Una Ventana para Pilar Ortiz

Hoy, a las 18 horas, en la Sala de Exposiciones de CajaGRANADA en Puerta Real, tengo el orgullo, la satisfacción y el placer de acompañar el libro “Ventanas Veredas”, de mi amiga Pilar Ortiz, en la Feria del Libro de Granada y en cuya página web podréis ver buena parte de su extraordinario trabajo pictórico. Un libro precioso y preciado, primorosamente editado por Dauro ediciones.

Os adelanto el texto que, con todo cariño, escribí para ese libro, precioso, que os recomiendo vivamente.

Una ventana, cerrada, preserva el calor y la intimidad. Abierta, la misma ventana permite ventilar y airear una estancia, posibilitando a sus moradores que se asomen a ver lo que hay fuera. Una ventana abierta deja que lleguen los olores transportados por la brisa, los ruidos y los sonidos de la calle, la luz del sol.

Y, desde luego, si hay una ventana que cumple con ese propósito es la que tienes delante. Una ventana diseñada y pensada para abrirse a tres continentes y permitir que, a su través, se comuniquen África, América y Europa.

Una ventana abierta en un pueblo canario, Agüimes, en el que durante diez días de julio se encuentran y conviven las artes, las músicas, la magia y el teatro de decenas de países cuyas fronteras se ven estrechadas gracias al Festival del Sur-Encuentro Teatral Tres Continentes.

Esta ventana, pintada por Pilar para que sirviera como cartel de una de las ediciones más recientes del ya veterano Festival, tiene una simbología especial, trayendo ecos de libertad, interculturalidad y felicidad.

Una ventana que permite asomarse a la creatividad y descubrir la alquimia de la palabra, sea cantada, recitada o declamada. Una ventana a través de la que se comunican las distintas culturas que comparten el océano Atlántico y que nos permiten descubrir lo que ocurre ahí fuera. Fuera de nuestras confortables fronteras, aunque sea en estos tiempos de crisis.

Lo que más me gusta de esta ventana de Pilar es que no sólo invita a asomarse para ver la vida pasar, sino que te provoca para lanzarte al vacío, para involucrarte en lo que ocurre abajo, fuera de sus dominios, para sumergirte en las tempestuosas aguas de un Atlántico que terminará desembocando en la playa de Arinaga, en esas Canarias cálidas y acogedoras en las que nos sentimos como en casa, sea cual sea el pasaporte que hayamos utilizado para arribar a las Islas Afortunadas.

Una ventana que es una invitación a la ensoñación y al recuerdo, pero también al trazado de nuevos planes, a la imaginación más fantasiosa y a los pensamientos más peregrinos.

Porque Pilar, a través de esta ventana, pinta la libertad.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

Día Internacional del Jazz: take five

Vamos con el tercer corte de los elegidos para festejar el próximo Día Internacional del Jazz. Ahí va. A boca de jarro.

¡Take Five! Y la explicación del porqué de esta elección nos la da Rafael Marfil, que se ha unido a esta iniciativa de Juan Manuel Cid y un servidor, justo a continuación.

Es lo bueno de no tener blog, que se aprovechan las ofertas de un «blog de alquiler», y uno cuenta cosas. Compartiendo, vamos.

El asunto de la copla de jazz favorita es tan complicado como aquel debate que le planteo, cada cierto tiempo, a Arturo Cid (otro Cid, también campeador): ¿Cuál es tu saxofonista favorito? Y ahí morimos, dándole vueltas al sonido propio de Phil Woods, o la fuerza de Cannonball Adderley, o el tenor de Sony Rollins.

En este caso, elegir una canción es renunciar a otra decena que adoras. Podría haber sido cualquier stándar interpretado por Parker o Davis, pero los hilos musicales y el sonido ambiente antes de los conciertos han restado emoción al encuentro fortuito con estos temas. Que están manidos, vamos.

Eso no ocurre nunca con el eternamente adorable «Take five». También podríamos irnos a la intensidad de Coltrane (yo hubiera cogido My fair Lady). SIn embargo, opto decididamente por la moderna combinación rítmica y melódica del «Take five» (se basa en una referencia a un 5/4, compás de 5 partes, o algo así, por lo que el tema es un homenaje a ese compás). Mi tesis es la siguiente: Se trata de las pocas coplas que no te cansas nunca de tararear. Más de medio siglo después, seguimos subiendo el volumen para escucharla. No es una canción que nos entretenga durante mucho rato. Podemos exprimirla y asegurar que solo tiene diez segundos de éxtasis melódico, pero ¡qué diez segundos!

Me duele que no es un standard de jazz negro, del que nos enamora, que no tiene un atisbo de aire latino, con el que tanto nos identificamos. Ni siquiera encontramos el blues, en este jazz de blancos, pegadizo e interpretado al saxo por el suavón sonido de un saxofonista clásico, como era Paul Desmond, compositor del tema que, magistralmente, interpretó el grupo de Dave Brubeck del que formaba parte. A estos tipos, por cierto, la agencia de Mad Men les hubiera hecho una buena campaña.

