Bien la manifestación, pero…

Permítanme que yo, ayer, la viera medio vacía. A la Gran Vía, me refiero. Entiéndanme: hubo varios miles de personas en la manifestación por la reconexión ferroviaria y el soterramiento de la entrada del AVE. Es un hecho. Para los organizadores, 15.000. Para la Policía Local, 7.000. Que, si nos lo cuentan el pasado septiembre, estaríamos dando saltos de alegría y hablando de éxito sin paliativos. Y de ello hablo hoy, en IDEAL.

Pero esta Granada no es la misma que hace unos meses. Y, precisamente por eso, que ayer salieran a las calles unas 10.000 personas nos sabe a poco. Y era la sensación que había entre la gente. Que sí. Que estaba bien, pero…

 

Ayer por la tarde pregunté a algunos amigos por su ausencia, en la marcha. Y, aunque la mayoría está a favor de las razones para la convocatoria, coincidió que tenían otras cosas que hacer. Y no lo digo ni con ironía ni con maldad. De hecho, en los días previos al anterior 12 a las 12, yo mismo estuve muy activo en Redes. Esta vez, sin embargo, me he relajado. Hace un mes, por ejemplo, publiqué esta columna en IDEAL, animando a la gente a manifestarse. En esta ocasión…

 

Y ahí es donde, creo, radica el quid de la cuestión. Da la sensación de que hemos pasado de marcar en rojo en el calendario las fechas para las movilizaciones a dejarlas en negro y ver qué tal se presenta el domingo. Y el domingo se presentó… como para hacer mil y una cosas, más allá de ir a la manifestación.

Alfredo Aguilar retrata el estado actual de la estación de trenes de Granada

No pienso, sin embargo, que Granada vaya a volver a su proverbial galbana. Lo decíamos hace unas semanas, aquí: la Bella Durmiente ha despertado y, por fin, tiene más sueños que sueño.

 

Es necesario, pues, que no olvidemos el rotulador rojo y que, de cara a próximas convocatorias, cuando se planteen actividades alternativas a las manifestaciones en cuyas causas creemos, ese reivindicativo Pepito Grillo que nos viene acompañando de un tiempo a esta parte nos susurre que no. Que ese día y a esa hora, toca manifestación.

Al que se ha echado de menos en la marcha, otra vez, ha sido a Paco Cuenca, alcalde de Granada. Como se tuvo que quedar sin salir en lo de los hospitales, liderando desde su despacho de Plaza del Carmen, ahora sería muy cantoso que se dejase ver por las calles, de amarillo. ¡Cuanto daño le sigue haciendo Sevilla, a Cuenca… y a Granada!

 

Jesús Lens

El Antidía de la Marmota

Estaba yo tan contento, a comienzos de semana, por tener ya “escrita” la columna de hoy jueves. Y es que hoy, 2 de febrero, es el mítico y famosísimo Día de la Marmota. Que no hace falta que les cuente la historia. Que todos hemos visto “Atrapado en el tiempo” y conocemos hasta el último detalle lo que pasa en Punxsutawney con la marmota Phil.

Lo más llamativo de todo este tinglado es que, gracias a la película interpretada por Bill Murray, el Día de la Marmota se ha convertido en metáfora de los bucles sin fin, la incesante repetición de ciclos y el hastío vital, importándonos un pimiento si el invierno está presto a terminar o se prolongará aún unas cuantas semanas más. ¡Es la fuerza del cine y su capacidad de transformar y moldear la realidad! Y de ello hablo hoy en IDEAL.

 

El caso es que estaba yo convencido de que la columna se iba escribir sola: la crisis sanitaria seguía enquistada, ná de ná con respecto a los trenes y al metro tranviario y, climatológicamente hablando, sol y buen tiempo. Lo de siempre, o sea.

Nuevas y sorprendentes utilidades de la policía local

Pero hete aquí que la irrupción de Pedro Sánchez en Dos Hermanas ha cambiado el guion y lo ha trastocado todo, empezando por la derogación del decreto de (con)fusión hospitalaria y el cese-dimisión de dos altos cargos de la administración andaluza. Es complicado decir nada nuevo sobre este tema. Por mi parte, no creo que sea un éxito a celebrar. Supone, más bien, la constatación de que la Junta de Andalucía estaba chapuceando con la salud de los granadinos.

