2010 EN 365 PALABRAS

Ya hemos consumido un mes del 2010. ¿Estará respondiendo a lo que Bartolomé y Rania habían pronosticado? Hablamos de aquella propuesta de contar el año por venir en 365 palabras

 

¿Tenéis las vuestras?

 

«El año 2010 será tu anno terribile. Entenderás por fin esa mezcla de azar y voluntad de la cual ha estado hecha tu existencia desde que naciste fortuitamente en ese país, con una envoltura carnal capaz de arruinar la vida de cualquiera.

 

El azar hará morir a tu padre en los primeros días de enero, al cual seguirá tu madre un mes exacto después; el azar te hará cumplir 64 en los últimos días de noviembre, el azar te hará pasar a retiro laboral en la mitad de marzo; la voluntad hará a tu hija menor estudiar teatro y ser, por azar, inmolada en escena, y la voluntad hará que tu hija recién estrenada de médico vaya designada a un hospital rural y un maldito azar hará que sea raptada por un paciente con delirium tremens. El azar hará también que tu hijo músico sea contratado por una banda rock célebre y desaparezca en una orgía de drogas. A medio año estarás solo, completamente solo.

 

El azar y la voluntad librarán una lucha épica para conducir tu vida en el segundo semestre. Con todas esas pérdidas, tu crisis financiera se aliviará, aunque tu estado mental llegará a su nivel más bajo. Perderás el interés en lo que más aprecias: leer y escribir. La fama póstuma se transformará en una obsesión y, dejando de lado el absurdo intrínseco de la vida, se te formará un tumor cerebral relleno con aquéllo que siempre abominaste: la fe religiosa. Aunque sólo durará unos meses. El azar de un nuevo amor te estimulará a superar el pozo negro; pero tal amor será tan efímero como el azaroso paso de un meteorito.

 

La voluntad te hará decidir terminar con tus días en este año 2010, que será entonces el acabo del mundo. El azar de las lecturas te hizo solipsista: la realidad no existe, todo es una invención propia. Pero el azar hará que no encuentres una forma de muerte voluntaria eficaz y rápida, amén de indolora. El azar hará que tu muerte buscada se transforme en un calvario, y allí estarás, al ocaso del año, postrado, inválido, idiota, musitando que el 2011 será, por fin, el del fin del mundo…»

 

Bartolomé.

 

 

«Siempre pensé que llegado el 2010 estaría felizmente casada con unos hijos maravillosos, un marido igualmente feliz, una perrita preciosa y que todos juntos formaríamos una estupenda y extraordinaria familia. Pero no ha sido ese el resultado y aquí estoy con un 4 en la frente y realmente no sé ni como he llegado a esta situación,  lo que más me acerco a esa familia idílica es que comparto mi vida con un chucho abandonado en plena noche por un dueño cruel, que estaba lleno de garrapatas y que por mucho que le enseñe, sigue orinándose por todos los rincones de mi casa.

 

Pues con este fiasco de vida y pasados mis 40 añitos he decidido proponerme unos propósitos  y mejoras para este nuevo año en el que lo más importante aparte de todo ese rollo de ser mejor persona, es que a partir de ahora tengo prohibido estresarme tanto en mi vida laboral como en la personal. Ya puede tronar, caerse un rayo a mi lado, gritarme el jefe, ladrarme el perro, llegar tarde a una cita o cualquier otra eventualidad que no pienso agobiarme por nada.

Mi segundo propósito es adelgazar. En estos días me apuntaré en el sitio ese donde van los gordos a pasar hambre y de cuyo nombre no me acuerdo. Hacer algo de deporte será fundamental en esta nueva etapa, pero con regularidad, hace unos años me apunté a un gimnasio fantástico en el que pagué la matricula y cinco meses, y solo aparecí un par de  veces. Es que tanto musculito me acomplejaba. Esta vez me prometo a mi misma que no pasará lo mismo.

 

Otro propósito será apuntarme a un taller en el MA de danza iraní, que con sus suaves movimientos me darán paz y serenidad.

 

Y por supuesto no menos importante será encontrar mi media naranja  en este año y me da igual la edad, raza o religión, solo quiero amor y buena compañía.

 

Todas estas buenas intenciones y propósitos puede que se cumplan o no, y sinceramente me importan una mierda, lo fundamental, maravilloso, sorprendente y único que tiene este año 2010 y que me llena de dicha, es que este año comenzará con un bebé en casa que ya viene de camino y traerá la felicidad a mi corazón.»

 

Rania.

¿QUÉ NOS TRAERÁ EL 2010?

Y tras dos viernes desaparecido, por aquello de los calendarios y los días festivos, vuelve nuestra columna a IDEAL… ¿Qué esperáis del enigmático año XX-X? Y, lo que es más importante, ¿qué vamos a hacer para alcanzarlo?

 

Hace unas semanas reflexionábamos sobre la década 00 que acaba de terminar, bastante inane y pobre para con esta Granada cuya constante sangría de habitantes hace que, cada año, se nos aparece como más empequeñecida, poco atractiva y venida a menos.

 

Sara Oblisar y el año 2010
Sara Oblisar y el año 2010

Acabamos de estrenar 2010 y, además de desearnos felicidad y prosperidad, todos andamos preguntándonos por lo que nos depararán los próximos trescientos y pico días que tenemos por delante. En buena lógica, deberían traernos lo que nosotros mismos seamos capaces de arrancarles ya que un año no es sino una conjunción de cifras que resume 365 días con sus noches, un puro eufemismo al que pedirle dinero, trabajo o salud es como hacerle un brindis al sol.

