al asunto, permitiéndose hasta frivolizar con el tema de los abortos. Además, se puso de parte de la empresa desde el principio, apelando a la mala suerte y destacando lo muy colaboradores que se mostraban sus directivos. (Escribí de ello en IDEAL a vuelta de septiembre. Lo puedes leer AQUÍ)

¿Cómo puede apelar a ‘la mala suerte’ Jesús Aguirre, todo un consejero de Salud? ¿Qué patética excusa es esa? ¡Que hablamos de la SA-LUD, oiga! Lo mismo, a la hora de prescribir medicinas y tratamientos a los pacientes, los médicos deberían utilizar las cartas del tarot. ¡Qué menos, si dejamos que la buena o la mala suerte entren en liza a la hora de hablar de la salud!

La partidista presunción de inocencia mostrada por Jesús Aguirre se ha demostrado temeraria y no es descartable que aquel apoyo velado a la empresa conllevara una tardanza complaciente a la hora de tomar decisiones. Como la de retirar otros productos de Magrudis del mercado.

Poco a poco, la Guardia Civil va tirando del hilo de una madeja pútrida y de tintes mafiosos que debería tener consecuencias para el gobierno de la Junta.

Jesús Lens