Jazz de altura, en Atarfe

Cuando escribo estas líneas, hace fresco en Zaidín, lo que nos permite prever que, esta noche, en la Ermita de los Tres Juanes, hará hasta frío. No estará de más, pues, que echemos una rebeca, zamarra o saquito, a gusto del consumidor.

Y eso que el abrasador saxo de Kenny Garrett incendiará, metafórica y musicalmente hablando, el precioso entorno montañoso de Atarfe, municipio granadino al que debemos agradecer que mantenga incólume su compromiso con una de las citas culturales más importantes del año: su famoso Jazz en el Lago, que cumple la nada desdeñable edad de 27 años.

Si un amigo poco aficionado al jazz me preguntara por una figura internacional con la que iniciarse, posiblemente le recomendaría a Kenny Garrett, que todavía tengo en la memoria el espectacular show que dio en el añorado Club de Jazz de Granada, hace unos años, donde todos terminamos saltando enfervorecidos, como si de un concierto de rock se tratara.

Al filo de la medianoche llegará el jazz tradicional de “The Jump Club”, formado por antiguos miembros de la mítica Potato Head Jazz Band y que, con ese nombre, fijo que también nos harán mover el esqueleto.

Para el sábado, otra propuesta imbatible: Sergio Pamies vuelve a casa, proveniente de su Texas residencial, donde ha grabado un excelente disco, “What brought you here?”. Así lo describimos, en su momento: “Música de ida y vuelta que transita por el pasado, cumplimentando visita a maestros como Cole Porter o Bill Evans, y llega al aquí y al ahora de un músico feraz y versátil que compone, toca el piano, arregla temas clásicos y, sobre todo, tiene el don de la alquimia, mezclando los ingredientes más diversos hasta conseguir resultados de lo más estimulante”. (Leer AQUÍ la reseña completa)

Y para los amantes del jazz vocal, otra propuesta imbatible: Claire Martin, una de las mejores voces del jazz británico contemporáneo.

Foto: Melissa Ashby

Mi consejo: subir temprano a los Tres Juanes para disfrutar de una Alhambra Especial bien fría y de la portentosa barbacoa de su kiosco, antes de zambullirnos en la música. Y el saquito. No lo olviden.

Jesús Lens

Juan Vida: el color del jazz

Esta noche, el Festival de Jazz en el Lago le hace entrega a Juan Vida de un más que merecido premio a la labor de difusión que, desde hace décadas, viene realizando gracias a su trabajo como diseñador.

Jazz

Efectivamente, uno de los puntos fuertes tanto del Festival de Jazz de Granada como del Jazz en la Costa, es la presentación del cartel diseñado por Juan Vida. Son carteles luminosos y coloristas, con un estilo perfectamente reconocible, y que siempre hacen volar la imaginación del espectador que los contempla.

Carteles evocadores que invitan, en verano, a embarcarte y cruzar mares y océanos, escuchando buena música. Y a conocer a los personajes que los protagonizan, como ese capitán con pendiente en la oreja que, tocando la trompeta, preside el cartel del Jazz en la Costa de este año.

Me gustan especialmente los carteles de Juan Vida que fusionan elementos del jazz más tradicional con otras disciplinas artísticas, aprovechando la estética del género negro o del grafiti, por ejemplo. Y es que, si por algo se caracteriza la obra del combativo artista granadino, es por su mestizaje, mezcolanza y la interacción de temas, técnicas y motivos.

Jazz Vida

Enhorabuena, pues, al Festival atarfeño por conceder el premio honorífico de este año a un artista de la talla de Juan Vida. Como bien señala Juan Carlos Roldán, el director artístico del Jazz en el Lago, hay que destacar “el papel divulgador del jazz que, durante décadas, ha realizado Juan Vida desde el campo de la creación artística, colaborando para los festivales hermanos de la ciudad de Granada y Almuñécar con carteles que se han convertido en verdaderas obras de arte…  siempre desde su libertad creativa y solvencia artística”.

Como seguidor de la filosofía de Terencio, convencido de que nada de lo humano me resulta ajeno, y como fiel defensor de las alianzas y de las afinidades electivas, me parece colosal que el Festival de Jazz en el Lago de Atarfe haya premiado a un artista polifacético que diseña los carteles de otros festivales de jazz de la provincia.

