Columnas dóricas

No es lo mismo escribir una columna para IDEAL que redactar un artículo para una web o un post para un blog. Tampoco lo es enviar un mail a una lista de distribución que compartir un estado de Facebook. Y no me refiero ni a los contenidos ni al uso de la gramática, el léxico o la sintaxis; aspectos que siempre procuro cuidar al máximo, aunque a veces, sobre todo al escribir con el móvil, se deslizan errores… Ni siquiera me refiero la familiaridad en el trato a los lectores.

 

Escribir una columna es diferente… por una mera cuestión estética.

 

En las redes sociales, los blogs y hasta en los mails, puedes tachar a alguien de incompetente, fullero, tahúr del Mississippi, zángano, vago o aprovechado, pero si inmediatamente después añades algún tipo emoticón simpático-gracioso; la posible bomba de relojería queda desactivada.

 

Puedes decir lo que quieras sobre cualquier cargo institucional, por ejemplo, que si luego añades el punto y coma, el guion y un paréntesis, ya no pueden molestarse ni él ni ninguno de los suyos. Y si se molestan y lo exteriorizan, los que quedan mal son ellos, automáticamente convertidos en viejunos, malhumorados y poco enrollados.

 

Sobre todo porque la más moderna programación, automáticamente convierte un 😉 en un Emoji amarillo y gordinflón que sonríe con picardía mientras te guiña un ojo. ¿Y quién va a enojarse con él?

 

En los mails, también es habitual un Jaja (más masculino) o un Jijijiji (más usado por el género femenino) que tiende a suavizar mucho las cosas. Por ejemplo, “Vaya desayuno largo que te has pegado ¿eh bribón? Te ha dado tiempo a tripitir el café y la tostada, jijijiji”.

 

Pero en las columnas de los periódicos no tenemos ninguno de esos recursos gráficos a mano, lo que nos obliga a hilar muy fino a la hora de adjetivar, bromear e ironizar, que está todo el mundo muy susceptible. Aun así, hay gente que me dice que algunos de mis artículos en IDEAL son demasiado duros y agresivos. ¡Duro y agresivo yo, que soy un corderito!

 

Tengan en cuenta que estas columnas son de sobrio estilo dórico, no admitiendo la decoración y las florituras del corintio. Aquí no valen guiños, emojis, emoticones ni jijijís-jajajás. Pero ustedes, que son lectores inteligentes, sabrán identificar qué comentarios, adjetivos y bromas podrían admitirlos y dónde colocarlos, ¿verdad?

 

😉

 

Jesús Lens