Se buscan… libros

Hoy día es fácil encontrar y adquirir cualquier libro que quieras. Entre Amazon y las webs de editoriales y librerías, es sencillo tener acceso casi inmediato a la mayoría de los libros publicados, ahora y antes, en España. Y para los descatalogados y las rarezas, los libreros de lance y de viejo ya manejan las nuevas tecnologías a las mil maravillas. Y de ello hablo hoy en IDEAL.

A mí, reconociendo que soy muy especialito, hay algunos libros que me gusta tener que salir a cazar, y no limitarme a pedirlos y esperar a que me los sirvan en casa, bien empaquetados.

 

Libros especiales y distintos a lo habitual. Títulos destinados a convertirse en libros de referencia y de culto, de consulta permanente. Me gusta tener esos libros en mente y rastrearlos por los anaqueles de las librerías, tratando de descubrirlos, agazapados y escondidos entre otros ejemplares. En ocasiones me toca visitar librerías especializadas para saciar mis ansias bibliófilas.

Libros que, por lo general, hablan de otros mundos. De universos paralelos. De vidas alternativas. Libros cuya adquisición se convierte en una recompensa por sí misma, suponiendo un placer muy especial que cualquier buen aficionado a la bibliofilia perfectamente comprenderá.

 

Ojo. Hablo de libros normales. Nada de primeras ediciones ni cosas raras. Mi pasión por los libros, de momento, no va por ahí. Insisto, se trata de libros llamados a ampliar horizontes mentales, físicos y espirituales. Libros hermosos, muchos de ellos, bella y necesariamente ilustrados.

 

Por ejemplo: “Exploradores. Cuadernos de viaje y aventura”, con la historia de 70 exploradores narrada a través de sus propias anotaciones sobre el terreno. También me excita el “Atlas de los países que no existen”, por supuesto. ¿No les interesa la muy literaria isla de La Redonda, por ejemplo? O el muy sorprendente Sealand.

Y, en el mismo sentido, el “Atlas global” que nos habla de cómo era la América de antes de Colón o nos cuenta cómo se expandió el Islam, llegando a analizar en los mapas la irrupción de Internet, la desigualdad y el cambio climático.

 

Hay libros de arte y de artista, en ese imaginario mío, tan personal y caprichoso. Como “Frida obsession” o “Cool Ilustration”, por ejemplo. Y libros de fotografía, por supuesto. Como “Steve Mccurry: sobre la lectura”, en el que el autor compila 40 años de retratos de gente leyendo. Tema sobre el que volveremos muy pronto.

 

Jesús Lens