LAS PELIS DE LOS TIEMPOS FLOJOS

Estar malo hace que el sofá se convierta en tu mejor aliado y las películas en tus mejores amigas. Desde que el domingo conseguí salir de la cama, a media tarde, arrastrándome, he visto varias pelis, además de las reseñadas series “The event” o “The walking dead”. O la segunda parte de “True Blood”.

Ahí va un compendio de micro reseñas:

“Training day”. Con Denzel. Me gustó. Mucho. Intensa. Y el bueno de Washington, imperial.

“Asalto al tren Pelham 123”. Otra con Denzel. Aunque en este caso, sale Travolta en plan malote-filosófico-intenso. Me gustó bastante… menos. Para verla chateando, bloqueando, zapeando, etcétera.

“Nikita. Dura de matar” Cuando nos ponemos, los europeos también podemos hacer buen cine yanqui. Los protas están muy bien, con carisma y personalidad. La trama está lo bien llevada que pueden estarlo estas tramas. Y la acción, sucia, anticipaba lo que luego sería esa joya llamada Bourne.

“Blueberry”. Aunque lo intentemos, los europeos no hacemos un buen western ni de coña. Un bodrio pretencioso que intenta mantener el espíritu de Moebius, creador del personaje de Blueberry en sus tebeos alucinados, a través de secuencias oníricas inspiradas por las yerbas que fumaban los chamanes indios. Y que debieron fumar los autores de este máximo coñazo, mientras filmaban.

“Lemmy contra Alphaville” o la demostración de que, durante un tiempo, la posibilidad de otro cine fue cierta. Porque si hoy presenta alguien “serio” un guión como éste en un país tan sesudo como Francia, lo corren a gorrazos. Una Ciencia Ficción tan cercana, que da miedo. El espíritu orwelliano con la estética del mejor noir.

“Katyn”. La peli del año pasado, que despertó un monumental escándalo y que llegó a tensar la relación entre Rusia y Polonia. Un siniestro episodio de la II Guerra Mundial que está relatado con mucha fuerza. Algo confuso al principio. Después, con mucha intensidad. Y, al final, con una densidad dramática brutal y devastadora. Una de esas películas que, sencillamente, hay que ver.

“Antes que anochezca”. O la explosión definitiva de la Bestia Bardem, en un poderoso papel, repleto de matices y de intensidad. Una película que va de más a menos, en la que el segmento cubano es mucho más interesante que el neoyorquino, por lo que, al final, termina haciéndose pesada. A quiénes amamos Cuba tiene que emocionarnos, claro. Y lo hace. A ratos. Por momentos.

Además, y en cuanto nos recuperamos, seguimos de Jazz. ¿Nos copiáis? Ayer Chano. Hoy Esperanza. ¡Seguidnos!

Jesús esto-no-hay-quién-lo-aguante Lens

ESPERANDO A CHANO

Días como hoy, fríos, oscuros y desapacibles, son días que parecen colgados en el limbo, días fugaces,extraños,  inexistentes. Días para pasarlos entre el sofá y la cama, leyendo, viendo películas, escuchando música, escribiendo (aunque sean cuentos virulentos y ácidos como éste), durmiendo siestas más o menos largas, íntimas, guerreras o sosegadas  😀

Pero hoy es especial. También. Porque hoy toca Chano Domínguez en el Festival de Jazz de Granada. El de Chano es uno de los conciertos más largamente esperados por un servidor, vuestro seguro servidor. Y la previa de ese concierto la tenemos AQUÍ, en nuestro recién renacido Blue & Noir, en el que estamos poniendo todo nuestro cariño, tesón y atención.

Aquí seguimos, este sábado en que los párpados pesan, cargados por el sueño reconfortante de una larga noche y a los que dos cafés no consiguen quitarle a los ojos ese cerco perezoso de los días libres, sin horas, obligaciones, exigencias o necesidades. Días para disfrutar íntimamente. Solos. O en compañía de otros.

Sed felices.

Jesús Zen Lens.

UN CERDO CAE

Dedicado a las Niñas de Hoy.

Con respeto y admiración.

– ¿Ése es?

– Ya te digo.

– Y dices que, hasta hace casi nada, escribía en los periódicos y salía en las televisiones, ¿no? De contertulio de esos.

– Efectivamente.

– Joder. ¿Y cómo ha acabado aquí?

– Pues por bocazas. Y por gilipollas. Por no saber tener la boca cerrada.

– Hombre, si todos los bocazas del mundo acabaran aquí, no íbamos a dar abasto.

– Ya, pero éste es muy especial. Resulta que un día salió en la tele hablando de follar jovencitas, de lo buenas que están, de cómo le gustaba sobar sus carnes prietas y cosas así. De sus coños rasurados y su olor virginal…

– Un salido, vamos.

– Sí. Un salido de dos pares de cojones. Y en la tele. No en directo, claro, pero el discursito quedó grabado y alguien lo subió a Internet. Y se armó la de Dios es Cristo.

– Le echarían, ¿no? Al cerdo, digo. Que le echarían a la puta calle.

– ¡Ca! ¿Tú sabes cómo se manejan esos de las teles? Son peor que la mafia, apoyándose y protegiéndose unos a otros. El tío siguió de tertuliano y de articulista. Y sacando pecho, el hijo de puta.

– ¿Entonces? Sigo sin entender qué pinta aquí.

– Pues todo empezó cuando su mujer se divorció de él. Normal. Después de que todo Cristo le viera hablar en la tele como un pervertido y viejo verde, imagínate a la pobre mujer, comprando el pan o en la carnicería, y todos pensando por lo bajini que olía a urea.

– ¿Urea?

– A meo. A pis. A vieja, vamos. El caso es que el divorcio, al menda, no le sentó muy bien y empezó a beberse la noche. Hasta que tuvo un mal encuentro.

– ¿Alguien que le reconoció y le partió la cara?

– Peor. Se topo con uno de esos coñitos rasurados que tanto le gustaban. La tía se fue con él y, esa misma noche, le denunció por violación.

– Joder. ¿De verdad la violó?

– Él dice que no. Que la ella se lo inventó todo. Pero el abogado de la tía, en el juicio, propuso como prueba el famoso vídeo del menda hablando de follarse a los yogurines tiernitos. Y claro, entre su cara de cerdo salido y la carita llorosa de la niña de diecisiete años, ¿a quién crees que creyeron?

– Ya me imagino. Pues lo que le espera al pobre incauto aquí… aunque con ese careto, lo mismo le dejan en paz.

– ¿Desde cuándo se ha dejado en paz a un violador de menores en una cárcel?

– Eso también es verdad.

– Pues eso. Por cierto, ¿cómo vamos a ver el Barça-Madrid, el lunes?