Viene el dolor

Estoy muy impresionado por las palabras del Rey: “Ha sido rápido. El dolor viene después”. Dicen los cronistas que su tono era jocoso y bromista, en respuesta a un comentario de Pedro Sánchez sobre lo largo que ha sido su parto como presidente del Gobierno, pero no me digan que no impresiona eso de ‘el dolor viene después’.

Para Sebastián Pérez, sin embargo, el dolor ya ha llegado. Convocó ayer a los medios para mostrar su preocupación por la formación del nuevo gobierno, al que tildó de ‘pesadilla’. A partir de ahí, Sebastián Pérez desarrolló una disertación que deja al Apocalipsis de San Juan a la altura de un libro de la colección Barco de Vapor.

Se están equivocando PP y Cs con el tremendismo de sus declaraciones. Compiten con Vox en lo de flagelarse y amenazarnos con arder en el infierno. Por mal que le pudieran ir las cosas al tándem Sánchez-Iglesias, el escenario nunca será tan nefasto como lo pintan los voceros de la derecha, por lo que tanto llorar y crujir de dientes se les terminará volviendo en contra.

En su alocución, tal y como nos cuenta Pablo Rodríguez, el presidente provincial del PP ha recordado la necesidad de la provincia de terminar de desarrollar (sic) las canalizaciones de Rules, entre otros proyectos, y ha dudado del destino de las inversiones en esta nueva legislatura, ironizando sobre su destino final. ¿Acabarán en Teruel, Navarra o Galicia?

Y lo dice como si lo de Rules fuera algo nuevo o de ahora. Lo dice Sebastián Pérez como si la piscina más grande e inútil de Europa no llevara varios lustros sacándoles los colores a gobiernos como el de Rajoy y su mayoría absoluta, por ejemplo. ¿A dónde fue el dinero de Rules por aquellos entonces? A ver si acabamos por concluir que el PP granadino no pintaba nada en el concierto nacional.

Otra duda: ¿cómo recordará Marifrán Carazo desde Sevilla, ahora que es consejera de Fomento y ha encargado un estudio para la ampliación del Metro, los catastrofistas vaticinios de Pérez sobre una de las infraestructuras mejor aceptadas en Granada? Es lo que tiene tanto dramático aspaviento.

Jesús Lens