Jazz Juan Vida

Se trata de un detalle de buen gusto que denota la elegancia y el savoir faire de los responsables de uno de los Festivales con más solera del panorama español. ¡Así, así es como se tejen redes y se forjan alianzas creativas! Una vez más, ¡enhorabuena, Atarfe! (AQUÍ mi última columna sobre el Festival de Jazz en el lago)

Jesús Lens

Twitter Lens

Sirve, escribir

Hay días en que tienes la sensación de que esto sirve para algo. A lo de escribir, me refiero. Y a lo de publicar. Días en los que sientes que la gente te lee. Y que lo que escribes no (siempre) cae en saco roto. Por ejemplo, este fin de semana. Y es de lo que hablo hoy domingo en IDEAL.

Primera buena noticia: el anuncio del cartel del Festival de Jazz en el Lago de Atarfe, que se celebrará los próximos días 1 y 2 de julio, en su mágico emplazamiento de la Ermita de los Tres Juanes. ¡Enhorabuena al consistorio atarfeño, a su alcalde y a su concejalía de cultura, por la decisión de mantener una cita imprescindible para los amantes de la música en vivo! Durante la edición del año pasado corrió como la pólvora el runrún de que la nueva corporación municipal se lo quería cargar, que consumía mucho presupuesto.

Jazz en el Lago Atarfe 2016

Habla Francisco Rodríguez, alcalde de Atarfe: “Este año ha habido un dilema sobre cómo organizar el Festival, pero no se podía prescindir de una actividad cultural de tanto nivel”. ¡Sí señor! ¿La solución? Reducir el presupuesto para confeccionar un cartel de una excelsa calidad, pero con nombres menos populares. Chapeau. Enhorabuena. Y gracias. Los Sospechosos Habituales no faltaremos a la cita.

Pero es que, además, leo que el nuevo hospital, antes del traslado de los pacientes, en verano, va a organizar unas jornadas de puertas abiertas para que la gente lo conozca. Tuve ocasión de visitarlo, hace unas semanas. Y les recomiendo que no dejen pasar la oportunidad de verlo. Sobre todo porque, después, ir a un hospital nunca es plato de gusto. Van ustedes a alucinar con el despliegue tecnológico del hospital más moderno de Andalucía.

PTS modernidad

De ambos temas he escrito en este mismo espacio. Y no voy a tener la osadía o la presunción de pensar que nadie me haya hecho caso, pero sí es un gusto comprobar que uno no va muy desencaminado cuando plantea ciertas ideas y propuestas, hace críticas o comparte su opinión.

Igual alegría me dio cuando se anunció que el Puerto de Motril contaría con su propia dotación de inspectores sanitarios, por ejemplo. Mojándonos en temas como estos, contribuimos a mejorar las cosas y a transformar la realidad. Aunque sea modestamente. ¡A ver si en un futuro cercano también podemos celebrar la concesión del Acelerador de Partículas a nuestra provincia!

Jesús Lens

Twitter Lens

A las nuevas corporaciones municipales

Mi artículo de hoy, en IDEAL, pidiendo a los recién llegados que no hagan política de tierra quemada…

En primer lugar, mi más sincera enhorabuena. Que estén ustedes ahí es fruto de la voluntad democrática de sus vecinos así que, ¡felicidades! Dicho lo cuál, ¿me permiten la osadía de hacerles una recomendación? Ojito a la tentación de, nada más llegar, querer cambiar las cosas… poniéndolo todo patas arriba.

Atarfe Jazz en el Lago

Cuando un nuevo equipo accede al gobierno de una ciudad, pueblo o institución; lo hace con la lógica y encomiable voluntad de conseguir logros históricos. De hacer cambios. De transformar las cosas. De dejar huella. Las dificultades comienzan a la hora de decidir por dónde empezar ese cambio. Sobre todo, porque lo más fácil es arrancar cerrando, destruyendo, clausurando y dando carpetazo a la labor realizada por los antecesores en el cargo.

Hace unos días, en el Festival de Jazz en el Lago de Atarfe, el rurún más extendido era que la nueva corporación municipal de Podemos se lo quiere cargar. Que, de hecho, ya le habría gustado echarle el candado a la edición de este año, pero que no le ha dado tiempo.

Atarfe Jazz

Hablamos de un festival con catorce años de historia a sus espaldas y por el que han pasado algunos de los mejores músicos de jazz del mundo. Un festival al que acuden cientos de personas cada año, de todo origen, procedencia y condición. Un festival que además de contar con primeras figuras, proyecta y da visibilidad a decenas de músicos de la tierra.

Pensar en acabar con un festival así es de un talibanismo aterrador: nada de lo anterior a nosotros tiene cabida en estos nuevos tiempos. ¿Razones para justificar este tipo de despropósitos? Una, a buen seguro, será la del presupuesto, el coste y las prioridades en estos tiempos de crisis. Solo que eso no es una razón. Es una justificación. Porque la cultura, por desgracia, nunca es una prioridad y, por tanto, siempre será susceptible de ser recortada. Hasta su asfixia total y absoluta. ¿Y después? ¿De qué se puede seguir prescindiendo? ¿Del deporte? ¿De las fiestas populares?

