Aceituning

Impresionan las pérdidas de Deoleo, multinacional española del sector de la alimentación, basado fundamentalmente en el aceite de oliva y que engloba a marcas como Carbonell, Hojiblanca o Koipe. Y de ello hablo hoy en IDEAL.

Más allá de los resultados económicos, me ha llamado la atención una de sus decisiones estratégicas más recientes: dejar de producir y fabricar aceite de oliva y centrarse exclusivamente en su venta y comercialización.

Coincide esta información con otro dato sangrante: una vez terminada la temporada de la aceituna, vuelve a subir el paro en Granada. Otra vez. El drama que no cesa. Que no nos cansamos de mentar el nuevo modelo productivo, el cambio de paradigma y todos los manidos mantras del buenrollismo económico que ustedes quieran, pero aquí, lo que sigue dando de comer a miles de familias, es el olivar.

Ahí tienen otro ejemplo, este extraordinariamente positivo: Dcoop, cooperativa agroalimentaria andaluza, produjo 250.000 toneladas de aceite en 2016, convirtiéndose en la líder mundial del sector.

Dcoop, además de fabricar y producir el aceite de oliva, lo envasa y lo comercializa, pero sin perder nunca de vista que hasta 75.000 familias de agricultores y ganaderos son propietarias de una de las grandes cooperativas españolas.

Hace un par de días les hablaba aquí del éxito de un libro sobre la madera y su tala, escrito por un noruego. Que está muy bien, pero que eso de las hachas y los troncos nos queda muy lejos. Sin embargo, ¿dónde está el gran libro sobre la ética del aceite y la estética de la fabricación del oro líquido?

Dcoop también tiene a muchos socios cooperativistas en el sector del vino. Y todos sabemos lo mucho que se ha escrito sobre él y la importancia que la literatura, el diseño, el postureo y hasta el rollo patatero han tenido en su popularización.

Del aceite, sin embargo, apenas se habla. Hay algunas catas, pero orientadas a los profesionales muy especializados. En los colegios, el Día de Andalucía se organizan desayunos con aceite de oliva y los médicos y nutricionistas hablan maravillas de él, pero poco más.

Al aceite de oliva, por tanto, le falta relato. Y estética. Que ya me gustaría ver al tronco noruego descubriendo el vareo del olivo y la criba y el prensado de la aceituna.

¿Hará falta que venga un inglés para poner de moda el Aceituning… y que se nos quede cara de tontos? Por ejemplo, ¿recuerdan esta historia de los olivos centenarios de Íllora, salvados sobre la campana? Los olivos necesitan quien les escriba…

Jesús Lens