¿Crisis? ¿Qué crisis?

Columna en IDEAL, hoy, dedicada a la buena gente de la hostelería, sobre una de esas expresiones que hay que saber gestionar.

¿Quién no lo ha escuchado, pensado y hasta exclamado en voz alta, al llegar a algún bar o asomarse a una terraza, y encontrárselos llenos de gente?

 cervezas

–         ¿Crisis? ¿Dónde está la crisis?

Un primer y apresurado análisis sobre esas barras atestadas de personas y las mesas repletas de clientes nos podría llevar a la conclusión de que, en realidad, lo que hay es mucho cuento y que la cosa no estará tan mal, si aún hay dinero para tomarse una cañita o un café en la calle.

Me gustaría pensar que este tipo de comentarios y reflexiones son pasajeros y producto de la frustración por no poder sentirse uno a sus anchas en su bar favorito o por su falta de previsión a la hora de salir a tomar algo. Porque, a nada que lo pensemos, la idea es detestable.

 Cervezas bares

Ahí va el tío, con el taco en el bolsillo y, cuando traspasa las puertas del bar, ¿qué se encuentra? A un montón de gente que ha tenido la misma idea y que le priva de sentirse el rey del mambo.

¿Crisis? ¿Qué crisis?

Sin embargo, a nada que nos fijemos y le preguntemos a los profesionales de la hostelería, veremos que las cosas no son lo que parecen. Parejas en la barra con las cañas tan vacías que la espumilla de la cerveza ya se ha secado en el vaso. Mesas con cinco o seis clientes en las que solo hay tres o cuatro consumiciones. Copas casi vacías en las que ya no se ven ni los restos del agüilla del hielo, de tan apuradas que han quedado. Etcétera, etcétera.

No hay más que acercarse a un bar en el que haya cartas diferentes, una para las  tapas y otra para raciones. La de las tapas estará toda manoseada. La de las raciones, impoluta. Porque aquí, eso de pedir un plato de… lo que sea, es más extraño que encontrar a una familia con todos sus miembros trabajando.

Sí. Los bares están llenos. Pero, ¿y las cajas que hacen los camareros al final de sus extenuantes jornadas? ¿Y los botes con las propinas? De hecho, es muy probable que ese airado sujeto que iba con el taco en el bolsillo y se ha quedado tan planchado, no estaba dispuesto a pedir gambas con gabardina, rape y almejas, precisamente.

 Cervezas barras

Concluir que la crisis no será para tanto si hay tanta gente que se toma una caña o un café en el bar es no conocer la idiosincrasia de una sociedad que necesita de esos rituales tan sencillos, precisamente, para seguir tirando. Para descomprimir. Para aliviar tensiones. Si en este país la gente no se pudiera tomar una cervecita un viernes por la noche o un domingo a mediodía, aprovechando para pasar unas horas con los amigos y la familia fuera de casa, se habría desencadenado una revolución que ríase usted de la francesa y de la rusa.

Jesús Lens

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¡Arriba la gente de la hostelería!

Antes de cualquier otra cosa: ¿habéis votado ya en la Encuesta de la Margen Derecha? Tres garitos están tomando ventaja sobre los demás. ¿Son los tuyos? ¡Venga y vota!

Ahora sí. Vamos al grano.

Quiénes habéis estado en alguna de las presentaciones que hemos hecho de “Café-Bar Cinema” o habéis escuchado y/o leído alguna de las entrevistas; habréis visto que siempre me gusta hablar de la dedicatoria del libro.

En esta ocasión, el libro no está dedicado a familiares o amigos, como suele ser habitual y lógico, sino, en general, a la gente de la hostelería que, dando la cara delante o detrás de una barra o, refugiado en la cocina; hacen nuestra vida mucho más bella, tractiva y divertida.

Por eso, también, dedicamos un capítulo especial del libro a ellos, a los camareros, esos sociólogos a la fuerza, tal y cómo los describió Andrés Neuman. Filósofos, cómplices necesarios en nuestra vida. ¿Quién no le ha llorado a un camarero alguna vez en su vida? ¿Quién no ha compartido con alguno de ellos sus penas, alegrías, dudas y zozobras?

Este fin de semana, la primera entrada de este Blog va por ellos. Por los camareros. Que lo son… ¡de película!

A ver si sabéis quiénes son y si recordáis algunos de sus diálogos o momentos más brillantes, en la siguiente galería…

Jesús agradecido Lens