Atarfe Big Band

¡Ay, las prioridades! Parece mentira que, en pleno siglo XXI y en una sociedad desarrollada, sigamos debatiendo estas cuestiones. Como cuando, en otros tiempos, se quitaba a los hijos de estudiar porque lo prioritario era que encontraran un trabajo para llevar un sueldo más a casa.

Y luego está la cuestión del gusto, argumento que no debería tener el más mínimo peso entre gente civilizada. Por desgracia, en Granada dejamos escapar el añorado y pionero Espárrago Rock porque no era del gusto de la nueva corporación municipal que llegó a la Plaza del Carmen. Y fíjense lo que mueven y generan ese tipo de eventos ahora. ¿Se imaginan a un alcalde que osara tocar el Festival de Música y Danza de Granada porque no le gusta la música clásica?

Espárrago Rock

Señores munícipes, sean ustedes bienvenidos, pero no comiencen su gobierno por la vía fácil de la política de tierra quemada. Favor que nos hacen a todos. Incluidos ustedes mismos.

Jesús Lens

Twitter Lens

Big Jazz

Cuando suben todos al escenario y ocupan sus puestos, hasta el agua de la cascada que cae al Lago de Atarfe, bajo la Ermita de los Tres Juanes, parece dejar de correr, expectante por lo que está por llegar.

Y es que, efectivamente, la Big Band de Atarfe es algo grande. Muy grande. Talla XXXL, podríamos decir.

Al mando de Roberto Nieto, su director y vibrante saxofonista, cuando la Big Band de Atarfe arranca, es como un tren bala: imparable. ¡Más que merecido el premio que este año le ha concedido en Festival! Porque mantener tan bien engrasada una maquinaria de precisión como la Big Band no debe ser nada de fácil.

Imagen cortesía de Rafael Marfil Carmona
Imagen cortesía de Rafael Marfil Carmona

Pero antes de que la Banda de Negro incendiara el Jazz en el Lago, Celia Mur hizo una demostración del A-E-I-O-U básico de la historia del jazz, desgranando todas las vocales con su prodigiosa voz. Desde el “Stompin at the Savoy” de Edgar Sampson hasta la festiva “How High the Moon” de Nancy Hamilton con la que se despidieron, Celia Mur y su grupo hicieron las delicias de un público atento que disfrutó del jazz más clásico y tradicional de esta edición del Festival. Personalmente, me quedo con esos momentos de delirio vocal: el Scat del que Celia es maestra.

Una Celia que no dudó en acompañar, un rato después, a una Big Band de Atarfe que estaba de estreno ya que, apenas cuarenta y ocho horas antes del concierto, había salido del horno su nuevo disco, calentito, calentito. Un trabajo llamado a darnos grandes alegrías, con versiones de temas de Pat Metheny -que pudimos escuchar felizmente durante su interpretación- o de Frank Sinatra.

Imagen cortesía de Rafael Marfil Carmona
Imagen cortesía de Rafael Marfil Carmona

 

Acompañados en escena por el eufórico trombonista Toni Belenguer, que ya había tocado junto a The Pocket la noche anterior y que prometió empadronarse en Atarfe, visto cómo lo habían cuidado y comprobada no solo la calidad sino la profesionalidad de la Big Band; los envidiablemente jóvenes músicos que la componen también tocaron una inspirada versión de uno de los grandes clásicos del jazz, “My Funny Valentine”, y se despidieron, ya bien entrada la madrugada, para dar paso a los siempre alegres y festivos “Cu Bop” y su jazz latino y bailongo.

Imagen cortesía de Rafael Marfil Carmona
Imagen cortesía de Rafael Marfil Carmona

 

Los premios que se entregaron el sábado fueron igualmente aplaudidos y bien recibidos por el público: a nuestra querida asociación de jazz de Granada, Ool Ya Koo, de la que formo parte activa desde su fundación, con orgullo y satisfacción; y a la empresa que consigue que el jazz suene como en ningún sitio en mitad de la montaña, junto al Lago.

Imagen cortesía de Rafael Marfil Carmona
Imagen cortesía de Rafael Marfil Carmona

 

Ha terminado un fin de semana intenso, muy intenso, repleto del mejor jazz posible. Un Festival que, en su décimo tercera edición, sigue dándonos grandes, gratas y emocionantes sorpresas.

Jesús Lens

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