 

Un episodio que debería llevarnos a analizar lo que esté pasando con los presupuestos y las actuaciones de otras consejerías, como la de Educación. Porque, guste más o guste menos el personaje, si no hubiera sido por Spiriman, la engañifa que era la fusión hospitalaria (las cifras de nuevas contrataciones de personal sanitario prometidas así lo refrendan) se habría consumado indefectiblemente.

El AVE a Granada: Realidad Paralela

Y luego está lo de los trenes. Que siguen sin estar. Pero que ayer venía el ministro del ramo a ver a un alcalde Paco Cuenca que se muestra combativo y beligerante con este tema. Y en el que se juega buena parte de su credibilidad, dado que en la cuestión hospitalaria ha estado tan de perfil, que ni se le ha visto ni se le ha escuchado.

 

Una reunión que saldó con el resultado previsto: que no habrá ni AVE ni tren convencional, en Granada, como mínimo hasta 2018. Menos mal que el alcalde Cuenca dice haber visto un cronograma creíble en las nuevas promesas del ministro. Si no, podría parecer que vivimos, efectivamente, en el Día de la Marmota.

 

Jesús Lens

AVE: Ser o no ser

Un día que comienza montándote en un autobús que sale de una estación de tren, cuando en tu bolsillo tienes un billete para el AVE, apunta a un cierto surrealismo, que aumenta cuando te acomodas en la parte de atrás del autocar, dispuesto a leer el periódico.

Ustedes deben saber que soy alto. Mucho. Aunque tampoco tanto. Sin embargo, embutirme en el espacio que los autobuses normales destinan a las piernas de un ser humano, es jodido. Muy jodido. Menos mal que el bus va medio vacío y puedo disponer de dos asientos.

 

Ahora, déjenme que les cuente una exclusiva: una asociación humanitaria (no diré cual), va a exigir a la Fiscalía que tome medidas contra el nuevo Youtuber gilipollas que ha metido pasta de dientes en galletas Oreo y se la ha dado a un mendigo con la chufla de que así se limpia los dientes.

Lo sé porque una mujer lo comenta por teléfono. Que no es que yo sea un fisgón o un cotilla. Que estoy a tres filas de distancia de ella. Pero habla tan alto por teléfono que la mitad del pasaje nos enteramos de su vida. Completa. De hecho, sé dónde va a pasar los próximos cinco días y qué fechas serían más adecuadas para que un caco diera un palo en su casa.

 

Un par de horas después, voy en el AVE. En el de verdad. Mi vecino trabaja silenciosamente con un portátil y un catálogo de viajes. Le llaman por teléfono. Pego el oído, a ver si pillo alguna otra información relevante o me entero de alguna oferta viajera que no pueda rechazar. Nada. Tarda 15 segundos en despachar a su interlocutor. «Te llamo cuando llegue a Madrid». ¡Cachis!

 

Suena otro teléfono. Su dueño lo silencia sin contestar. El vagón de clase turista, que va lleno, es una gozada. La gente conversa con naturalidad, sin gritos ni aspavientos. Quizá, que la megafonía nos haya recordado en Antequera que los andenes son lugares extraordinarios para contestar al móvil, tenga algo que ver.

¿Por qué salir o llegar a Granada tiene que ser un coñazo mientras que viajar por el resto de España, puede ser una agradable experiencia? Antequera, Córdoba, Madrid… ¡Ay, qué suerte tienen algunos y qué ¿cenizo? tenemos los pobres cateticos de Graná, ciudad tan bonica y colleja, menos mal…

 

Jesús Lens

¡Todos a la calle!

Corre por las Redes una invitación a tomar las calles, mañana sábado y el próximo 16 de octubre, que más parece una regañina o una imprecación que una convocatoria en condiciones para animar a la gente a manifestarse por las cuestiones de la desconexión ferroviaria y la fusión hospitalaria. Y a esta cuestión dedico mi columna de hoy en IDEAL, una de esas columnas llamadas a no hacer amigos, precisamente. O, por ser positivos, a poner a pruebe determinadas amistades…

XXX. FOTO: ALFREDO AGUILAR
XXX. FOTO: ALFREDO AGUILAR

Escrita en el tono de “no eres granaíno si no…”, a mí, personalmente, me está irritando sobremanera. La cosa está en que tienes que ir a lo del tren, sobre todo, si eres votante del PP. Y tienes que ir a lo del hospital, sobre todo, si eres votante del PSOE. Imagino, además, que tendrás que hacerte un selfie para dejar constancia de que has estado allí. Porque si no, no serás un buen granadino, comprometido con los intereses de la ciudad.

