Tres mujeres fuera

A estas harturas ya se sabrán los resultados de la batalla de Madrid. No les voy a mentir diciéndoles con tono desdeñoso que me dejan indiferente, pero si hay algo que de verdad me irrita es no haber caído antes en que ayer, además de la pugna entre Ayuso y el resto, se celebraba el Star Wars Day.

Tan imbuido estaba por el espíritu goyesco de los últimos días de campaña que no se me ocurrió comprobar el santoral laico del 4M. ¡La columna tan maja que habría salido, comparando a las unas y a los otros con diferentes personajes de la saga galáctica!

Perdida la oportunidad y ante la duda de si habrá ganado el poder de la fuerza o su reverso tenebroso (que cada uno sitúe a sus personajes favoritos del chotis electoral en uno u otro lado), me toca cambiar de tercio. El cuerpo me pide celebrar. Celebrar la noticia anticipada por Mercedes Navarrete sobre la colaboración entre la plaza de toros y la empresa que gestiona el Wizink Center para traer grandes espectáculos a Granada. Pienso en la posibilidad de volver a juntarnos 8000 personas para vibrar y saltar con la música en vivo y me entra un no sé qué por el cuerpo.

Sin embargo, el sector cultural local no está para grandes celebraciones. ¿Ha caído alguien en que, tras la marcha de Alicia Pire de la gerencia de la OCG, ahora salen otras dos mujeres de puestos de responsabilidad en el Centro Lorca y en el Parque de las Ciencias?

De Sara Navarro ya hablamos hace unos días. Lo de Cristina González es igualmente significativo: no ha pasado siquiera el corte de idoneidad para cubrir el puesto que, de facto, viene cubriendo desde hace cerca de dos años. Esto requiere una explicación: si no es apta por no alcanzar los baremos mínimos exigidos por el Consorcio, ¿cómo ha estado ejerciendo tanto tiempo? Llama la atención, sobre todo, porque los miembros del propio Consorcio la han felicitado muchas veces por la buena labor que estaba ejerciendo en unos tiempos tan complejos.

Tres mujeres fuera. Los sustitutos han sido y/o van a ser hombres, según la rumorología mejor informada. Talentosos y preparados, faltaría más. Como lo eran las susodichas. Menos mal que todavía quedan mujeres, de carné, eso sí, al frente de la Alhambra y la Fundación Tres Culturas. Si no, la cosa iba a cantar por soleares.

Jesús Lens

Buscando un Bartender

Disiento de la máxima de que el periódico de hoy solo sirve para envolver el pescado (o los churros) de mañana. Por ejemplo, a un adicto a los recortes de prensa como yo, una página del IDEAL del pasado martes le ha salvado la vida.

Y es que dentro de tres semanas tengo uno de los exámenes más exigentes de mi carrera negro-criminal. Porque estoy invitado a participar en el festival Bruma Negra. Y los organizadores me han convocado en el Café Residence de Bilbao con Manu Iturregui, descrito en el programa como Bartender criminal. El objetivo: degustar, comentar y hablar sobre el Gimlet de “El largo adiós” y el Bronx de “El hombre delgado”.

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Y ahí me han pillado: si bien es cierto que, en su momento, le dediqué todo un libro a los cafés, bares y garitos más famosos de la historia del cine, lo cierto es que en cuestión de cócteles estoy bastante pegado.

Menos mal que he encontrado la brillante página de IDEAL que Cristina González dedicó hace unos días a la Asociación de Bartenders y Baristas de Granada.

Bartenders Granada

Sí. Es cierto. Podría bucear por internet y documentarme sobre el Gimlet y el Bronx, aprenderme sus historias y encontrar algunas anécdotas sobre ellos. Y lo haré, claro que sí. También volveré a leer a Chandler y a Hammett, para ponerme en situación. Pero convendrán conmigo en que, para hacer las cosas como Dios manda, un día de estos debo acodarme en alguna buena barra granadina y degustar los mencionados cócteles. Que aprenderse la teoría está muy bien, pero beberse práctica está mucho mejor.

¿Qué garito y a qué Bartender elegir? Porque, como bien señala el artículo, “Bartender no es solo el profesional que hace cócteles, es el que atiende una barra en toda su extensión”. Ahora mismo, esa es la cuestión. Que un buen Bartender, además de ser habilidoso conocedor de las mejores mezclas, debe ser un extraordinario psicólogo. Por ejemplo, para aguantar estoicamente el interrogatorio de un neófito sobre las bondades de la coctelería y la historia de algunos combinados. Como el Gimlet o el Bronx, por ejemplo.

Alexander Cocktail is the answer
Alexander Cocktail is the answer

Ya ven ustedes, la cultura, los sacrificios que nos obliga a hacer y las aventuras a las que termina conduciéndonos. Que una velada, en una buena barra, se sabe cómo empieza, pero nunca cómo termina…

Jesús Lens

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