ESPERANZA SPALDING CIERRA EL FESTIVAL DE JAZZ DE GRANADA

No fue el mejor concierto del Festival, la verdad. Teatrera, egocéntrica y cargada de tonterías, como decimos en este Blue & Noir, Esperanza Spalding cerrón un Festival de Jazz de Granada heterodoxo, mestizo y radicalmente contemporáneo que, sin embargo, sí fue arrasado y abrasado por Chano Domínguez la noche del sábado. Su «Piano ibérico» va a ser algo muy grande.

Foto: José Nieto

Un Festival con músicas de muchos estilos, desde el clasicismo de Joe Lovano a la mistura de Chano. De la  radicalidad de Nils Peter Molvaer al virtuosismo de Kurt  Rosenwinkel. Un Festival de los que sirven para abrir la mente a través del oído y que, en su programa paralelo, contó con Parkerland y la Big Band, dos grupos muy grandes de Granada que demuestran que se pueden hacer muchas cosas en esta tierra.

Y nuestro Blog, este Blue and Noir al que queremos dar continuidad y del que seguiremos contando noticias, al que os animamos a seguir. Ya no hay Festival de Jazz, hasta verano. Pero se van a hacer más cosas antes, ye veréis. Y están los clubes. Y los bares. Los discos. Los libros. Las películas. Y está ese Bar Alegría que tantas alegrías nos da (y algún susto que otro)

Y están esas Alhambras Especiales y esas 1925 que sacian la sed de algo frío después de una buena dosis de música caliente. ¡Ay, la Cerveza Alhambra, ¡qué nos gusta! Y ese Cuate, Pepe, al que hemos secuestrado tres semanas y al que devolvemos enterito y de una pieza, aunque algo perjudicado y muy infectado. De Jazz.

Porque el Club de Jazz Blue and Noir tiene sus puertas abiertas todo el año.

¡Seguidnos!

Jesús jazzeado Lens.

LAS PELIS DE LOS TIEMPOS FLOJOS

Estar malo hace que el sofá se convierta en tu mejor aliado y las películas en tus mejores amigas. Desde que el domingo conseguí salir de la cama, a media tarde, arrastrándome, he visto varias pelis, además de las reseñadas series “The event” o “The walking dead”. O la segunda parte de “True Blood”.

Ahí va un compendio de micro reseñas:

“Training day”. Con Denzel. Me gustó. Mucho. Intensa. Y el bueno de Washington, imperial.

“Asalto al tren Pelham 123”. Otra con Denzel. Aunque en este caso, sale Travolta en plan malote-filosófico-intenso. Me gustó bastante… menos. Para verla chateando, bloqueando, zapeando, etcétera.

“Nikita. Dura de matar” Cuando nos ponemos, los europeos también podemos hacer buen cine yanqui. Los protas están muy bien, con carisma y personalidad. La trama está lo bien llevada que pueden estarlo estas tramas. Y la acción, sucia, anticipaba lo que luego sería esa joya llamada Bourne.

“Blueberry”. Aunque lo intentemos, los europeos no hacemos un buen western ni de coña. Un bodrio pretencioso que intenta mantener el espíritu de Moebius, creador del personaje de Blueberry en sus tebeos alucinados, a través de secuencias oníricas inspiradas por las yerbas que fumaban los chamanes indios. Y que debieron fumar los autores de este máximo coñazo, mientras filmaban.

“Lemmy contra Alphaville” o la demostración de que, durante un tiempo, la posibilidad de otro cine fue cierta. Porque si hoy presenta alguien “serio” un guión como éste en un país tan sesudo como Francia, lo corren a gorrazos. Una Ciencia Ficción tan cercana, que da miedo. El espíritu orwelliano con la estética del mejor noir.

“Katyn”. La peli del año pasado, que despertó un monumental escándalo y que llegó a tensar la relación entre Rusia y Polonia. Un siniestro episodio de la II Guerra Mundial que está relatado con mucha fuerza. Algo confuso al principio. Después, con mucha intensidad. Y, al final, con una densidad dramática brutal y devastadora. Una de esas películas que, sencillamente, hay que ver.

