PARÍS PHOTO

Una de las citas más esperadas, todos los años, por los aficionados a la fotografía es «París Photo». Aunque se celebrará allí por noviembre, la edición del 2011 ya tiene cartel, con una de las imágenes urbanas de Nontsikelelo Veleko.

Y es que este año el protagonismo es para África, de lo que nos hacemos eco con regocijo y alegría. África crece. África suma. África cuenta.

Jesús Lens, el Africano.

CON 2011

La columna de hoy de IDEAL, la hemos hecho raruna y distinta. A ver si os gusta.

Para su última columna del año, titulada “(Des)propósitos”, Juan José Millás utilizó única y exclusivamente 121 palabras que comenzaban por “des”, empezando por “desteorizarme” para acabar con un prometedor “deslumbrarme”. Millás consiguió un juego literario, un tour de force lingüístico tan ingenioso como clarividente: hay que tener una autoconciencia muy desarrollada, meditada y lúcida para saber lo que queremos dejar de ser en nuestra vida.

Tras leer los deseos de cien granadinos de referencia en el IDEAL del domingo, andaba yo pensando en los retos granadinos para el 2011 cuando, por arte de birlibirloque, empezaron a surgirme palabras que comenzaba por “con”. La primera, “conciencia”. O cobramos conciencia de que esto nunca volverá a ser lo que fue o seguiremos cometiendo errores de bulto, en todos los frentes y ámbitos de nuestra vida personal y profesional. Cuando pase esta crisis, que terminará pasando, nada será igual. Ni parecido, seguramente. ¿Lo contemplan nuestros munícipes, los que están y aspiran a estar? ¿Tenemos un proyecto de ciudad del futuro? A la ciudad metropolitana, me refiero.

Pachamama, danos consciencia

El concepto. Lo importante es el concepto.

“Confianza”. Una de las palabras de moda. Confianza en nosotros mismos y en nuestras capacidades. Confianza para emprender nuevos retos y poner en marcha ideas y proyectos. Y convencimiento. De que lo conseguiremos. De que sí se puede. Yes, we can. Conversación. Concertación. Consenso. Contraste. Contrato. Concesión. Confluencia. Conciliación. Concordia. Concurrencia. Constancia. Contacto. Contribución. Consideración. Congruencia. Conjunción. Convergencia. Si queremos poner a Granada en vanguardia, hay que desterrar el proverbial caínismo de nuestra tierra y exigir de nuestros representantes grandes acuerdos de máximos que desenquisten decenas de asuntos pendientes, mareados hasta lo indecible en consejerías y concejalías de todas las filiaciones políticas.

A un futuro brillante, optimista y prometedor no se llega: se conquista. Además de exigirlo, hay que pelearlo. Para conseguirlo, hay que trabajarlo. Hay que dejar atrás el conservadurismo, la confusión, la confrontación, el conformismo, las contradicciones, las convulsiones, los contubernios, los contenciosos, las confabulaciones y los conatos de conflictividad que contaminan y contagian hasta las mejores intenciones, condenándonos al ostracismo. Hay que tener una concepción valiente, emprendedora e innovadora de nuestra vida. Todos contamos. El conjunto de la ciudadanía. Cambiemos la vida contemplativa por la vida constructiva. Menos pelear a la contra y más consolidar y cohesionar al conjunto de la sociedad.

Cohesión

En conclusión y concretando: el concurso de todos será requisito imprescindible para la consecución de la sociedad del conocimiento que nos conduzca a un futuro confortable y que confirme la construcción de una Granada para la convivencia, integradora, contemporánea, moderna y atractiva.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

MIRADA REVIRADA

Querido Colin, cada par de días o tres pincho en tu Blog, “La otra mirada”. Ya sabes cómo me gusta ese nombre. Me fascina tu capacidad para encontrar, mirando, donde el común de los mortales no vemos nada.

Y el concepto de El otro, para mí, es esencial.

Sin embargo, pincho en tu Blog y todavía encuentro pena, tristeza y pesar. Hace unos días te mandaba ánimos y buenos deseos, que también estabas griposo.

Hoy, me pongo más duro y te dedico esta mirada. Una de las más duras, gélidas, amenazadoras y siniestras que he visto en mucho tiempo.

