Au revoir, Botellódromo

La política se hace, también, con gestos. Con gestos, no postureo de cara a la galería. Gestos como celebrar la rentrée de septiembre con una despedida a la francesa: diciéndole au revoir al Botellódromo.

Botellódromo

Era un adiós tan esperado y tan deseado que el vallado del recinto ha sido noticia a escala nacional, apareciendo en buena parte de los medios de comunicación de toda España. Y a ello dedico mi columna de hoy, en IDEAL.

Dejando al margen el bochornoso espectáculo del anterior alcalde de Granada, que también abrió los informativos cuando fue detenido por la UDEF, sí quiero recordar otro gesto, el primero que tuvo Torres Hurtado cuando ocupó la alcaldía de Granada: destruir un carril bici en el Zaidín.

Ha llovido desde entonces, que aquello fue en el 2003. Pero también recuerdo que, en su momento, escribí un artículo criticando la actitud de Pepe Manospiquetas, que fue llegar a la alcaldía y arrancar su mandato de forma tan destructiva.

Carril Bici zaidín

Acusa la oposición a Paco Cuenca de estar haciendo una política orientada más a la foto fácil que a una auténtica gestión de la ciudad. A mí, esa crítica me parece que tiene mucho valor… para el criticado: al no poder reprocharle otras cosas de más enjundia, tiran por la salida fácil, por el tópico de siempre. ¡A ver a qué político no le gusta una buena foto! Y hasta una mala, si de inaugurar una rotonda se trata.

Es como lo de la suciedad. Que si el problema más grave de Motril es que sus calles están poco limpias y muy descuidadas, auténtica obsesión de la antigua alcaldesa del PP, ya pueden estar contentos los motrileños con la gestión de Flor Almón y su equipo de gobierno.

Llega septiembre y Paco Cuenca vuelve a acertar con una medida tan necesaria que ha sido bien acogida incluso por los concejales de un PP cuyos anteriores responsables se vanagloriaban de haber alumbrado el invento y de tener el Botellódromo abierto y a pleno rendimiento, todos los fines de semana del año.

Botellódromo adios

El reto, ahora, es cómo gestionar el ocio nocturno de los jóvenes, pero eso será materia de otra columna, que ésta debe ser de felicitación por el adiós a una de las grandes vergüenzas de una Granada que, incapaz de solucionar un grave problema, se limitó a esconderlo y enmascararlo, con nocturnidad y alevosía, mirando hacia otro lado.

Jesús Lens

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