“Antes que anochezca”. O la explosión definitiva de la Bestia Bardem, en un poderoso papel, repleto de matices y de intensidad. Una película que va de más a menos, en la que el segmento cubano es mucho más interesante que el neoyorquino, por lo que, al final, termina haciéndose pesada. A quiénes amamos Cuba tiene que emocionarnos, claro. Y lo hace. A ratos. Por momentos.

Además, y en cuanto nos recuperamos, seguimos de Jazz. ¿Nos copiáis? Ayer Chano. Hoy Esperanza. ¡Seguidnos!

Jesús esto-no-hay-quién-lo-aguante Lens

LA PASTA CULTURAL

La columna de hoy de IDEAL, en clave económico-cultural. A ver qué les parece y si les sugiera algún comentario o reflexión.

 

«Si hay algo bueno en épocas de crisis es la cultura», decía Enrique Gámez al hacer balance de la edición de este año del Festival de Música y Danza de Granada, para el que se vendió un 99,5% de las entradas. Curiosamente, Paco Ignacio Taibo II, al clausurar la vigésimo segunda edición de la Semana Negra de Gijón insistió precisamente en que, contra la crisis, es necesario potenciar y alimentar la cultura, elemento de choque no sólo recreativo e intelectual, sino también industrial y económico.

 

La cultura cada vez mueve más dinero y, como no nos cansaremos de repetir, Granada debe apoyarse en ella como el verdadero motor de desarrollo que nos proyecte hacia el futuro. Con la Universidad y la Alhambra como estandartes, creando sinergias con el resto de la sociedad, la cultura debe ser el santo y seña de la Granada del siglo XXI.

 

La cultura en sus más variadas disciplinas y acepciones. De la más seria y sesuda a, sobre todo, la más popular, alegre y festiva. Como el jazz en El Majuelo, por ejemplo. A alguna gente le extraña que Pepe y yo bajáramos el martes a Almuñécar, para el concierto de Esperanza Spalding y, una vez terminado el mismo, subiéramos a Granada.

 

Pero es que, más allá del placer que supone ver a la cantante afroamericana completamente entregada a su contrabajo, abrazándolo como si la vida le fuera en ello, desgranando las notas más cálidas y sentidas e incendiando la noche con su voz de terciopelo; el Festival de Jazz en la Costa tiene una magia muy especial. Bajo el castillo iluminado y con las palmeras al fondo, el escenario del Parque del Majuelo te transporta a las noches sin fin de las ciudades más calientes del Caribe.

 

Impresionante, Spalding
Impresionante, Spalding

Así, no es de extrañar que cada vez haya más gente que se guarde unos días de vacaciones para disfrutar del mar, el pescado a la brasa, el vino blanco bien frío y, por la noche, el jazz más íntimo y sensual, siempre bien regado con las Alhambras Especiales o las ya famosas Milno en botella verde.

 

Este año, además, el placer de la música se va a prolongar a lo largo del habitualmente mustio mes de agosto. La singular y maravillosa Angelique Kidjo viene a Salobreña, al Tendencias, y parece que, en el corazón de las Alpujarras, en Busquístar, se celebrará un pequeño Festival de Jazz con visos de continuidad en el futuro.

 Viva el jazz

Música, arte y cultura deslocalizadas, populares y accesibles para todos que hacen más atractivos los destinos vacacionales y que, por tanto, sirven para generar ingresos y producir riqueza. La Junta de Andalucía va a poner en marcha un laboratorio de inteligencia turística para proyectar a nuestra comunidad hacia la vanguardia de la innovación en este sector capital de nuestra economía. Esperemos que bajen por el Majuelo y tomen buena nota de lo mucho y bueno que allí ocurre cada mes de julio desde un ya lejano 1988.

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.