El AVE eléctrico

Uno de los conceptos sociológicamente más afortunados de los últimos años, el de la España vacía, se lo debemos a Sergio del Molino. En el libro homónimo reflexionaba sobre una España en la sombra, desplazada, ajena a los titulares y siempre fuera de foco. Una España que se va quedando despoblada, en la que cada vez hay menos gente. Y menos negocios. Y menos servicios básicos.

Como si de un empobrecedor círculo vicioso se tratara, la marcha de la gente conlleva el cierre de los negocios e, inmediatamente después, el repliegue de las instituciones. ¿O es al contrario? Van cerrando las tiendas, desaparecen las empresas, los servicios básicos se prestan cada vez en peores condiciones o más intermitentemente y la gente, hastiada y desesperada, termina tirando la toalla. Y marchándose.

Granada es una gran provincia -en todos los sentidos- muy diversificada… y geográficamente complicada. Es la provincia con más municipios de toda Andalucía y su población está muy atomizada. De ahí que la noticia de que la llamada Autovía Eléctrica, la línea de alta tensión Caparacena-Baza-La Ribina, pasa a ser prioritaria; es de las más importantes del año.

Hay que dar la enhorabuena a José Entrena, presidente de la Diputación, por esta buena nueva. Ha sido uno de los políticos más reivindicativos en este tema y la decisión del Consejo de Ministros del pasado viernes, convirtiendo en prioritario uno de los proyectos dejados de la mano de Dios por el gobierno del PP, puede ser su gran legado.

La magnitud de las cifras que suponen este auténtico AVE de la electricidad ya es buena muestra de su importancia: 1.100 millones de euros de inversión en energía renovable y la creación de 5.000 puestos de trabajo en la zona norte de la provincia, esa gran desconocida para un montón de gente convencida de que Granada se concentra en la capital, sus dos Alhambras y el área metropolitana; Sierra Nevada en invierno, la Costa Tropical en verano y La Alpujarra como exotismo donde pasar un fin de semana en un alojamiento rural con chimenea.

Ojalá que el AVE eléctrico Caparacena-Baza-La Ribina sirva para atraer a empresas que quieran aprovechar las posibilidades del norte de nuestra provincia y, junto a otras poblaciones de Jaén y Almería, contribuya a generar un círculo virtuoso que atraiga inversión y desarrollo a la comarca.

Jesús Lens