Una patada cómica al año

Era ya todo un rito navideño. El estreno de lo último de ‘Black Mirror’, una de las series distópicas más revolucionarias de la historia de la televisión, basada en la amenaza que el imperio de las nuevas tecnologías supone para el ser humano.

Black Mirror en vivo y en directo

 

Si cada año éramos más exigentes con las propuestas de sus máximos responsables, Charlie Brooker y Annabel Jones, lo del 2020 era un reto inconmensurable, no en vano estamos padecido en vivo y en directo una de esas distopías más propias de la ciencia ficción que de la realidad de nuestro día a día. ¿Cómo lo han resuelto en Netflix? Con un falso documental titulado ‘Death to 2020’, estrenado hace unos días con un título más castizo, español y muy español: ‘A la mierda el 2020’.

Véanlo, que merece mucho la pena. Y, sobre todo, la alegría, que te ríes mucho. Actores como Samuel L. Jackson, Lisa Kudrow, Joe Keery, Tracey Ullman o Hugh Grant, entre otros, hacen un repaso al año más extraño de nuestras vidas interpretando a médicos, científicos, historiadores, youtubers, asesores políticos de Trump, Isabel II o gurús de Silicon Valley.

¿Saben lo más curioso? Que la mezcla entre realidad y ficción está tan lograda que los auténticos Joe Biden, Rudy Giuliani y, por supuesto, Donald Trump resultan tanto o más fantásticos que los desmadrados personajes de ficción. ¿Se acuerdan de lo que escribimos hace unos meses sobre el falso documental de Borat aquí? Pues lo mismo.

Sesudos historiadores sin empacho en hablar de eventos del pasado que transcurrieron en los tiempos de ‘Juego de Tronos’, asesores presidenciales que niegan sin rubor alguno la existencia de Ucrania, una conspiranoica de kilométrica sonrisa que no es racista, pero…

Los creadores de ‘Black Mirror’ pasan por las vitriólicas aspas de su túrmix las elecciones norteamericanas, el Black Lives Matter, la cultura de la cancelación y, por supuesto, la gestión del coronavirus. Y resulta todo tan extraño, tan surrealista, que cuesta trabajo discernir qué es realidad y que es ficción satírica, como les decía antes.

Ojalá algo parecido aquí, con Simón diciendo que las mascarillas eran innecesarias, Iglesias como vicepresidente activista, los barones pidiendo autonomía para lo suyo en primavera y gritando “¡Sánchez, sálvanos!” en otoño o nuestro alcalde proclamando “Granada es un destino seguro” en plena segunda ola. Un ‘A la mierda el 2020’ hispano que nos permita darle la patada definitiva al año, entre el pasmo y la risa.

Jesús Lens