Mujeres veladas

Hoy publico este artículo en IDEAL. Es un tema controvertido y no sé qué opinaran, sobre todo, las mujeres. Está escrito con todo el respeto y tratando de contextualizar lo que supone viajar por países cuyos dirigentes imponen a la población culturas, costumbres, mandamientos y formas de actuar muy distintas a las nuestras. ¿O no tanto?

En realidad, no es un velo lo que las mujeres están obligadas a vestir en Irán. Es un pañuelo que les cubra el cabello. Y cuando escribo “obligadas” no es una figura retórica, sino un mandato legislativo. Constitucional, de hecho. Así de claro. Así de crudo. Además, nada de mostrar los brazos desnudos. O las piernas. Y de ponerse una camiseta de tirantes… ni hablar.

Ahora bien, de ahí a tener la obligación de vestir un chador, un sayón, una gabardina o tan siquiera ropa ancha que disimule las formas femeninas; media un abismo. O quizá no tanto. Depende.

Irán Satán

Para mí resulta relativamente fácil escribir esto: no he tenido que cubrirme la cabeza en todo momento y lugar, menos en mi habitación del hotel. He podido afeitarme la barba tranquilamente y hasta ir en manga corta, excepción hecha de la incursión en el Mausoleo del Imam Reza, a donde fui vestido de oscuro y de largo, para no llamar la atención. Pero me ha sorprendido cómo muchas mujeres, sobre todo jóvenes, lucían vaqueros ceñidos y camisetas ajustadas, cubriéndose la cabeza con vistosos pañuelos multicolor.

En Irán, he encontrado a mujeres que trabajan en todos los sectores con los que hemos tenido trato, desde la hostelería y el comercio al turismo y la cultura. ¡Hasta a una mujer taxista conocieron dos de mis compañeros de viaje, en la ciudad santa de Mashhad!

Irán mujer periodista

Pero la mujer está discriminada y, por ejemplo, en un recóndito cafetín de Esfahan había un salón para fumadores de shisha vetado a las mujeres, que tenían que refugiarse en una estancia contigua en la que estaba prohibido fumar… hasta las ocho de la tarde, cuando el dueño del garito empezaba a servir pipas de agua, a diestro y siniestro, con independencia de sexo, edad o condición. Entonces, las sonrisas eran más francas y el ambiente se destensaba bastante.

Irán cafetín

Por supuesto, también había mujeres cubiertas con chador, rigurosamente negro, en algunos casos. Y otras que se tapaban el rostro total y absolutamente, excepción hecha de los ojos. Pero eran las menos. En Irán, lo habitual es que las mujeres y, sobre todo, las chicas jóvenes, cumplan escrupulosamente con la ley. Pero nada más. Lo habitual es que lleven tacones. Y bolsos vistosos. Y flamantes smartphones. Y que conduzcan. Y que trabajen.

Al llegar a Teherán, me llamó la atención que había muchas chicas jóvenes con una tirita que les cubría completamente la nariz, de arriba hasta abajo. Cuando ví a la primera pensé: un accidente. Con la segunda, empecé a mosquearme: ¿violencia de género?

En absoluto.

Como lo único que las chicas pueden mostrar con absoluta libertad es su rostro, miman su cara con cuidado exquisito: cejas perfectamente depiladas y perfiladas, labios pintados, maquillaje y… ¡cirugía facial! Dado que la nariz aguileña prolifera en Persia, muchas mujeres deciden operársela para hacerla más fina y estilizada, de acuerdo con la moda imperante y un canon de belleza impuesto por… ¿quién sabe quién?

Y, ojo, que los chicos no les van a la zaga a las mujeres y lucen espectaculares peinados, cardados imposibles, camisetas ceñidas a lo Brad Pitt y mucho, mucho músculo, no en vano, los iraníes copan habitualmente los podios olímpicos en disciplinas tan sufridas y poco vistosas como el levantamiento de pesas o la lucha grecorromana.

Y, sin embargo, ciertos carteles pegados en los muros de las calles resultan de lo más perturbador e inquietante. Como uno que, mostrando la incomprensible carcasa negra en que se ocultan algunas mujeres, lleva la siguiente leyenda: “La Hijab es mi personalidad y el uniforme de mi serenidad”.

Irán Hijab

O ese otro que, mostrando un ojo roto y fragmentado, como si de un fotograma de Buñuel se tratara, reza así: “Los ojos son trampas del diablo”.

Irán es un país cargado de contradicciones que está en plena efervescencia y transformación. La pregunta es: ¿hacia dónde? Porque a la vista de lo acontecido en Libia, Túnez, Egipto o Siria… ¿quién se atreve a hacer pronósticos, vaticinios o juicios de valor?

