El mundo es nuestro

Se podrían aducir muchas razones por las que me gustaría que tú y tu gente fuerais al cine a ver “El mundo es nuestro”, de forma que la película se convirtiera en un éxito de taquilla absolutamente abrasador, como el mes de junio felizmente terminado.

La primera: que es española. Y además, netamente andaluza.

La segunda: que mete el dedo en la llaga de la crisis. Y lo hace con saña, crueldad y mala leche.

La tercera: que es una sátira, en la estirpe del mejor cine satírico español. No me extraña que Alfonso Sánchez, el actor que interpreta al Cabesa, pero que también escribe, dirige y produce “El mundo es nuestro” sostenga que Azcona y Berlanga son dos de sus referentes.

La cuarta: que es la primera película “grande” producida a través del Crowdfunding, es decir, de la microfinanciación colectiva hecha por decenas de pequeños productores que contribuyen con lo que buenamente pueden y quieren para que el Cabesa y el Culebra hayan saltado del Youtube al cine con mayúsculas. ¡Pedazo de homenaje a los productores enteristas! Y atentos al curro que tiene su web, modélica.

La quinta: que en la película aparece un bar, “Serranito”, que entrará con derecho propio en la versión ampliada y corregida de nuestro “Café-Bar Cinema”. Un bar en que estuve con Pepe y Álvaro, dos de los Sospechosos Habituales, en nuestra escapada sevillana al festival Territorios Sur. Si uno tuviera que ponerle nombre al bar de tapas por antonomasia de Sevilla, ése sería “Los serranitos”. ¡A la vera de la foto de Curro Romero, que aparece en la película, estuvimos poniéndonos morados de pescado! Y es que siempre da gusto ver retratado en pantalla un buen bar, máxime, si hemos estado en él… y nos ha gustado. ¡Güeno, el serranito, con su pimientito!

La sexta: porque es una película. Y es que, el temor, la duda, la vasilasión; podrían venir de creer que “El mundo es nuestro” es una recopilación, actualización o estiramiento de los sketches del Cabesa y el Culebra que millones de personas hemos visto en Youtube. Y no. Aunque hay diálogos en la línea de las filosofadas de los dos compadres, la película tiene su guion, su planteamiento, nudo y desenlace.

La séptima: porque es una película… ¡premiada! Y justamente premiada, en el pasado Festival de Cine Español de Málaga. Dos Biznagas se llevó “El mundo es nuestro”. Y, quizá, fueron pocas.

La octava: porque es una película premiada… y de atracos. ¡Con lo que me gusta un buen atraco en el cine! ¿Recordáis “Tarde de perros”, con Al Pacino agitando a las masas? ¿Y el arranque de “Pulp Fiction”? Pues en esta película vais a encontrar mucho y bueno, en la misma línea.

La novena: por los secundarios. Porque a los actores principales, como al militar el valor, ya les presumíamos lo que eran capaces de dar. Pero los secundarios… ¡Ay! La parejita, el parado con mono de trabajo, los empleados de la sucursal bancaria, la inspectora de Burgos, el mafioso… como un compendio de lo mejor de “El Jueves” y de “La Rue 13 del percebe”, comprimido en hora y media de cine.

Pero la décima debería ser la única razón por la que recomiendo vivamente ir a ver “El mundo es nuestro”: porque es estupenda, porque está filmada con pasión y amor por el cine y, sobre todo, porque dos días después de verla, todavía me estoy riendo con algunos de sus golpes, diálogos y salidas. Y eso es difícil, muy difícil de conseguir…

Así que, ya tardas. Déjate de milongas y tira para el cine. Que la cartelera está canina y raquítica, pero “El mundo es nuestro” reina con luz propia.

Jesús Lens

PD.- La razón 11 sería… ¡porque hacen vídeos como éstos, calentitos calentitos, para promocionar el cine español, más español que los Serranitos!

(Y las bellotas, para los marranos)