Hasta las 3 am

La otra noche me había ido a dormir, una costumbre que tengo desde hace años, cuando un individuo le puso salero a la aburrida madrugada. Estaba en la terraza del bar de enfrente de casa y, muy venido arriba, se proclamaba a sí mismo como un caballero. Un señor.

Ya saben ustedes lo que pasa a esa hora en que todos los gatos son pardos: la gangosa voz del caballero, ese señor, me llegaba hasta el cabecero de la cama con la misma nitidez que el dolby surround del ataque de los helicópteros de ‘Apocalypse Now’.

Al rato, cesaron las voces. Se oyó bajar una persiana metálica y la noche quedó sumida en un extraño silencio. Pero ya no podía dormir. Le echarán ustedes la culpa a la novela policíaca que tenía entre manos, pero no. No conciliaba el sueño corroído por la duda de si aquel fulano, con una o dos copas más, habría terminado por reconocerse como todo un truhán, algo bohemio y soñador.

Menos mal que la Junta de Andalucía va a permitir que, hasta el 31 de octubre y durante los fines de semana, las terrazas de los bares puedan atender al público hasta las 3 am. Si les digo la verdad, poco me parece. Lo suyo habría sido dejar barra libre de horarios y que pudiéramos enganchar la tapa de panceta con los churros con chocolate.

Con el muermo de confinamiento que llevamos, ¿quién en su sano juicio va a querer acostarse a la una, a las dos o a las tres de la mañana, durante los fines de semana? Habría que estar amargado.

En la nueva normalidad, las autoridades deben ser laxas con el horario de cierre de bares, claro que sí, que bastante gorjeo de pajaritos en los árboles hemos soportado estos meses. ¡Todos a la calle! Y el que se quede en casa, que se joda. Por lacio, soso e insolidario. ¡Menos dormir y más vivir!

No sé a ustedes, pero a mí me resulta de lo más excitante y tranquilizador saber que, a las 2 am, todavía podré tomarme unas cañas bajo las estrellas. Es como lo del cuento de Monterroso en versión cañí: ‘Cuando desperté, el lomo-roque todavía estaba allí’.

Y así, enfervorecidos todos, podremos deleitar al vecindario entonando aquello de “confieso que a veces soy cuerdo y a veces loco / y amo así la vida y tomo de todo un poco. Me gustan las mujeres, me gusta el vino / y si tengo que olvidarlas, bebo y olvido”.

Lo dicho. ¡Viva el vino!

Jesús Lens

Café-Bar Cinema: acaba justo como empezó

Cuatrocientas sesenta páginas.

460.

Que se dice pronto.

Quiénes las han leído, no reniegan de ellas. Dicen que se lo han pasado bien, que han conocido anécdotas divertidas e interesantes y, sobre todo y más importante, que no se han aburrido.

Dentro de poco, de muy poco, podrás tener “Café-Bar Cinema” en tus manos.

Porque hoy sí. Hoy le hemos puesto el último y definitivo punto final a un trabajo que hemos dado por terminado muchas veces pero que hoy, martes 4 de octubre, sí que damos por total y definitivamente cerrado (y eso que el pasado sábado ya lo hicimos otra vez 😉 )

Y lo hacemos, como a mí me gusta, completando un círculo.

Porque todo empezó, hará ya unos tres años, aquí. Justo aquí y no en ningún otro lugar. Comenzó en La Teta Enroscada, al son de las Cucarachas Enojadas de Tito y la Tarántula.

Y ha terminado, hoy, en otro garito muy exótico y particular, al que hemos ido de la mano del mismo Tarantino.

Buena música, buenas copas, locales con estilo y acción. Mucha acción.

Como la que esperamos tener a partir de ahora, con el libro publicado. Aunque sea otro tipo de acción.

Pero bueno, de todo ello iremos hablando de aquí en adelante.

Y ya sabéis que tenemos abiertas las puertas del Café-Bar Cinema en esta página del Facebook. ¿Os animáis a pasar?

¡Os esperamos!

Jesús puntofinalista (de una vez) y circular Lens

¿Qué publicábamos en los tres años anteriores? 2008, 2009 y 2010

BARRAS Y ESTRELLAS

El clic me vino viendo «Abierto hasta el amanecer», cuando George Clooney abre sus brazos y exclama: «¡Me gusta este sitio!», al entrar en el bar «La teta enroscada» y ponerse a tumbar chupitos de tequila.

 

¡Bares! ¡Qué lugares!

 

A partir de ahí, contacté por SMS con mi amigo Pepe -¿por qué me acordaría de él tan rápido, a la hora de hablar de tabernas?- y preparé una lista de bares que han tenido notable importancia en las pantallas de cine.

 

Una lista que empezó a estirarse hasta convertirse en una estupenda doble página que hoy publica IDEAL, a todo color y con un diseño espectacular. Nunca me cansaré de alabar ese trabajo de maquetación que convierte un puñado de palabras en una hermosa composición impresa.  

 

Espero que les guste. La verdad es que lo escribí muy despacio, paladeando cada uno de los bares por los que pasaba, recordando su música, su decoración y, por supuesto, brindando con los personajes que por ellos transitaban.

 

Les invito a visitarlos, tranquilamente, a través de este enlace.

 

Además, seguro que hay alguno muy especial sobre el que tú, querido amigo, nos quieres poner sobre aviso… Venga.

 

¡Hablemos de bares y de cine!

 

Tras hablar, ayer, de monstruos y tragedias, hoy pasamos a comentar las cosas buenas y bonitas de la vida.

 

Jesús Lens.

 

PD.- En la versión digital del reportaje no cupo el Typical Spanish, pequeño despiece sobre bares españoles en las pantallas. Aquí lo añadimos.

 

TYPICAL SPANISH

 

El cine español, por su puesto, también ha mostrado en pantalla sus bares, auténticos templos en que los amigos se encuentran, charlan, discuten y arreglan el mundo en noches sin fin. Hablando de los más recientes, tenemos que recordar el Bar Rico en que los protagonistas de «Los lunes al sol» tratan de ahogar en alcohol la miseria del paro y la desesperación que provoca una crisis a la que no se le encuentra solución. O el bar cuyo traspaso se queda la buena de Raimunda, en «Volver», en el que canta la famosa copla y en cuyo frigorífico esconde el cadáver de su marido.

 

Pero si hay un bar que marcó los años 90 y hasta sirvió para identificar a toda una generación de españolitos fue el Kronen, inventado por José Angel Mañas en una novela que, finalista del premio Nadal del 94, levantó oleadas de reseñas y provocó intensos debates sobre la juventud española y su falta de ideales y horizontes vitales. La película «Historias del Kronen», filmada en 1995 por Montxo Armendáriz, obtuvo igualmente gran éxito y repercusión.   

 

Terminamos aquí. Hay decenas y decenas de bares más que serían merecedores de aparecer en este reportaje. Bares a los que, seguro, a todos nos gustaría entrar a tomar una copa con un buen amigo. Bares con historia, tradición y sabor. Bares, en fin, de película.

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.