EL ALA OESTE DE LA CASA BLANCA EN FRASES

Hace unos meses hablábamos de la amistad, a cuenta de un cadáver y una pala. ¿Os acordáis?

 

También hemos traído a colación frases y diálogos de «Boston Legal», sobre el tema de las relaciones amistoso-fraternales.

 

Hoy no puedo dejar de copiar este diálogo de un episodio de la segunda temporada de «El ala oeste de la Casa Blanca». A ver qué os parece.  

 

 

Navidad.

 

Leo McGarry, Director del Gabinete del Presidente de los EE.UU., ex alcohólico confeso, espera a que su ayudante, Josh Lyman, termine con una sesión terapéutica de urgencia a la que él le ha obligado a acudir, después de que haya estado teniendo un comportamiento inadecuado, áspero y hasta violento con algunos compañeros y hasta con el mismísimo Presidente.

 

A Josh le hirieron de un disparo, en un atentado, hacía unos meses. Y le han diagnosticado estrés postraumático, algo complicado para alguien que trabaja junto al hombre más poderoso del mundo y al que se le debe exigir una perfecta salud mental.

 

Cuando sale de su sesión de terapia, Josh se sorprende de que su jefe, siendo Navidad, esté allí, pacientemente sentado, leyendo un informe mientras espera a que termine una consulta clínica sin horario de finalización prestablecida. 

 

Leo, sin más, le cuenta la siguiente historia: 

 

«Un hombre va tranquilamente por la calle cuando cae en una zanja. Es muy honda y no puede salir. Un doctor pasa y el hombre le grita: 

 

  • ¿Oiga puede ayudarme?

 

El doctor escribe una receta, la tira a la zanja y se larga.

 

Luego llega un cura y el hombre le dice:

 

  • Eh padre, estoy aquí. ¿Puede ayudarme?

 

El sacerdote escribe una oración, la tira a la zanja y se larga.

 

Luego llega un amigo.

 

  • Soy yo, Joe. ¿Puedes ayudarme?

 

Y el amigo se tira a la zanja.

 

El hombre le dice:

 

-¿Eres bobo o qué? Ahora estamos los dos aquí.

– Sí. Pero yo ya estuve aquí antes y sé la salida.»

 

Se hace el silencio. Josh no sabe qué decir. Y Leo zanja la cuestión:

 

– Mientras yo tenga trabajo, tú tendrás trabajo. ¿Entiendes?

BOSTON LEGAL

Fue en el Encuentro BIL (Birras & Libros) del mes de julio pasado, en Granada. Estábamos tomando cervezas, repartidos en grupos, cuando coincidimos cuatro personas en un extremo de la barra: Lorenzo Lunar, escritor cubano de novela negra; el Gran Rash, cinéfilo peculiar donde los haya, muy aficionado a la Ciencia Ficción y a los tebeos; Ratatouille Hoces, gastrónomo, as de los fogones y seguidor impenitente de Los Soprano; y un servidor, cuyas filias y fobias son bien conocidas por todos.

 

No sé cómo ni porqué, un nombre salió a relucir en la conversación: Denny Crane. Álvaro y yo nos miramos desconcertados mientras que Lorenzo y David empezaban poco menos que a levitar, alzando la voz, exclamando maravillas de un abogado de Boston del que yo, hasta el momento, ni había oído hablar, por mucho que la tele ocupe mis últimos desvelos como espectador, de John Adams a Ladrón.

 

Desde entonces, Rash se impuso como tarea y desafío personal el que viera la serie «Boston legal» y en nuestros correos y conversaciones, cada vez que salían a relucir temas como la amistad, la lealtad y la profesionalidad, sólo deslizaba dos misteriosas palabras: «Denny Crane».

 

Terminaba 2008. Me iba de viaje. Y como propósito de año nuevo me marqué, por fin, descubrir al tal Crane.

 

Y… ¡madre mía!

 

Quiénes me siguen a través del Twitter y del Facebook están aburridos de leer, estados días, frases que definen mi Estado de este cariz: «Comiendo mientras veo a Denny Crane» o «Es tarde, tengo sueño, pero me pincho otro episodio de Boston Legal».

 

Un día, a mi mensaje de «Me llamo Jesús Lens y soy adicto a Alan Shore y Denny Crane» recibí una contestación de Peter Man: «Me llamo Pedro y llevo dieciocho horas seguidas sin ver Boston Legal».

 

Y es que resulta que, de repente, surgen por doquier fans furibundos y apasionados de esta impresionante, extraordinaria, ácida, sarcástica y desopilante serie. Como nuestro querido y últimamente comedido Foces, sin ir más lejos. No me extraña que haya cosechado tantos sufragios en la encuesta que tienen en la Margen Derecha, ahí abajo.

 

Por eso, cuando noté que mi amigo Jorge andaba un poco bajo de moral, le mandé un SMS que sólo tenía dos palabras. ¿Las adivinan?

 

Jesús Lens.

 

PD.- En próximas entregas nos dedicaremos a hablar, más y en más profundidad de la que, de momento, es mi gran serie del 2009: «Boston Legal».

STAND BY ME

Poníamos este vídeo del «Stand by me», como celebración de la amistad, que tantas lágrimas está haciendo derramar.

 

Pero podemos ir más allá.

 

¿Saben ustedes quién es Kanouté? Ayer marcó un gol con el Sevilla en la Copa del Rey y, en la celebración, se levantó la elástica de su equipo, dejando ver una camiseta negra con una leyenda muy especial.

 

Su gesto le costó una tarjeta amarilla y, además, le van a multar por pronunciarse acerca de cuestiones políticas y sociales en el campo, habiendo sido muy criticado su gesto en distintos medios. Es curioso. Por lucir la publicidad de un Casino Virtual que fomenta la ludopatía, los jugadores del Sevilla cobran una pasta. Por solidarizarse con la causa palestina, Kanouté será multado.

 

¿Por qué será, sin embargo, que a mí me ha encantado su gesto?

 

Quizá porque es un grito como el de El Roto, por fortuna menos dramático, pero que ha conseguido llegar muy lejos.

 

¿No piensan que Kanouté estaba cantando, él también, el Stand by me, dedicándolo a las víctimas inocentes que estos días están muriendo en Palestina?

 

Jesús Lens   

AMISTAD

Ayer hablábamos de amistad, a resultas del poema en prosa de Khalil Gibran. Y, por aquello de las casualidades, revisando el correo acumulado estos días me encontré este vídeo, enviado por nuestro querido e imprescindible Antonio Lozano. Aconsejable hacerse con un pañuelo, que conste.

 

Por la noche, cenando con Pepe, Panchi, Álvaro y Julia, salió a colación el tema: una canción inmemorial a través de una grabación muy especial de «Stand by me».

 


Playing For Change: Song Around the World | Stand By Me from Concord Music Group on Vimeo.

Espero que la disfruten.