Gregorio Jiménez, optimista

La mítica película ‘Casablanca’, antes de llamarse ‘Casablanca’ y de ser película, fue una obra de teatro titulada ‘Todo el mundo viene a Rick’s’, por razones obvias. No sé si Bubi Morenodávila y Curro Marín son aficionados al cine clásico o si les gusta Humphrey Bogart, pero el Asador Curro se ha convertido en el sitio por el que pasa toda Granada y donde siempre encuentras a gente interesante.

Ayer había quedado en su terraza a la una de la tarde para mi charla semanal al calor de una cerveza y terminé saliendo cerca de las cinco. Para todo lo referente a la gastronomía les emplazo al suplemento Gourmet de este periódico del próximo viernes. Ahora me quiero centrar en la alegría de compartir un rato de conversación con Gregorio Jiménez, una de las cabezas mejor amuebladas de Granada.

Foto: Javier Martín

Gregorio, además de su brillante paso por Puleva, estuvo ocho años al frente del Consejo Social de la UGR, por lo que tiene bagaje, talento y experiencia para saber de lo que habla. Y lo que dice Gregorio es que Granada está en un momento dulce y que en 10 años va a sufrir una transformación espectacular gracias al impacto que tendrá el acelerador de partículas y al impulso de la propia Universidad, cuyo caudal de talento es inagotable.

Lo que más me gustó de Gregorio no fue (solo) lo que decía, sino cómo lo decía y transmitía, brillantes los ojos y una sonrisa luminosa que le ocupaba el rostro entero.

Hablamos del círculo virtuoso generado en torno a la Escuela de Ingeniería Informática, el Instituto de Matemáticas —que recientemente se ha hecho acreedor del prestigioso sello de Excelencia María de Maeztu— y de la cátedra de Inteligencia Artificial. Todo ello ha desembocado en la llegada de Indra y de Google a nuestra tierra, por ejemplo. Pero lo mejor está por llegar. Porque el futuro tecnológico que nos espera alberga grandes sorpresas e innovaciones, aún por descubrir, en mil y un campos diferentes. Por ejemplo, el agroalimentario y el turístico; claves en nuestra socioeconomía.

Gregorio Jiménez coincidía, en fin, con el catedrático Eduardo Ros cuando me dijo que la gran riqueza de Granada es el conocimiento, la materia gris; una de las frases que más me han impactado en los últimos años. (Hablé de ello AQUÍ) Y nos ponía deberes: hay que comunicar más y mejor lo mucho y bueno que hace la UGR para que cale en la ciudadanía. ¡Amén!

Jesús Lens