Debate de los lunes: alto voltaje

Cuando leí “Contacto”, de Dennis Cooper, quedé impactado. Aquí, un resumen de esta obra:

Un punk de dieciocho años que se pregunta qué es el amor; un estudiante de cine que quiere rodar un porno duro; un cuarentón francés que practica la coprofagia y sueña con descuartizar adolescentes… Y en el centro, el pasivo George Miles, que se pasa el día entero colocado con ácido, dejándose arrastrar por los deseos y pasiones de quienes lo rodean. Un cóctel explosivo: el cine de terror de serie B, la pornografía en sus diversas variantes y subgéneros, las comedias de adolescentes, el rock y la estética punk. El resultado es una novela brillante y provocadora, que plasma un mundo en el que el sexo y la violencia se expresan de manera visceral y cotidiana.

Ayer hablábamos de “El viaje a Budapest”, una novela que va a dar que hablar, que ya hemos empezado a leer y que, efectivamente, es de alto voltaje.

¿Qué os parece este tipo de literatura explícita en que el sexo, además de explícito, es sucio y provocador (si tal es posible) y las metáforas aluden a aspectos y características del ser humano y sus relaciones sobre las que, habitualmente, se corre un tupido velo?

Jesús Lens

DIÁLOGOS DE AMOR Y MUERTE

Sam Peckinpah es uno de esos directores con un universo propio y al que siempre conviene volver. No me extraña que Fernando Marías, en las dos veces que ha presentado nuestro libro, “Hasta donde el cine nos lleve”, siempre hable del director que más le ha impresionado de toda la historia del cine.

Estos días, gracias a esa joya de la televisión que es la TCM (el cine que tendrías que haber visto), estoy recuperando perlas como “La cruz de hierro”, “Duelo en la Alta Sierra” o esa obrita maestra llamada “La balada de Cable Hogue”, con su carga de humor, lírica y música.

Y que tiene diálogos tan maravillosamente sencillos como éste, sostenido por dos amigos, justo antes de despedirse:

– Es curioso. Por mucho que se haya viajado y por muchas mujeres que se hayan conocido, de vez en cuando aparece una que te llega a lo más hondo. Hasta el corazón.

– ¿Y qué se puede hacer?

– Supongo que con la muerte se le pasa a uno todo. Adiós Cable.

– Adiós, Joshua.

Como banda sonora, la canción del mismo título de la película de ese grupazo fronterizo, desértico y mestizo: Caléxico.

El amor y la muerte. Casi todo. Casi nada.

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(PD.- ¿Es esto amor?: TAP)

Jesús peckinpahiano Lens

NEFERTITI: INOLVIDABLE AMOR

Frente a la Puerta de Ishtar me quedé pasmado. Pero fue frente al busto de Nefertiti donde, creo, me enamoré por primera vez de una obra de arte. Pasé ni recuerdo cuánto tiempo frente a ella, hipnotizado, imantado, embrujado. Me alejaba cada vez que un grupo de visitantes se acercaba a ella, pero volvía inmediatamente a su vera apenas se quedaba sola.

 

De hecho, cuando ya me iba del Museo, sentí la perentoria necesidad de regresar nuevamente a ella y echarle un último vistazo, a modo de despedida. Un hasta luego, por supuesto. Jamás un adiós.  

 

Nefertiti, belleza atemporal, inmortal, divina y sobrehumana.

 

Desde ayer luce con todo su esplendor en el Neues Museum de la capital alemana.

 

Ni lo dudéis. Sólo por verla de cerca, merece la pena viajar a Berlín. Cuando vayáis, dadle recuerdos de mi parte y decidle que pronto, muy pronto, volveremos a vernos. Que nunca la pude olvidar y que la llevo incrustada en el centro del pecho. Hondo. Muy hondo. Aunque sus eternas y hieráticas frialdad e indiferencia pongan distancia de por medio, en la vida hay amores que nunca pueden olvidarse, imborrables momentos que siempre guarda el corazón…    

 

Jesús Lens, inolvidablemente enamorado.   

CUAVERSOS ¿SOLO O EN COMPAÑÍA?

Decía Silviña que soy bipolar. ¡Qué va! Soy Géminis. Y por eso, a veces parezco contradictorio. Pero no lo soy. Digamos… que me complemento. Por ejemplo, hoy pongo las letras de estas dos canciones de Tom Waits juntas. Una, esa «Better off without a wife» de la que hablaba en la entrada «Silencio».

 

Su letra completa es ésta:

 

All my friends are married

every Tom and Dick and Harry

you must be strong

to go it alone

here’s to the bachelors

and the bowery bums

and those who feel that they’re the ones

who are better off without a wife

 

CHORUS

I like to sleep until the crack of noon

midnight howlin’ at the moon

goin’ out when I wanto, comin’ home when I please

I don’t have to ask permission

if I want to go out fishing

and I never have to ask for the keys

 

never been no Valentino

had a girl who lived in Reno

left me for a trumpet player

didn’t get me down

he was wanted for assault

though he said it weren’t his fault

well the coppers rode him right

out of town

 

CHORUS

 

selfish about my privacy

as long as I can be with me

we get along so well I can’t believe

I love to chew the fat with folks

and listen to all your dirty jokes

I’m so thankful for these friends

I do receive

 

CHORUS

 

Pero luego está esta otra, del mismo disco, que no encuentro en el Youtube: Nobody. Que me gusta mucho más que la otra. Más simple. Más sencilla. Más directa. Más real. Más cierta. Más apetecible. Más identificable.

 

Nobody, Nobody

will ever love you

the way I could love you

cause nobody is that strong

love is bitter sweet

and life’s treasures deep

but no one can keep

a love that’s gone wrong

 

Nobody, Nobody

will ever love you

the way I could love you

cause nobody’s that strong

cause nobody’s that strong

 

Nobody, Nobody

will ever love you

the way I could love you

cause nobody is that strong

you’ve had many lovers

you’ll have many others

but they’ll only just break

your poor heart in two

 

Nobody, Nobody

will ever love you

the way I could love you

cause nobody’s that strong

cause nobody’s that strong

¿Con cuál os identificais más? ¿Con el «Mejor sin una esposa» o con «Nadie te amará jamás como yo»? Personalmente, me quedo con el Nobody… Pasopalabra.

DE «OBLIGADA» LECTURA

Después subo una reseña literaria muy mística o, quizá, el último cuento que he escrito. Pero ahora tenéis que leer estas dos historias: El amor lo apostó todo a una carta, una joya de M. Victoria Cobo que publica hoy IDEAL y la fantástica, diferente y muy alejada de su estilo habitual página de Pérez Reverte en el dominical del periódico: La habitación del hijo.

 

Además, me están gustando mucho las columnas deminicales de Alejandro Sanz, cargadas de humor y sentido común, como esta clarividente «Lo estoy dejando». Y sobre la crisis que nos amarga, uno de los análisis más clarividentes y con los que más conecto, de la infinidad de ellos que he leído hasta la fecha, lo hace hoy Santiago Niño Becerra en su artículo «Lo que está pasando (Reloaded)».

 

A ver qué os parecen.

 

Nos vemos.

 

Jesús Lens, adicto a la prensa.