¡Todos al Palacio!

Esta noche, todos al Palacio de los Deportes, a disfrutar de un partido de baloncesto muy especial. Especial porque nos jugamos la clasificación para jugar la Copa y ser anfitriones de la misma. Y no olviden que, si ganamos ese trofeo, tenemos el factor cancha a favor en todas las eliminatorias del play off de ascenso a la LEB Oro. ¡Ahí es nada!

“¿Jugamos?” “¿Ganamos?” ¿Por qué usas esa primera persona del plural, Lens? Pues porque yo siento al Fundación CB Granada-Covirán como algo mío. Porque, tras los años de desapego con los colores nazaríes, por mor de una nefasta gestión; la plantilla, el cuerpo técnico, la directiva y todos los trabajadores de la entidad han conseguido que nos volvamos a identificar con el equipo y que recuperemos el placer y la ilusión por el baloncesto en nuestra tierra.

El de hoy es un partido especial, también, por ser el último del año natural, lo que invita a reflexionar sobre los últimos meses y, sobre todo, acerca del futuro del equipo. Hace unos días, en esta larga entrevista de esas con contenido, chicha y sustancia, Óscar Fernández Arenas, presidente del club, decía que no se estaba valorando lo suficiente la campaña que está haciendo el equipo. Que la LEB Plata tiene mucha “guasa”.

Efectivamente, tras el impresionante arranque de la temporada pasada, la prematura eliminación en los play off nos dejó una sensación agridulce. Durante el verano, poca gente del club se tomó algo parecido a unas vacaciones. Cuando fui a renovar mi abono, me decía Oscar que cada vez que surgía un nombre como posible fichaje, todos los trabajadores se sabían sus estadísticas y sus características fundamentales, de tan estudiado que tenían el mercado.

Así las cosas, la plantilla de este año es extraordinaria. Compensa la juventud con la veteranía y la cantera con lo mejor del panorama nacional. Y, lo mejor, para mí: haber perdido algunos partidos, para ponernos a todos los pies en el suelo.

El pasado miércoles, al terminar el Torneo de Navidad organizado por el club, representantes de las instituciones, de las empresas y de los medios de comunicación coincidíamos en que se están haciendo muy bien las cosas, que este proyecto es fiable, sólido y con vocación de futuro.

Por todo ello, ¡vente esta tarde al Palacio! Lo vas a pasar mejor que bien.

Jesús Lens

Rascarse el bolsillo

De vez en cuando, algún conocido me pregunta si me sobra una entrada para el partido de turno del Covirán Fundación CeBé Granada. ¿Sobrarme? ¿Cómo me va a sobrar una entrada? Yo, lo que tengo, es mi carné de socio. En primera fila. Que para algo fuimos mi Cuate Pepe y yo a las oficinas del club nada más abrirse el plazo. Para sacar los mejores abonos de temporada posibles.

Rascarse el bolsillo CB

En realidad, cuando alguien pregunta lo de si te sobra una entrada, lo que quiere saber es si le puedes colar de alguna manera, dándole igual el cómo. Además de presuponer que tú entras gratis, por supuesto.

Pues no, mire usted. ¡No! No me sobra ninguna entrada. Ni entro gratis al baloncesto. ¡Es que ni se me ocurre hacerlo! Porque no me parece ético ni moral. Y es que, como aficionado al deporte de la canasta, quiero ver al mejor equipo posible. Y eso, cuesta. Dinero. Pasta. Parné. ¡El rukiki!

Y sí. Está muy bien que pongan dinero las instituciones y los patrocinadores. Y las familias de los chavales de la cantera. Pero, tener o no tener un buen equipo de baloncesto, también es responsabilidad de los aficionados.

En el mismo sentido, como amante del jazz, soy miembro de Ool Ya Koo, una combativa asociación que lleva tres años programando jazz en vivo en el Club Magic de la Plaza de Toros, todas las semanas.

Rascarte el bolsillo Ool Ya Koo

Las subvenciones, ayudas y contribuciones están muy bien. Pero los proyectos, para convertirse en una feliz realidad, sostenible y perdurable, necesitan del apoyo de la gente. De la Sociedad Civil, que le dicen. Los socios, mecenas y crowdfunders aportan fondos. Los voluntarios, esfuerzo, tiempo y dedicación. Los amigos, apoyo moral y asistencial. Los seguidores internautas, difusión y ruido mediático.

Todos ellos hacen falta, resultando imprescindible y necesario su concurso. Pero, sobre todo, se necesitan espectadores. Gente que dedique tiempo y dinero a disfrutar de la programación cultural, deportiva, artística e intelectual. El Festival de Música y Danza, por ejemplo, es lo que es por el apoyo que tiene entre la ciudadanía, con llenos casi absolutos en cada una de sus propuestas.

Rascarse el bolsillo festival

Sí. Son tiempos duros. Pero las aficiones cuestan. Y para mantener vivos a nuestros equipos deportivos favoritos o a los festivales que más nos gustan, hay que rascarse el bolsillo. ¡Es lo que hay!

Jesús Lens

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