Esa es la cuestión.

En Twitter: @Jesus_Lens

Escribiendo

Un viaje es desconectar. Sobre todo, si viajas a Irán, donde el 3G no existe y en los lugares en que había WiFi, el acceso a las Redes Sociales estaba censurado.

Pero eso no significa dejar de escribir. Como bien ha captado Xénia, una de mis estupendas compañeras de viaje; me he pasado el viaje trabajando con las palabras, al recuperar una de esas costumbres que ya tenía olvidadas: la de los Cuadernos.

Jesús Lens escribiendo

Y es que, cuando las cosas se dejan fijadas por escrito, no solo permanecen en el tiempo, inalteradas, sino que quedan grabadas en la mente, en el espíritu y en el corazón con mucha mayor claridad. Porque hay palabras que no se las puede llevar el viento.

¡Gracias Xénia! Un privilegio haber compartido este viaje contigo.

En Twitter: @Jesus_Lens

(Más entradas de Irán: Música e Impresiones sobre el terreno)

 

The Black Barba

Hace unas semanas os presentaba a The Black Barba.

No imaginaba, entonces, que hoy estaría yo hablando de barbas, precisamente.

Esta mañana, a las 8, Pedro me miraba torvo, en la cafetería. Iba sin afeitar. Y yo siempre me afeito para ir a trabajar. O casi.

Después, a las diferentes personas a las que he ido viendo, se lo explicaba: “Dentro de tres días tengo que tener una barba de cuatro días”. Así es que no. No estoy desaseado. Ni dejado, abandonado.

Y, lo que es más extraño: tengo que mantener esa barba durante diez días más.

Que ya me explicará algún experto en estilismo cómo carajo se mantiene durante 10 días una barba de 4 días.

– ¿Y eso?

Porque me voy.

Tras un año en el dique seco, varado, quieto e inmóvil; voy a hacer honor al nombre de este Blog y a patear un poco de mundo.

Quiero bailar con leones
Quiero bailar con leones

En este caso, y si todo va bien, me voy a dar una vuelta por Irán.

– ¡Hay que Argoderse! –me dicen. –¡No habrá sitios en el mundo!

Y es verdad. Claro que hay sitios. Muchos. Y fascinantes. Y atractivos. Como la antigua Persia, cuna de civilizaciones, de Persépolis a Ifashan, pasando por antiguas estaciones caravaneras y por la cuna del Zoroastrismo.

Zoroastro

Y no me preguntes más.

No lo sé.

Pero espero saberlo a la vuelta.

Y contarlo.

Me voy.

El viernes.

Pero ya me estoy dejando mi barba de cuatro días. Para entrar en la misteriosa y enigmática Irán.

Sí.

Estás pensando… ¿y volverán?

Sí. Volveré.

Para contarlo.

No te quepa la menor de las dudas.

Volveré.

Y seré el mismo. Algo cambiado, claro. Espero. Pero el mismo. El mismo que viste y calza. El mismo que se afeitará su barba de cuatro días, cultivada a lo largo de dos semanas, y regresará para poder entonar nuestro grito de guerra:

¡Seguimos!

Si me sigues, en Twitter @Jesus_Lens

Y ahora, a ver los 20 de marzo de 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012.

Quién mató al Ayatolá Kanuni

Esta novela os va a gustar a los que, cuando pongo algo de novela negra, le dais a Exit, exit, exit a toda velocidad:

Recientemente publicada por Alianza Editorial, la novela de la iraní Naïri Nahapétian parte de un muerto, es verdad. El ayatolá Kanuni aparece asesinado en su despacho, en las primeras páginas del libro. Y en la base de la narración está la ¿investigación? que se pone en marcha para averiguar quién le mató.

Está claro que con un título tan expresivo, el párrafo anterior no puede ser considerado un spoiler de la narración. Sobre todo porque la teórica investigación para saber quién se llevó por delante al ayatolá, en realidad, no le interesa ni a la propia autora, que aprovecha tal anécdota para contar su visión de lo que pasa en Irán.

O, más en concreto, de lo que pasaba durante la campaña electoral que llevó al poder, por sorpresa, al ultraconservador alcalde de Teherán, el ahora temido por unos y reverenciado por otros Mahmud Ahmadineyad.

(Sigue leyendo, que la reseña está en una de esas Páginas Hermanas con las que tan bien nos llevamos)

Jesús iraní Lens

El 14 de Noviembre blogueamos en 2008, 2009 y 2010.