Y a mí, ese tonillo infestado de moralina culpabilizadora… ¿les he dicho ya que me está tocando la moral? Sobre todo, porque lo mezcla y lo confunde todo. A ver. ¿En qué consiste eso de manifestarse contra la fusión hospitalaria? ¿Me lo explican, después de quince años de faraónica inversión en el PTS? ¿No resulta de lo más llamativo que en dicha manifestación vayan de la mano algunos médicos… y los comerciantes del barrio de los Doctores? ¿Seguro que hablamos únicamente de recortes en sanidad y de mala gestión y planificación, o estamos más en clave de perjuicios personales, económicos y laborales? Porque solo falta que a esta concentración se sume el Gremio de los Gorrillas, indignados porque ya nadie tiene prisa por aparcar cerca del antiguo Clínico.

Fusión hospitales Granada

Que la sanidad granadina está pasando por un momento complicado es un hecho constatado. Y que hay muchas cosas que cambiar y mejorar, también. Pero en estas concentraciones en contra de la fusión hospitalaria percibo intereses que no priorizan, precisamente, la mejor atención a enfermos y pacientes.

En lo del tren sí parece que estamos todos de acuerdo. Aunque me hace mucha gracia lo de que tienes que ir, sobre todo, si eres votante del PP. ¡Como si el PSOE, desde los gobiernos de Zapatero hacia atrás, no tuviera responsabilidad alguna en la lamentable situación de las conexiones ferroviarias granadinas!

Fusión hospitalaria concentraciones

Sí. Hay que moverse. Hay que manifestarse y reivindicar. Pero si la vía para movilizar a la gente pasa por espolear a las masas con argumentos tan cuestionables, mal vamos.

Jesús Lens

Twitter Lens

El Fomento del Odio

He dudado. He dudado si escribir “odio” en el titular. Odio es una palabra muy fuerte. Podía haber usado cansancio, aburrimiento, hastío, cabreo o indignación. Pero lo que he sentido, al saber de la doble cancelación de la entrevista entre Paco Cuenca y Fomento, es odio. Y de ello hablo hoy en IDEAL.

JUAN DE OÑA JUNTO A LAS VIAS DEL TREN FOTO: RAMON L. PEREZ
JUAN DE OÑA JUNTO A LAS VIAS DEL TREN
FOTO: RAMON L. PEREZ

Porque Cuenca, al que nos hemos acostumbrado a llamar con la familiaridad con la que tratamos al vecino de toda la vida, además de ser Paco, un tipo muy majo, sencillo y accesible; es el alcalde de Granada. Y cuando ningunean, se ríen y se mofan del alcalde de nuestra ciudad, nos menosprecian, insultan y hacen escarnio de todos los granadinos, más allá de filiaciones y querencias políticas.

Me da en el hocico que Fomento canceló la reunión porque había mucha gente sacando pecho de que Paco Cuenca había conseguido en unas semanas lo que Torres Hurtado llevaba meses intentando: que alguien se le pusiera al teléfono y le diera audiencia. Y como no podemos olvidar que Fomento es un ministerio que, en funciones, sigue siendo del PP, el ridículo empezaba a ser sonrojante. Así las cosas, es posible que algún lince, uno de esos Ojos de Halcón que hay en todos los partidos, pensara que lo mejor era cancelar la cita. Otra vez. Y darle con la puerta en las narices a Paco Cuenca, ese alcalde del PSOE que desalojó al PP de la Plaza del Carmen.

AVE Marea Amarilla

Y, lo siento, pero la cosa ya me provoca algo más que cansancio, hastío e indignación: está empezando a sacar lo peor de mí mismo. ¡Basta ya de hacer política con el AVE, la estación, el soterramiento y nuestra desconexión ferroviaria! La situación que estamos viviendo en Granada, desde hace más de un año, es bochornosa y exige soluciones inmediatas, compromisos creíbles, plazos razonables y el libramiento de los fondos necesarios.

La nueva cita entre Fomento y el alcalde de Granada es el próximo martes. Y parece que aquí. En Granada. Una reunión entre el alcalde, Fomento y representantes de colectivos e instituciones. Esperemos que, de Madrid, traigan una actitud algo más que dialogante, de forma que se pueda llegar a un acuerdo satisfactorio para todas las partes.

Ira fuego

En caso contrario, si Fomento vuelve a dar una vuelta cambiada o una patada seguir al balón, será hora de dejar de llorar y plantear acciones más enérgicas.

Jesús Lens

Twitter Lens