Palabros como Brexit

A ver. Vamos a ser honestos con nosotros mismos. ¿Cuántas veces calcula usted, querido lector, que habrá leído, escuchado y visto sompreimpresionado en pantalla el palabro Brexit, desde el pasado fin de semana? A vuelapluma, y como buen seguidor de la actualidad, yo creo que unas… 578.561 veces. Una arriba, una abajo.

Brexit

Y, ahora, la prueba del algodón: ¿Qué sabe usted realmente del Brexit? Yo reconozco que, saber, saber, lo que es saber… muy poco. O casi nada. Y no digamos ya sobre el famoso acuerdo alcanzado por la UE e Inglaterra el pasado fin de semana. Es de todo esto de lo que hablo en mi artículo de IDEAL de hoy…

Sabemos que fue una reunión maratoniana. Y que se llegó a un acuerdo beneficioso para los hijos de la Gran Bretaña. Y que Cameron ha convocado un referéndum para que los ingleses decidan si quieren seguir formando parte de la Unión Europea. O no. Con sus especificidades propias y sus excepciones, por supuesto. Y también ha salido mucho en las noticias Boris Johnson, el alcalde de Londres. Que es partidario del Brexit. Y como resulta estrafalario y organiza numeritos muy vistosos, pues da bien en los medios.

Brexit numbers

Pero volvamos al origen de esta columna. El Brexit. ¿Qué es, más allá de un palabro? ¿Qué consecuencias tendría? Y, sobre todo, ¿por qué hemos llegado a esta situación y qué se ha negociado el pasado fin de semana? ¿A qué acuerdos se ha llegado y qué implicaciones conllevan?

Y la pregunta final: ¿no tienen la sensación de que cada vez estamos más desinformados? Y eso que, en teoría, vivimos en una época de esplendor por cuanto al acceso a la información…

Con temas como los del Brexit, percibo una notable separación entre la información que se transmite y cómo es percibida por los ciudadanos. De hecho, una vez que se encuentra un palabro con el que definir una situación compleja y repleta de aristas, los analistas ya no hacen nada por explicar a la gente qué se oculta detrás del anglicismo de turno, hablando de él como si de un viejo amigo se tratara.

Brexit joke

De esa manera, la mezcla de una jerigonza muy especializada con la simplificación en palabros, generalmente de origen inglés, lo único que provoca en el ciudadano es hastío, impotencia y la sensación de que cada vez comprende menos.

Porque no es lo mismo saber lo que pasa que estar informados.

Jesús Lens

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