El Terror

Se trata de Robert Mitchum en “El cabo del terror”, fotografiado por Leo Fuchs. (Imprescindible, su galería de imágenes)

Todos los días practico frente al espejo, quince minutos, intentando emular a uno de mis actores favoritos.

Querido Colin, o vuelves o, la próxima vez que te vea, te fulminaré con mi Otra Mirada.

¡Y felices Reyes! 😉

Jesús revirao Lens.

PD.- Todavía no podemos comentar en público ni en alta voz lo que tú y yo sabemos que tenemos que comentar. Pero falta poco.

Un abrazo.

FAEMINO Y CANSADO, CON EL TABACO

O «Fumado y Cansado», como les llama en Facebook el Colega de la Vega. Aprovechando la entrada sobre el tabaco que subimos hace unos días, tan comentada, (y que alguien ha llegado a tachar de irrespetuosa en los comentarios) dejamos este sketch de los dos grandes cracks del Humor Surrealista por excelencia, que estos días actúan en Granada.

BAOBAB

2011. Año Internacional de los Bosques.

Declarado por la ONU

.

Del Baobab me gusta hasta su nombre. Creo que ya he escrito, en otras ocasiones, sobre este árbol majestuoso que, para mí, simboliza la esencia del África eterna y atemporal. Cuando se le ve por primera vez, de lejos, el Baobab intriga al viajero, con ese aspecto desnudo y desabrido que presenta, como un melenudo recién salido de la cama que aún no tuvo tiempo de peinarse, como un director de orquesta desatado, con el cabello desordenado por la pasión de la música.

 

Y es que, tal y como cuenta la leyenda, lo que vemos del Baobab a diez, quince o veinte metros de altura, son sus raíces. Porque, en su momento, era un árbol tan, tan, tan bonito, sus hojas eran tan frondosas y lujuriosas, que el Baobab se envaneció demasiado, hasta el punto de que los dioses decidieron darle una lección y enterrar la copa del árbol dejando al aire sus raíces, de ahí ese aspecto de árbol invertido.

La diferencia.

Hay quién sostiene que esas ramas extendidas parecen clamar a los dioses. ¿Pidiendo perdón? ¿Exigiendo? ¿Reclamando? Y por eso, en la cosmogonía africana, el Baobab es un árbol sagrado que sirve de conexión entre la vida y la muerte, entre el Cielo y el Inframundo, entre lo terrenal y lo espiritual.

Porque, además, son árboles extremadamente longevos, con ejemplares que han cumplido la impresionante edad de 4.000 años. Sí. Cuatro mil. Por tanto, el baobab será igualmente sinónimo de sabiduría y experiencia. Si alguien le arrancara una flor, moriría devorado por un león. Por contra, quién beba agua en la que se hayan remojado las semillas de un Baobab, estará protegido contra el ataque de fieras devoradoras de hombres, como los cocodrilos.

¡Y nada de dormirse bajo sus ramas! Salvo que quieras correr el riesgo de ser arrebatado de este mundo. Por los dioses, claro…

Dado que su fruto es comestible, al Baobab también se le conoce como el Árbol del Pan y, puesto a secar, las semillas encerradas dentro de su caparazón se convierten en unas maracas naturales que los niños del Malí o Senegal pintan y decoran para vender a los turistas.

Árbol sagrado, árbol mágico… cuando caminas por África, siempre hay que acercarse a los grandes Baobabs de la sabana, acariciarlos, abrazarlos y dejarse inundar por su luz y su energía positiva.

Me gusta el Baobab. Me gusta su descuidado aspecto exterior. Su longevidad. Y que su tronco, abierto, puede llegar a albergar miles de litros de agua de lluvia, sirviendo como depósito y auxilio en los tiempos de sequía. Me gusta cómo se yergue, en mitad de la sabana, sólido, firme, solitario, majestuoso, sirviendo como nido para las aves, atalaya para los felinos y refugio para los monos y otros animales que, entre sus ramas, se encuentran a salvo.

El Baobab. Un árbol que no pasa inadvertido y se ve desde la distancia. Único. Grande. Solitario. Un árbol diferente.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.