Ciudades creativas en red

Siempre he defendido la necesidad de que Granada sea una ciudad creativa a todos los niveles, atractiva para el talento e imán para creadores de las más diversas disciplinas, artísticas y científicas. Desde que leí a Richard Florida y sus teorías sobre el crecimiento económico de las ciudades con capacidad para atraer a las clases creativas, sigo con mucha atención todo lo  que tiene que ver con el tema. Por ejemplo, este artículo para IDEAL, del 2009.

De ahí que me haga una especial ilusión participar esta tarde en el I Encuentro de artistas de la red de ciudades creativas Unesco en España, invitado por el equipo que Jesús Ortega dirige en Granada. Será on line, a las 19 horas, y se podrá seguir por YouTube a través del canal de Terrassa City of Film. Mi mesa tratará de responder a una pregunta: ¿Imaginamos? El futuro de las ciudades creativas. Aquí escribí sobre un concepto que podría haber hecho fortuna: Crean en Granada.

En este encuentro participamos personas de diferentes ámbitos creativos de ciudades como Bilbao, Terrassa, Barcelona y Llíria y, espero, resultará interesante y esclarecedor.

El diálogo parte de una premisa con la que estoy muy de acuerdo: la creatividad como base fundamental de las estrategias de desarrollo sostenible para las ciudades. A partir de ahí, se trata de hablar de cómo nos ha afectado el confinamiento y la crisis abierta por la pandemia. De la ciudad como continente y contenedor, pero también como generadora de contenidos. Y del futuro, claro.

Tengo más o menos claras un par de ideas, un par de mensajes. Empezaré hablando de los peligros de la ciudad escaparate y de las oportunidades que nos brindaría ser una auténtica ciudad creativa, apoyada en su Universidad y en su larga tradición histórico-artística y monumental, pero que no puede limitarse a mirar hacia atrás.

Quiero hablar de liderazgo (y de la falta de) y de la importancia de los proyectos a medio y largo plazo, algo que no existe en nuestra ciudad, excepción hecha del Festival Internacional de Música y Danza. Pero, sobre todo, quiero escuchar al resto de participantes. Conocer qué se hace en otras ciudades creativas españolas. Y aprender de ellas, de su ejemplo, experiencia y mejores prácticas.

Enhorabuena a la red de ciudades creativas de la Unesco en España por invitarnos a parar un rato y reflexionar sobre todos estos temas. Bien es cierto que, al calor de una cerveza fría, juntos y cara a cara, reflexionaríamos mejor; pero en tiempos de pandemia, la pantalla se convierte en una inmejorable aliada.

Jesús Lens

A ver si nos vemos

Cuando nos fuimos, ya lo dijimos. Ahora, al volver, lo reiteramos. En forma de declaración de intenciones. A ver si cumplimos lo que publicamos en IDEAL, hace un par de sábados…

Hace un par de días estaba tomando un café con Juanma y, al despedirme, me crucé con Gustavo. No se conocían entre sí, aunque habían hablado por teléfono e intercambiado algunos mails. Lo mismo hasta eran amigos del Facebook, sin saberlo. El caso es que tenían un asunto pendiente por resolver. Allí delante, poniéndose cara y hablando, invirtieron la nada desdeñable cantidad de… quince segundos en arreglar la cuestión.

Vivimos en la sociedad de la información, permanentemente conectados y comunicados, veinticuatro horas on line. Intercambiamos decenas de mails, SMS, chats, tweets, anotaciones en el Muro y un larguísimo etcétera. Sin embargo, verse sigue siendo necesario, esencial e imprescindible. Encontrarse, mirarse y oírse, cara a cara. En persona. En riguroso vivo y directo. Solo que no es tan fácil. Agendas rebosantes de anotaciones y compromisos, obligatorias citas y reuniones sin fin y decenas de actividades lúdico-profesionales y deportivo-culturales transforman al tiempo en un tesoro de valor incalculable y hacen que un par de horas tumbados a la bartola en el sofá del salón de casa sean algo muy parecido al paraíso.

Pero hay que verse. Más allá de estar en contacto, que todos lo estamos, hay-que-verse. Richard Florida lo tiene claro y en su imprescindible y aquí comentada “Las ciudades creativas” demuestra cómo las personas con inclinaciones artísticas, técnicas y científicas tienden a mudarse a comunidades en que es posible compartir inquietudes, ideas, proyectos y estímulos. Presencialmente. Lo veíamos en “Mad Men”. Los publicistas se han instalado en el mismo edificio en que está la redacción de Life. Una creativa de la agencia baja en el ascensor con una de las empleadas de la famosa revista, que lleva unas fotos bajo el marchamo de “Rechazadas”. La creativa las ve, le fascinan… y la maquinaria se pone en marcha.

Por eso, en las oficinas de Google no hay despachos y la gente no sólo trabaja en plantas diáfanas, sino que se potencia al máximo el contacto y la relación entre los empleados. Por eso, las escuelas de negocios más prestigiosas lo son tanto por la calidad de los programas de estudios que ofertan y los excepcionales profesores que los imparten como por la posibilidad de hacer contactos fructíferos y duraderos entre los alumnos, facilitando después que dicha relación se prolongue en el tiempo.

Es una frase hecha. ¡A ver si nos vemos! Casi tanto como esa otra, cargada de dobles sentidos: Tenemos que hablar. Y, sin embargo, verse y hablar cara a cara, aún en los tiempos de las Redes Sociales y la máxima conectividad, es imprescindible. No se trata de renegar de las nuevas fórmulas de comunicación, sino de aquilatarlas y complementarlas. Hoy es fácil saber los unos de los otros, seguirnos la pista y conocer en qué estamos. Más o menos. Pero eso no debería ser suficiente.

Hagamos propósito de enmienda y procuremos ser más presenciales. No es fácil. Cuesta trabajo. Y tiempo. Pero los resultados profesionales, creativos y emocionales son espectaculares.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.