CHITE: La lección de John Ross

Una de las secciones que procuro no perderme cuando leo la prensa es la de Cartas al Director. Para un columnista, saber qué les preocupa a los lectores es básico y esencial, más allá de las tendencias en redes sociales y las estadísticas de cliqueos en las ediciones digitales de los periódicos.

La opinión de un lector que tiene una idea, se molesta argumentarla a través de una carta y la envía a la redacción de un periódico; denota un interés que resulta imprescindible tener en cuenta.

Tomaba café, ayer por la mañana, y leía “Agradecimiento al equipo médico del PTS”, escrita por John Ross, vecino de Chite, pueblo del Valle de Lecrín con el que tengo una deuda pendiente. Su carta empieza de forma trágica, cuando su esposa se desvaneció junto a él. En vez de entrar en modo pánico, John puso en práctica el protocolo F.A.S.T. para reconocer un accidente cardiovascular.

Inmediatamente pensé en qué hábiles son los británicos para sacarse de la chistera palabros fácilmente identificables. Adoro la capacidad del inglés para fundir palabras y conseguir brillantes neologismos de alto impacto, sonoro y visual. Conceptos como Brexit, por ejemplo. ¿Se puede decir más con menos? El castellano, sin embargo, no funciona igual. A los espantosos Juernes y Amigovio me remito.

F.A.S.T es un acrónimo que alude a Face, Arms, Speak y Time: comprobar que la persona colapsada puede mover la cara y los brazos, hablar de forma  comprensible y… actuar con la mayor rapidez. Efectivamente, la mujer de John tenía un coágulo de sangre en el lóbulo frontal derecho que, detectado por el personal médico del PTS, fue controlado a tiempo.

Continúa John Ross su carta agradeciendo la atención prestada, pero la remata de forma majestuosa: como FAST es una palabra inglesa que podría no decir nada a los españoles, nos invita a interiorizar el protocolo de una forma más comprensible, a la vez que homenajea a Chite, su pueblo de adopción.

Cara, Hablar, Interacción, Tiempo y Expedición. Pedirle al paciente que sonría, preguntarle su nombre o dónde vive, pedirle que levante los brazos, actuar rápidamente y conseguir que el paciente llegue al hospital de inmediato.

Estimado John Ross, muchas gracias por una lección de primeros auxilios convertida en declaración de amor, a su pueblo y al idioma español.

Jesús Lens