QUÉ FUERTE, LA MARI, DE CHAMBAO

Dejamos la reseña que publicamos hoy en IDEAL, sobre el concierto de anoche de Chambao, en la Industrial Copera. ¿Fueron? ¿Les gusta este grupo? ¿Y otros conciertos del fin de semana?

 

Un buen rato después de la hora prevista, por fin, salió a escena el guitarrista. Se habían escuchado algunos silbidos de protesta, que la gente ya comienza a exigir puntualidad en los conciertos, pero en cuanto La Mari surgió de entre las sombras y se sentó frente al micro, buena parte del público congregado se rindió incondicionalmente a sus pies.

 

Los Aslandticos habían caldeado un ambiente que hacía presentir una gran noche. Lleno hasta la bandera y con los exteriores de La Industrial Copera forrados de carteles con la leyenda «Entradas agotadas», el público tenía ganas de disfrutar del concierto de un grupo, Chambao, que lo debe todo a una artista de raza, La Mari, una mujer fuerte y de carácter que, desde el primer momento se metió al respetable en el bolsillo con su sencillez, su indudable energía y, sobre todo, con esa voz tan característica, marca de fábrica de un grupo con un sonido personal e intransferible.

 

Las fans más furibundas de la artista son esas jovencitas veinteañeras para las que la artista malagueña es más, mucho más que una cantante. Jovencitas que jalearon de principio a fin todas y cada un de las canciones de un concierto en que Chambao se exprimió en escena, tocando y tocando sin parar. Y cuando pararon, sólo fue para tomarse un respiro, dejando en escena a los enérgicos Fuel Fandango, para terminar su actuación con el célebre «Ahí estás tú», impregnando la Copera de ecos y resonancias mediterráneas, aunque el momento álgido de la noche vino con la interpretación de esa dolorosa y excepcional «Papeles mojados».

 

Entre el público, los acérrimos de la banda, encantados. Para otros espectadores, sin embargo, el flamenco chill de Chambao no ha evolucionado en exceso y, por mucho que la sección rítmica incorpore flautas, saxos y clarinetes; escucharles en directo una canción detrás de otra deja una cierta sensación de deja vú.

 

Así, las barras de la Copera estuvieron tan nutridas como los aledaños del escenario, en una larga noche de música, charla y conversación que dejó un buen sabor de boca en un público que, con la batucada posterior a la actuación de Chambao bailó hasta bien entrada la madrugada.

 

Un concierto muy agradable, que si por algo se recordará en la memoria musical granadina es por la complicidad, la simpatía y la admiración que La Mari despierta entre un público fiel y generoso.

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.