1,77 días nada más

El frío dato. 1,77 es la media de días que los turistas y viajeros pasan en Granada capital. 1,77 días. ¿No les parece un dato helador? Antes de agosto mostraba en este espacio mi preocupación sobre el tema de las pernoctaciones en Granada al hilo de la problemática con las entradas a la Alhambra.

En aquella columna metí la pata de forma inadmisible a la hora de hablar del Bono Pernocta: escribí que se regalaba una entrada a la Alhambra con él, cuando no es así. El Bono Pernocta está diseñado para los turistas que se alojen en hoteles de la provincia de Granada durante al menos dos noches y les permite tener un acceso prioritario -entrada garantizada- a la Alhambra. Además, también incluye la visita a los principales monumentos de la ciudad. Pero no se regala. Cuesta 16 euros. Lo que, teniendo en cuenta que la entrada al monumento nazarí cuesta 14 euros, es una ganga. Pero no un regalo.

Tras aquel error estuve hablando largo y tendido con Trinitario Betoret, presidente de los hosteleros granadinos. En unas cosas estábamos de acuerdo y en otras no, pero sí coincidíamos en algo básico y capital: la gente que viaja a Granada no puede pasar solo una media de 1,77 días en nuestra ciudad.

-¿Ya se va? Pero si acaba usted de llegar…

Leo que el Ayuntamiento está poniendo en marcha diversas iniciativas para conseguir que los turistas pasen más tiempo con nosotros. Es algo esencial para nuestra socio-economía en general. Es bueno para el comercio y para el tejido cultural de nuestra tierra. Cuanto más tiempo pasa una persona en un lugar, más relajado se encuentra y es más fácil que, además de tomarse la tradicional caña con tapa, entre en una librería a buscar títulos sobre nuestra historia. O a una tienda de discos a buscar música andalusí. O de Lagartija Nick, porque haya estado en “El bar de Eric”, relajadamente.

Si la gente duerme en Granada, buscará conciertos a los que ir, se dejará caer por las exposiciones en cartel o hará turismo de aventura en La Alpujarra con sus guías correspondientes, antes de volver a cenar.

Convengamos en que la Alhambra trae a la gente a Granada, pero somos los granadinos quienes tenemos que ingeniárnoslas para que se quede aquí más tiempo del estrictamente necesario en subir, ver los Palacios Nazaríes… y pirarse a Málaga.

Jesús Lens

Cifras que no casan

Ha querido la casualidad -o quizá la oportunidad- que el mismo día en que el sector de la hostelería y el turismo vuelve a quejarse sobre el nuevo sistema de gestión de las entradas a la Alhambra, se publicaran las cifras sobre el turismo en Granada, que bate récords una vez más.

Si uno lee las manifestaciones de Trinitario Betoret y las de Juan Peláez, podría pensar que a la Alhambra no entra ni Dios, de tan exigente que se ha puesto Reynaldo Fernández. Sin embargo, según indica el director del Patronato de la Alhambra y el Generalife, todos los santos días se agota el cupo de entradas al monumento. ¿En qué quedamos?

Mientras los hosteleros y los representantes de las agencias de viajes alertan sobre la Alhambra, a Granada han llegado más de millón y medio de turistas en seis meses. Un nuevo récord. Y, sin embargo, hay un dato tan significativo como preocupante: mientras que los visitantes a la provincia se quedan una media de 2,06 días y en la Costa permanecen hasta 3,38 días; en Granada capital no pasan de 1,77 días.

Este dato sí que debería inquietar a los hosteleros de nuestra ciudad. Y a Raquel Ruz y al resto del Consistorio. ¿Por qué no somos capaces de convencer a la gente de aguantar ni siquiera un par de días en Granada capital? A ver si lo que está dando síntomas de agotamiento es el modelo Visita la Alhambra y Tómate unas Tapas.

Lo mismo, la Federación de Empresas de Hostelería y Turismo, además de pedir y pedir y pedir -no olvidemos el Bono Pernocta que REGALA una entrada a la Alhambra a los turistas que duerman al menos dos noches en alguno de los hoteles de la provincia- tendría que plantearse el colaborar de forma activa con las diferentes iniciativas susceptibles de atraer turismo cultural y dinamizar la economía. Y por colaborar de forma activa quiero decir poner pasta. Pasta gansa. Cash. Parné. Perras.

En Granada nos hemos acostumbrado al nefasto modelo Noche-en-Blanco, con artistas actuando gratis para que los bares de la ciudad se llenen hasta las trancas. Y ese sistema no funciona. Parafraseando a Kennedy, ¿y si hubiera llegado la hora de preguntarle a la Federación de Hostelería qué hace por Granada, en vez de seguir poniéndonos a su entera disposición?

Jesús Lens