 

Se cuenta que, allá por el siglo XIX, uno de esos viajeros románticos ingleses tan curiosos, de los que se interesaban por todo lo divino y lo humano, comentaba que buena parte de los españoles eran hojalateros. Ante la cara de estupefacción de su interlocutor, el viajero decía que sí, que se pasaban el día rogando al cielo: «ojalá encuentre trabajo, ojalá me toque la lotería, ojalá encuentre una buena mujer».

 

Ojalá ganemos el Mundial
Ojalá ganemos el Mundial

No. El año 2010 no nos sacará de la crisis ni nos traerá un cambio de modelo productivo. El 2010 no vendrá con la economía sostenible debajo del brazo ni cuajado de Brotes Verdes. O nos arremangamos y cogemos la espiocha o el Milenio y proyectos por el estilo nos pillarán en ropa interior, coloquialmente hablando.           

 

Si algo ha demostrado la crisis, si alguna lección debemos sacar de ella, es que los millones no llueven del cielo, por mucho que durante años hayamos creído en el milagro de los IBEX, los ladrillos y los fondos FEDER. A ver si, de una vez, tomamos conciencia de que nuestro destino lo tenemos que fabricar nosotros mismos, día a día, con nuestro trabajo, esfuerzo y compromiso.

 

2010, efectivamente, el año en que hicimos el contacto
2010, efectivamente, el año en que hicimos el contacto

Uno de los libros del 2009 ha sido la biografía que Luis García Montero escribió sobre Ángel González y cuyo título, «Mañana no será lo que Dios quiera», no está elegido precisamente al azar. Mañana no será lo que Dios quiera. ¡Cuánto sentido en tan pocas palabras! Estos días, cada vez que digamos eso de «Feliz año nuevo», seamos conscientes de que la felicidad es para el que la trabaja y lucha por conseguirla. Que la consecución de la felicidad, como la de la riqueza o la prosperidad, supone esforzarse, compartir y comprender. Y hacerlo todos y cada uno de los días del año. Lo que no es ni mucho menos fácil.

 

Por todo ello, más allá de los tan loables como improbables «dejar de fumar» y «apuntarme a un gimnasio», con el cambio de década deberíamos hacer propósitos de año nuevo que realmente tengan significación de cara al logro de metas importantes en nuestra vida. ¡Hagamos que la crisis sirva para algo!

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

XX X

Cuando Sara Oblisar, nuestra artista de referencia del pasado 2009, nos felicitaba el año con la imagen que podéis ver a continuación, no entendía nada.

 

El X, un año por rellenar
El X, un año por rellenar

Vale. Lo reconozco. Estaba lento. La X es inapelable. 10. Vale. Es cierto.

 

Pero entonces caí en la cuenta de que, en realidad, este año se podría escribir, falsa e incorrectamente, de la siguiente manera:

 

XX-X

 

Si la pasada década fue la década de los Nada, fue la 00, la Doble Cero, el año que nos sacó de ella es, paradójicamente, el Triple X.

 

Y la X no es una letra cualquiera.

 

En primer lugar, porque la incógnita que los matemáticos tienen que despejar en las ecuaciones, una palabra cuya sola pronunciación ya me produce escalofríos. ¡Qué me costaba, siempre, despejar la maldita x, en el BUP, antes que tirarme como un loco por las letras puras!

 

Despejar a la pobre X. Todo un desafío
Despejar a la pobre X. Todo un desafío

Una pura incógnita, como los «X files», los famosos «Expedientes X» televisivos, se encargaron de recordarnos. Un misterio. Un enigma.

 

Matemáticamente, la x es el signo de multiplicar. O sea, de crecer. De expandirse. Y, en buena lógica, el lenguaje de los SMS adoptó la x en su significado básico: el de la preposición «por». Con la X rellenamos los tests y formularios y, también, es el signo con el que tachamos las palabras y conceptos equivocados de un examen o de un escrito. La X delata los fallos y errores.

 

La verdad está ahí fuera
La verdad está ahí fuera

Y sí. Lo sé. Todos lo estáis pensando y yo lo estoy soslayando. La X es la letra que identifica a todo lo pornográfico, del cine a las revistas. La X supone, en este caso, vicio, trasgresión, prohibición y desafío. La Triple X. Equivalente a la desmesura, al Extreme. Camisetas XXXL. Enormes. Gigantes. Brutales.

 

¿Por eso fuimos bautizados, en su momento, como la enigmática Generación X, antes de que la publicidad nos quisiera convertir en JASP?

 

Una pura incógnita
Una pura incógnita

Y, por supuesto, es el grafismo con que se identifica un Cruce de Caminos, el mítico Crossroads del que tanto se ha escrito y filmado. ¿Habrá una imagen más sugerente, poética y evocadora que la del cruce de caminos?

 

El mundo, una pura incógnita
El mundo, una pura incógnita

No. 2010 no puede ser un año vulgar. Ni mucho menos. Tras la inane década 00 y tras ese fiasco que fue el 2009 que tantas cosas nos debería haber traído, 2010, el año de la incógnita, del cruce de caminos, de lo prohibido y lo censurado; tiene que ser obligatoriamente especial, ardiente, apasionante y descubridor.

 

Jesús Lens, Xadicto.