He valorado todo, me ha mareado pensar en multitud de soniquetes a los que he renunciado, tomando partido por el inolvidable ritmo de esta canción. El inconfundible inicio de esta copla es de lo mejor que yo he podido grabar en mi corazón y en mi mente. Voten solo después de escucharlo, y suban el volumen.

¿Qué os parece? Aquí y aquí tenéis las dos entregas anteriores de esta iniciativa. ¿Os van gustando? Pues atentos a votar a lo largo del fin de semana.

Jesús jazzista Lens

PD.- Veamos en anteriores 24 de marzo, qué blogueábamos: 2008, 2009, 2010 y 2011.

«Café-Bar Cinema»: aviso importante

Para feriantes. Esto es, para habituales de las ferias… del libro. Para paseantes, curiosos, asistentes, escrutadores, buscadores y descubridores. Para ojeadores de libros y hojeadores de páginas. Para amantes del cine, para enamorados de las estrellas y nostálgicos de los buenos viejos tiempos.

 

Aviso para la gente del bar, los amigos de la barra, los bebedores de cerveza, degustadores de vino y adictos al café. Para los asiduos a los clubes de jazz y los tertulianos de fondo.

 

Aviso importante para los amigos de las letras, pero también de la música. De los fotogramas, el celuloide y las bandas sonoras.

 

Aviso importante para todos los amantes de la vida, tal y como solíamos entenderla… quizá hasta justo antes de que las tijeras podadoras se adueñaran nuestra existencia:

 

Gracias a José Manuel Vargas, brillante y eficaz ejecutor de cuantas locas ideas se nos ocurren en torno al cine, los libros, los bares, los cafés y los clubes que en el mundo son. ¡Gracias!

Día Internacional del Jazz: the Jazz Messengers

Vamos con el segundo tema a concurso en esta celebración del Día Internacional del Jazz, que presentamos ayer a través de este enlace. Hoy vamos con The Jazz Messengers y «Lament for Stacy».

Tras el vídeo, el porqué de Juanma Cid, acerca de esta elección.

Antes que las escuelas de jazz proliferaran como setas por todo EE.UU.existió una academia de jazz rodante llamada «The Jazz Messengers». Su cabeza visible no era otro que el excelente baterista Art Blakey. Pasar por su conjunto equivalía a tener algo más que un título «honoris causa» y lo ponía a uno en la órbita del mejor universo jazzístico.

Por esta formación pasaron gente como Horace Silver, Hank Mobley, Cedar Walton, Wayne Shorter, Clifford Brown, o Terence Blanchard en fecha más reciente. El corte que ofrecemos hoy, «Theme for Stacy», tiene un protagonista de excepción: el trompetista Lee Morgan, que también es el autor de la melodía. El tema está incluido en el disco «S’Make it» (1965) y cierra el mismo. Morgan fue, y es, uno de los grandes trompetistas de todos los tiempos. Su carrera se vio trágicamente truncada en 1972 cuando su mujer, en un ataque de celos, le pego un tiro mientras tocaba en el Slugs’, un club de jazz de Manhattan.

El resto del grupo está formado por el saxo tenor John Gilmore, que entonces estaba en la orquesta de Sun Ra, John Hicks en el piano, y el bajista Victor Sproles, además de los ya citados Blakey y Morgan.

Una delicia. (Juan Manuel Cid)

¿Os gusta esta iniciativa?

Jesús jazzista Lens

PD.- Y ahora, a ver qué hacíamos en 2008, 2009, 2010 y 2011 tal Día del Libro como hoy…

Ojito con el cuentista

Lo advertía Andrés Neuman en su pregón de la Feria del Libro de este año, saludado y recibido como combativo y comprometido, más allá de esas faenas de aliño en que suelen convertirse esos actos institucionales.

Cuidadito con los Cuentistas, que son tipos peligrosos y sospechosos.

Cabría pensar que este elogio y reivindicación de la narrativa breve, del cuento y del relato, es otra muestra más de estos de estos tiempos de recortes: un cuento es como una novela venida a menos, amputada y reducida.

Pero no. Los cuentos tienen su propia individualidad e idiosincrasia; naturaleza, estructura y forma de venir y alumbrar el mundo. O explosionarlo.

Estoy contento. Mucho. Coincide la reivindicación del relato con una buena noticia: si pincháis aquí, veréis los 20 finalistas del concurso de Relatos de Cerveza Ficción en que participamos hace unas semanas. ¡Más de 400 relatos se recibieron!

Hoy celebramos el Día del Libro. Y es lunes. De Debate. Una pregunta, a botepronto:

¿Creéis que el libro convencional está en peligro de extinción, por culpa del libro electrónico y los revolucionarios iChismes que han entrado en nuestra vida como un ciclón?

Y, otra más. ¿Qué libro estás leyendo ahora mismo? Yo, éste:

Y, por fin: ¿Qué libro regalarías, en un impulso instantáneo, a una persona que te cae bien? Yo, éstos:

Dicho lo cual, recordamos la invitación para el viernes que viene:

Jesús literario Lens